A lo largo de las 97 ediciones de los premios Oscar, el certamen más consagrado de la industria del cine, sólo ocho mujeres han sido nominadas a la categoría de Mejor director. Uno de los galardones más importantes entre los 23 entregados por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas y que, finalmente, ha reconocido a apenas tres mujeres en toda su historia.
Dicha realidad es apenas uno de los tantos gestos que expresan la falta de reconocimiento y difusión al cine hecho por mujeres. Cifras que, sin embargo, no se condicen con el prolífico trabajo realizado por el género, y que durante las últimas décadas ha dejado una serie de títulos y propuestas que destacan entre lo más novedoso del medio.
Jane Campion, Sofia Coppola, Coralie Fargeat y Charlotte Wells son apenas algunas de las grandes directoras que han logrado penetrar con sus nombres entre lo más alto de la industria contemporánea, aunque la lista de grandes creadoras de la industria es mucho más extensa y variada. Consultadas por Radio y Diario Universidad de Chile, un grupo de expertas se aventuró a compartir una lista con sus directoras favoritas de todos los tiempos, en el marco de una nueva conmemoración del 8M.
Antonella Estévez, periodista y fundadora de CineChile
Voy a recomendar cinco autoras cinematográficas que creo que todo el mundo debería conocer. Parto por Agnès Varda, una mujer fundamental para la historia del cine y de las mujeres en el cine. Es lo máximo y hay varias de sus películas que se pueden encontrar en plataformas. De España, Isabel Coixet; de Nueva Zelanda, Jane Campion; de Argentina, Lucía Puenzo; y de Chile, Marialy Rivas.
Todas ellas son muy buenas cineastas. En términos técnicos, son muy eficientes e interesantes a la hora de contar. Toman mucho riesgo, pero, al mismo tiempo, todas ellas han estado siempre muy preocupadas de tener una audiencia, de no hacer un cine que sea difícil de entender, sino que, al mismo tiempo que tiene riesgo y un sello personal, sí busca relacionarse con una audiencia y contarles historias.
Y estas historias tienden a ser de mujeres que nos permiten mirar el mundo desde otros lugares. Son, además, cineastas que hacen películas bellas. Cuando las nombro se me empiezan a venir imágenes de sus películas a la cabeza y son todas muy emocionantes, bien filmadas, que tienen mucho cariño por sus personajes.
Claudia Huaiquimilla es una de las chilenas que siempre voy a recomendar porque la amo y, además, encuentro que hace un cine que tiene una mirada respecto al mundo y a la sociedad que es inclusiva, que busca ir más allá de los prejuicios y de los titulares. Películas como ‘Mala junta‘ o ‘Mis hermanos sueñan despiertos‘, que están en OndaMedia, conmueven y permiten involucrarse con los personajes para entender de dónde vienen aquellos que, en nuestro cotidiano, en el noticiero inserto en la lógica mediática, son los delincuentes, los peligrosos.
En cuanto a series, elijo a ‘Top of the lake‘, de Jane Campion. Una directora neozelandesa que fue la primera mujer en ganar la Palma de Oro en Cannes por ‘The Piano‘, pero que también dirigió esta serie del 2013 que tiene dos temporadas y que está protagonizada por Elisabeth Moss. Está disponible en Max y es un policial que me parece que es una maravilla. Está muy bien contado y tiene que ver con violencia de género. También otras como ‘La liberación’ (de Alejandra Márquez), y ‘Alias Grace’ (desarrollada por Sarah Polley).
Hay que entender que las mujeres somos la mitad de la población y que hemos estado históricamente subrepresentadas en el relato oficial, que ha sido construido desde el poder y por los varones desde los últimos 4 mil o 5 mil años. No siempre fue así y no ha sido así en todos los lugares, pero el relato occidental al que estamos acostumbrados, en el que nos situamos y en el que crecemos, es masculino. Donde los hombres son heroicos y lo que sucede en el espacio público es lo importante.
Y como las mujeres han sido relegadas al espacio privado, los temas que cruzan a la experiencia femenina no son relevantes. Cuando aparecen mujeres relevando estos temas, empezamos a ver la complejidad del mundo, nuestra propia experiencia. Empiezan a aparecer temas que son súper importantes para nosotros. Creo, además, que el poder de la representación abre puertas no solo para quien ve que su historia adquiere un lugar en el relato y le da validez, sino también para que quienes no la comparten puedan verla, identificarse, empatizar y acercarse a esa experiencia ajena.
Es muy importante que más mujeres hagan películas y series, que escriban libros y cuenten historias para que la diversa experiencia que significa ser mujer esté representada, como ya hemos visto históricamente la tremenda diversidad de experiencias que significa ser hombre. Y todavía estamos lejos de tener equidad en términos de quien cuenta los relatos.
