El esperanzador ascenso de Nico Pino en el automovilismo mundial

Luego de muchos años, Chile vuelve a estar en la élite del deporte motor gracias a la irrupción de este joven de tan solo 20 años. ¿Cuál es el secreto del éxito de Nico Pino en uno de los deportes más inasequibles de la actualidad?

Luego de muchos años, Chile vuelve a estar en la élite del deporte motor gracias a la irrupción de este joven de tan solo 20 años. ¿Cuál es el secreto del éxito de Nico Pino en uno de los deportes más inasequibles de la actualidad?

Nicolás Ignacio Pino Muñoz nació un 21 de septiembre de 2004. En aquellos años, el automovilismo chileno ya carecía del protagonismo que tuvo en su época dorada entre 1975 y 1995. Las competencias internas estaban disminuidas y nuestro país carecía de figuras de renombre a nivel internacional.

Chile siempre se caracterizó por tener grandes automovilistas. Nombres como Bartolomé Ortíz, Juan Zanelli, Raúl “Papin” Jaras, Eliseo Salazar, Sergio Santander, Santiago Bengolea, Giuseppe Bacigalupo, Juan Carlos Ridolfi, entre otros, fueron referentes de una actividad que a inicios del nuevo milenio se encontraba huérfano de referentes de ese tipo.

Es ese el contexto en el cual nace Nico Pino, contexto que 20 años después parece cambiar de la mano de este joven que, a punta de pequeños pero sistemáticos pasos, se abre camino dentro de la élite del automovilismo mundial.

Conocido es que el deporte motor no es de los más accesibles. Muchas veces, para poder hacerte un nombre dentro de esta actividad, se requieren de recursos que no son permitidos para un gran porcentaje de la población. Esa realidad se hace doblemente compleja para pilotos provenientes de esta parte del mundo.

Si no se tiene una cultura motor como en Brasil o Argentina es muy complejo prosperar, por eso, es doblemente meritorio lo ocurrido el pasado viernes en la compleja pista de Lusail, en Qatar, donde Nico Pino tuvo su estreno oficial en la categoría Hypercar del Campeonato Mundial de Resistencia, la llamada “Formula 1” de dicha disciplina.

Pino no tiene el mejor auto para competir. El Porsche 963 del equipo Proton y que comparte con el argentino Nicolás Varrone y el suizo Neel Jani, no está para competir con los grandes de esta categoría como Ferrari, Toyota, BMW o Cadillac, pero sí hay esperanzas en poder tener un año que muestre a un Nico Pino capaz de poder pilotear al máximo nivel.

“El objetivo es ser competitivo, poder estar al frente, poder pelear por podios(…) Son carreras largas, nadie lo puede prometer, pero tener buenos momentos, no cometer errores es súper importante para después consolidarse”, comentó Pino en entrevista con el medio Motorsport.

El vertiginoso ascenso de Nico Pino

Pero el camino de Nico Pino hacia la élite del automovilismo no ha sido fácil. Como prácticamente la totalidad de los pilotos de primer nivel, la ruta comenzó en el karting, disciplina que empezó a practicar a los ocho años. A los 13 dio el salto a Europa, momento de inflexión en la carrera del chileno.

Su transición del karting a los monoplazas fue tan natural como impresionante. A los 14 años, Pino debutó en la Fórmula 4 española, donde demostró su capacidad para adaptarse a coches más potentes y exigentes. A pesar de su juventud, el piloto chileno mostró una madurez sorprendente, logrando podios y resultados consistentes en una de las categorías más competitivas de Europa. Este desempeño no pasó desapercibido, y pronto recibió ofertas para competir en categorías superiores, consolidándose como uno de los jóvenes talentos más prometedores de Latinoamérica.

