Pascale Bonnefoy a 20 años de la captura de Paul Schäfer: "Contaba con una red de protección"

La periodista especializada en derechos humanos resaltó que parte de la dificultad para perseguir al líder de Colonia Dignidad tuvo que ver con su amplia influencia, tanto en figuras políticas como en las comunidades aledañas al enclave alemán.

La periodista especializada en derechos humanos resaltó que parte de la dificultad para perseguir al líder de Colonia Dignidad tuvo que ver con su amplia influencia, tanto en figuras políticas como en las comunidades aledañas al enclave alemán.

Este 10 de marzo se cumplen 20 años desde la captura, en Argentina, del líder de Colonia Dignidad, Paul Schäfer. El jerarca del enclave alemán, donde se cometieron graves violaciones a los derechos humanos durante la dictadura, llevaba más de cinco años como prófugo, pues al ver que las investigaciones en su contra por abusos sexuales contra menores avanzaban, escapó de nuestro país.

Schäfer fue encontrado en 2005 en la ciudad de Chivilcoy, a 165 kilómetros de Buenos Aires. En su captura fue vital la participación de un equipo de periodistas del programa Contacto de Canal 13, quienes lo ubicaron y avisaron a las autoridades correspondientes para que lo apresaran.

A dos décadas del hecho, Radio y Diario Universidad de Chile conversó con la periodista de investigación especializada en derechos humanos, Pascale Bonnefoy. La autora de “Cazar al cazador” -libro en que se detallan los esfuerzos de la Policía de Investigaciones (PDI) para dar con el paradero de Schäfer después del término de la dictadura- recordó que el sentimiento que primó después de la captura fue de “impacto, de que alguien lo haya encontrado, de que haya sido detenido, porque era una persona que ya era un enigma, que había logrado evadir a la justicia y también a los periodistas por décadas”.

“Fue muy impresionante y fue un impacto muy grande en todo el país”, dijo.

Además, Bonnefoy apuntó a lo simbólico e importante de la captura, pues Schäfer llevaba mucho tiempo impune, a pesar de que hace décadas se sabía de los graves crímenes cometidos al interior de Colonia Dignidad.

“Nunca se ha entendido cómo Colonia Dignidad y Paul Schäfer en particular, lograron sostenerse desde el año 61 en adelante, durante muchas décadas, sabiéndose desde el año 66 que abusaba de niños, que las personas que había reclutado para venir con él a instalarse a Chile ya se les habían quitado los pasaportes, que los tenían en condiciones de esclavitud, de separación de familias, sin pagos y sin posibilidad de salir. Todo eso se sabía por el primer fugado que hubo ese mismo año y por intentos de fuga de otras personas, todo eso se supo ya en los años 60, previo a la dictadura”, relató.

“Después, se agravó aún más la situación con el involucramiento y el servicio que prestó Colonia Dignidad hacia la DINA y a la dictadura en general. Era inconcebible que se mantuviera un enclave con poder propio, que no se le podía juzgar al líder, ni liberar a los colonos que estaban ahí. Eso se entiende en dictadura, pero se podría haber hecho algo durante el Gobierno de Frei Montalva, durante el Gobierno de Salvador Allende, también durante el Gobierno de Patricio Aylwin y no se hizo”, acusó.

La periodista de investigación, especializada en derechos humanos, Pascale Bonnefoy.

La periodista de investigación especializada en derechos humanos, Pascale Bonnefoy.

La periodista explicó que parte de la dificultad para perseguir judicialmente a Schäfer tenía que ver con su amplia red de influencia, que iba desde figuras políticas hasta las comunidades aledañas a Colonia Dignidad. Al lado del enclave alemán vivían personas de bajos recursos que se beneficiaban, por ejemplo, de los servicios gratuitos del hospital manejado por los alemanes.