Sol Márquez, crítica de cine y series
Voy a quedarme con dos óperas primas que se transformaron básicamente en mis películas favoritas de los últimos años, y que es ‘After Sun‘ de Charlotte Wells y ‘Vidas Pasadas‘ de Celine Song. Son un súper buen ejemplo de por qué necesitamos como espectadoras y espectadores acceder a series y películas narradas por mujeres, protagonizadas por mujeres, producidas por mujeres, y escritas por mujeres.
En estos dos casos, ellas escribieron y dirigieron historias que están contadas desde un punto de vista muy particular, atravesadas por su propia historia familiar y de vida. Esta idea de cómo recordamos al padre, cómo se enfrenta a una depresión, la idea de la memoria, del recuerdo, que es una reflexión muy bonita de ver en el cine, pensando en ‘After Sun’. Y Celine Song hizo una película espectacular que está lejos de una historia de amor tradicional, que tiene mucho que ver con el propio recorrido que está haciendo la protagonista y todas las dificultades que significa la migración.
Los puntos de vista siempre van a ser lo más interesante porque no son tantas las historias que se pueden contar. Es relevante poner ojo a quién es la persona y desde qué lugar nos está contando algo. Porque por muchísimo tiempo la norma eran las historias escritas, protagonizadas y dirigidas por un hombre, con todos los méritos que esa historia puede tener, pero que no necesariamente va a resonar con todas las audiencias. Y estoy pensando sobre todo en cuando analizamos la tercera era de oro de la TV. La mayoría de los protagonistas y de los showrunners son hombres que sí, contaron historias increíbles y encontraron una manera distinta de narrar. Se postula esta idea de que la gran novela norteamericana ahora se puede contar en la televisión.
La figura del antihéroe fue súper poderosa, pero de nuevo, en su mayoría son hombres que están contando las historias desde su lugar. Y ahí es cuando empiezan a surgir voces, entendiendo que siempre estuvieron, que comienzan a mostrarnos otros tipos de personajes, otras mujeres. Estoy pensando en ‘The Killing‘ o en ‘Gilmore Girls‘. El movimiento que surge con actrices que ya están aburridas de interpretar los mismos roles siempre y que comienzan a producir y a lanzarse a la televisión como un espacio creativo, con prestigio, lo que nos permite conocer historias nuevas, puntos de vista mucho más diversos, porque se sabe que incluso la manera de entender a las mujeres puede ser muy encasillable.
En lo personal, las mujeres escritas por mujeres me hacen mucho más sentido, e incluso la manera en que se ve a los hombres puede ser mucho más benevolente y gentil cuando quien está escribiendo es una mujer. Yo soy muy fan de un montón de showrunners y de directores hombres, pero he hecho el ejercicio en los últimos años de prestar más atención desde que me di cuenta de que había personajes femeninos que me hacían mucho ruido, me di cuenta de que mi tema es cómo algunos hombres los escriben de una forma que no necesariamente funciona o se alinea con lo que uno tiene a su alrededor. Pensando en lo más reciente, creo que dos súper buenos casos para ilustrar por qué necesitamos ver más series con showrunners mujeres serían la cuarta temporada de ‘True Detective‘ y ‘I may destroy you‘.
Cada vez que me preguntaban por ‘Bebé Reno’, yo hablaba de ‘I may destroy you’ y de cómo Michaela Coel había hecho lo mismo tres años antes, y si bien le fue muy bien en la temporada de premios, no fue un tema tan discutido, pese a que tenía elementos súper interesantes como cuando la protagonista dice que ella no había podido ser feminista antes porque estaba muy ocupada siendo afrodescendiente y pobre. Esa sutileza para hablar de un feminismo interseccional al momento de abordar una historia de abuso es algo súper interesante y espero seguir viendo cosas de Coel porque me parece de las mejores series de los últimos años.
Susana Díaz, directora y documentalista
Partiría recomendando ‘Casa particular‘ de Gloria Camiruaga, que es un cortometraje que se puede encontrar en YouTube y que narra paralelamente el prostíbulo donde trabajan unos prostitutos travestis con todo el devenir de su historia. Esto, contrastado con una performance de Las yeguas del Apocalipsis, de Lemebel-Casas, donde se pone en escena una especie de ‘Última cena’ cuando se empieza a acabar la dictadura. Esta obra fue censurada, incluso. Se iba a estrenar en el Bellas Artes y tuvo hartos problemas.
También está ‘La Venda‘, otro documental de Camiruaga que habla sobre muchas torturadas políticas que al final terminan tomando once y conversando sobre cómo sobrevivieron a esas torturas en diferentes centros de exterminio. Mi otra recomendación es Catherine Breillat. ‘Travesía breve‘ es una película que es súper interesante porque tensiona la sexualidad femenina, la búsqueda del deseo y el objeto. Es sobre una mujer de unos 30 años que se involucra con un tipo más joven y que, de cierta forma, solo lo utiliza. Y el chico queda súper destruido. Es bien interesante esta directora porque tensiona y cuestiona bastante los límites de lo políticamente correcto, la sexualidad y el deseo.
