El 10 de enero de 2020, en medio de las protestas en Plaza Baquedano, se desarrolló una reunión secreta en la residencia de Vitacura del ex ministro del Interior, Andrés Chadwick.
A la cita asistieron el entonces fiscal Manuel Guerra, el expresidente Sebastián Piñera y el abogado Luis Hermosilla. La reunión fue organizada por Guerra, quien contactó a Hermosilla tres días antes para gestionar el encuentro.
Según consignó Mega, el expersecutor, en un chat previo, expresó su interés en hablar con Piñera para alertarlo sobre “grupos que están operando en Santiago” y prevenir futuros conflictos en marzo.
La reunión se concretó el 9 de enero, con Hermosilla confirmando la cita y enviando la dirección de la casa de Chadwick. Tras el encuentro, Guerra comentó que fue útil hablar.
El Consejo de Defensa del Estado (CDE) presentó una querella acusando a Guerra y Hermosilla de cohecho, violación de secreto y prevaricación.
La querella señala que, mientras el Gobierno de Piñera estaba bajo fuerte escrutinio por su manejo de la crisis, Guerra compartió información interna sobre casos contra autoridades, lo que constituiría un interés adicional.
En chats de noviembre de 2020, Guerra detalló a Hermosilla las discusiones sobre las responsabilidades penales relacionadas con violaciones a los derechos humanos durante el estallido social. Guerra minimizaba la posibilidad de formalizaciones, destacando que no veía consecuencias para los responsables de violencia institucional.
Como fiscal Metropolitano Oriente, Guerra lideró investigaciones por los ataques al Metro, pero cerró muchas de ellas sin formalizar a nadie, aplicando la figura de “no perseverar” en casos como los incendios en las estaciones Trinidad, Los Quillayes y Macul.
Solo en el caso de la Estación Pedrero se logró una condena, y también obtuvo la condena de un acusado por el incendio en la Universidad Pedro de Valdivia antes de dejar el Ministerio Público.