El salto a la Fórmula Regional Europea en 2021 marcó un hito en su carrera. Compitiendo contra algunos de los mejores jóvenes pilotos del mundo, Pino demostró que tenía la velocidad y la mentalidad necesarias para sobresalir. Aunque la temporada estuvo llena de desafíos, su capacidad para aprender y mejorar carrera tras carrera dejó en claro que estaba listo para dar el siguiente paso. Su enfoque meticuloso y su dedicación al deporte lo llevaron a ser considerado para programas de desarrollo de equipos de renombre internacional.

En 2023, Nico Pino dio un giro estratégico en su carrera al enfocarse en el endurance y los deportivos, un movimiento que lo acercaría a su sueño de competir en el Campeonato Mundial de Resistencia (WEC). Firmó con un equipo competitivo en la European Le Mans Series (ELMS), donde rápidamente se adaptó a la dinámica de las carreras de resistencia. Su habilidad para manejar coches más pesados y complejos, junto con su capacidad para trabajar en equipo, lo convirtieron en un activo valioso para su escudería.

El sueño de la Fórmula 1: Un camino lleno de obstáculos

Para cualquier piloto joven, llegar a la Fórmula 1 representa la cúspide del automovilismo mundial. Sin embargo, para Nico Pino, este sueño no está exento de desafíos significativos. Uno de los mayores obstáculos es el financiamiento. Competir en categorías de monoplazas requiere de un presupuesto millonario, y aunque Pino ha contado con el apoyo de patrocinadores y programas de desarrollo, el costo de ascender en la escalera hacia la F1 es abrumador. Cada temporada en categorías como la Fórmula 3 o Fórmula 2 puede superar fácilmente el millón de dólares, un monto que no todos los talentos, por más prometedores que sean, pueden costear.

Además del aspecto económico, la Fórmula 1 es una categoría extremadamente cerrada y selectiva. Solo 20 pilotos tienen la oportunidad de competir en la parrilla cada año, y muchos de esos asientos están reservados para pilotos con respaldos financieros masivos o conexiones dentro de la industria. Aunque Nico Pino ha demostrado su talento en categorías como la Fórmula 4 y la Fórmula Regional Europea, el salto a la F1 requiere no solo habilidad, sino también estar en el lugar correcto en el momento adecuado. La competencia es feroz, y los equipos suelen priorizar a pilotos con experiencia en categorías superiores o con un historial de victorias contundentes.

Otro factor que complica el camino de Pino hacia la F1 es la falta de una tradición automovilística sólida en Chile. A diferencia de países como Reino Unido, Francia o incluso México, que cuentan con una larga historia en el deporte motor y una infraestructura desarrollada, Chile aún está construyendo su camino en este ámbito. Esto significa que Pino no solo compite por un asiento en la F1, sino que también carga con la responsabilidad de abrir puertas para futuros talentos chilenos. Aunque esto lo convierte en un pionero, también añade presión adicional a su carrera.

A pesar de estos desafíos, Nico Pino ha demostrado una resiliencia admirable. Su transición al automovilismo de resistencia, compitiendo en el WEC y la European Le Mans Series, podría ser una estrategia inteligente para mantenerse en el radar de los equipos de F1. Muchos pilotos, como Fernando Alonso o Brendon Hartley, han utilizado las carreras de resistencia como plataforma para regresar o ingresar a la F1. Sin embargo, este camino también tiene sus propias complejidades, ya que requiere adaptarse a un estilo de conducción y dinámicas de equipo completamente diferentes.

En definitiva, el sueño de Nico Pino de llegar a la Fórmula 1 está lleno de obstáculos, desde el financiamiento hasta la competitividad y selectividad de la categoría. Sin embargo, su talento, determinación y capacidad para adaptarse a nuevos desafíos lo mantienen en la carrera. Aunque el camino es difícil, Pino ha demostrado que no teme enfrentarse a las adversidades, y su historia sigue siendo una fuente de inspiración para quienes creen que, con esfuerzo y pasión, incluso los sueños más ambiciosos pueden alcanzarse.





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