De Anne Charlotte Robertson, propondría ‘Five year diary‘, que es un diario íntimo que ella va construyendo toda su ansiedad, su devenir, sus quiebres amorosos, sus internaciones en hospitales psiquiátricos. Es una película muy intensa y bonita por la forma desde la que narra. La recomiendo harto, sobre todo para las directoras que les gusta un cine más íntimo en primera persona. Puede ser un súper lindo referente.
Las mujeres siempre han sido invisibilizadas. Ahora hay hartas directoras, sobre todo en el cine documental chileno, que han estado más visibles. Pero hay una cosa bien oculta de otras directoras, y por eso menciono a Camiruaga dentro del cine chileno, porque fue una directora que recién está saliendo a flote ahora, el 2025, cuando hizo una obra tremenda en los años 80 y 90.
Es súper importante visibilizar la obra de mujeres porque hay piezas magníficas que pueden influenciar a muchas personas, identificarlas, y que han trabajado temas que están súper en boga tanto ahora como en esos años. Ella trabajaba con travestis, con prostitutas, con las disidencias, y eso está súper fuerte ahora. Que se descubra una obra como la de ella es fundamental. En ese sentido, es muy importante que se distribuyan este tipo de obras. Como directora de series de música, creo que es crucial que haya más apoyo a la distribución de las obras realizadas por mujeres. Y también la proyección de las películas con foros, que ayuda mucho a que se pueda conversar con el público y a la formación de audiencias. Ahí se descubren cosas muy bonitas.
Gloria Camiruaga – Casa Particular (1990)
Alejandra Pinto, crítica de cine
Me gusta mucho el cine que hacemos las mujeres y me gustaría poner en relevancia a la que ahora, afortunadamente, es considerada la ‘madre’ del cine: Alice Guy, quien innovó con una forma de narrar que permitió entender cuál iba a ser el futuro del cine. Su nombre estuvo oculto por muchos años, pero afortunadamente hemos vuelto a saber de ella y hay mucho trabajo en torno a su obra. Creo que es una de mis grandes favoritas, en una época, además, en la que las mujeres tenían muy pocos tipos de trabajos que hacer. El aporte de Alice Guy a la historia del cine es fundamental.
Sobre directoras más recientes, mi favorita absoluta es Kathryn Bigelow. Tiene una forma de hacer películas que tiene historias que aparentemente son rudas, masculinas, pero con una mirada de género que es súper intimista. Y el hecho de hacerlo de esa forma nos permite también tener películas que pueden ser muy de género de acción, romance, películas de guerra también, pero que adquieren un espesor con una trama y un fondo súper complejo. Lo que hace ella me interesa mucho, y además es la primera mujer que ganó un Oscar a Mejor director, por lo que a nivel de industria también es súper importante.
Con respecto a directoras chilenas, tengo tres favoritas absolutas: Tiziana Panizza, Lorena Giachino y Carmen Castillo, tres documentalistas que están permanentemente cuestionando el poder, los territorios, las cosas que hacen sus personajes. Siento que sus películas son una forma de entender nuestro país. Igualmente, me parece que es obligación para cualquier persona que se considere cinéfila ver la filmografía de Agnès Varda, que es una imprescindible. Todas sus películas son un deleite y también son súper críticas, pensadas desde el poder, el feminismo, y tienen mucho que aportar. Varias de sus películas son de los 60, pero siguen estando súper vigentes.
Claire Denis es una directora francesa que me gusta muchísimo y tiene dos películas que me encantaría que todos pudiésemos ver. Una es ‘Beau travail‘, que es del año 99, y la otra es ‘High Life‘. Esta última, protagonizada por Robert Pattinson y Juliette Binoche. Son películas que, aparte de tremendamente entretenidas, tienen un acercamiento al cuerpo, a la materia, que siento que es súper fascinante. Y otras películas que me interesan son ‘Punto de quiebre‘ de Kathryn Bigelow, que es una película que siempre quiero recomendar; ‘Calle Santa Fe‘ de Carmen Castillo, documental chileno; y ‘Tierra sola‘, de Tiziana Panizza, gran documental sobre Isla de Pascua.
Quiero decir que los puntos de vista que son necesarios. Hay que considerar que el momento del nacimiento del cine, es uno que está particularmente movido y potenciado por mujeres que están trabajando desde ese momento como productoras, escritoras, directoras, actrices, editoras. Mujeres que están ahí, haciendo que el cine nazca. Pero, además, tenemos ideas sobre el mundo, la vida, los territorios, sobre todo, y que son distintas muchas veces al discurso oficial. Esto que vamos a llamar el gran discurso oficial patriarcal. Entonces, ver películas hechas por mujeres nos permite acceder a un discurso al que de otra forma probablemente no podríamos acceder. Es bueno no quedarse con una sola visión del mundo, no quedarse con un solo discurso.