Schäfer contaba con una red de protección no solamente entre autoridades, policías, legisladores, políticos, gente del poder, sino que también funcionarios locales que le permitían, por ejemplo, falsificar certificados de adopción de los niños que iban adoptando los distintos jerarcas fraudulentamente. Esto era para los niños que robaban en el hospital, porque iba gente local con sus niños enfermos, no los devolvían y los robaban para siempre. Schäfer sacó su licencia de conducir con un examen de vista falso, tenía un ojo de vidrio y según la licencia estaba bien. Contaba con muchos aliados locales. Se ganaba su favor con que fueran a pasear a Colonia, con pan, con fiambre, con queso, con kuchen, esa imagen de la comunidad alemana muy trabajadora y sanita. Era a distintos niveles”, recalcó.

A todo lo anterior, Bonnefoy agregó los problemas que tuvieron órganos estatales para llegar a Schäfer en los 90, en el período entre el final de la dictadura y su partida de Chile, en 1997.

“Cuando ya empezaron a perseguirlo y se produjeron los allanamientos, por un lado, él tenía una red que avisaba de inmediato y por otro, el tremendo sistema de vigilancia que les permitía ver a kilómetros de distancia si tenían vehículos. Tenían bunkers, túneles y lugares donde esconderse, entonces, por eso también físicamente no se le pudo localizar”, explicó.

Consultada, justamente, sobre el rol que jugó la justicia chilena y su organismo auxiliador, la Policía de Investigaciones (PDI), para ubicar a Schäfer, la periodista afirmó que la captura fue producto tanto del trabajo de policías, como del equipo periodístico de Contacto.

“El equipo de Contacto se agarró de una información que les fue traspasada, les dieron pistas dónde podría estar y más importante, con quiénes podría estar y esa información es logro de la Policía de Investigaciones. El problema es que la policía no fue muy prolija, porque fue a Argentina a buscar y al primer intento no encontró nada y se fueron y yo no sé qué paso dentro de la PDI, si hubo una suspensión de la investigación o pensaron que era un punto muerto. No es un logro exclusivamente de Contacto, pero Contacto fue más allá de lo que hizo la policía”, dijo.

El presente de Colonia Dignidad

Más allá de la figura de Schäfer, Bonnefoy estimó que aún no se ha hecho justicia para todo lo que ocurrió en Colonia Dignidad. La investigadora recordó que allí se cometieron crímenes administrativos, fabricación de armas de manera ilegal, abusos sexuales, vulneraciones contra los colonos, además de tortura y desaparición de opositores políticos en dictadura.

Respecto a estas investigaciones judiciales en particular, la periodista aseguró que se han alcanzado avances importantes en el marco del Plan Nacional de Búsqueda, “se ha logrado nueva evidencia, nuevos lugares de encuentro, nuevos testimonios, pero si lo tomas como algo global del año 61, 65 en adelante o 66, cuando se supo de los crímenes, que ya son casi 60 años y eso ha sido una vergüenza. Durante el Gobierno de Aylwin se quitó la personalidad jurídica de la Colonia, pero no se desmanteló, no se requisaron los terrenos”.

El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, entrega detalles sobre el proceso de expropiación de Colonia Dignidad.

El ministro de Justicia, Jaime Gajardo, entrega detalles sobre el proceso de expropiación de Colonia Dignidad.

Precisamente, requerida sobre la expropiación de los terrenos de Colonia Dignidad y del anuncio que el Gobierno hizo sobre aquello recientemente, Bonnefoy reconoció que se trata de un proceso importante en términos de memoria y de justicia, en el sentido de que permitirá seguir avanzando en las investigaciones.

Sin embargo, también observó que beneficiará a los jerarcas de la colonia, responsables de graves vulneraciones y crímenes, y con ello nuevamente se dejará de lado a quienes vivieron esclavizados durante décadas.

“La expropiación de algunos sitios de Colonia Dignidad es un paso importante pero al mismo tiempo, ¿a quién le van a pagar por la expropiación? ¿A quién van a compensar? Van a compensar a los dueños actuales que controlan las empresas creados por Schäfer. Todavía no han compensado, ni el Estado de Chile ni el de Alemania, a los colonos víctimas, que todavía ni siquiera son propietarios de sus propios terrenos y han trabajado toda la vida ahí. No se le ha pagado nada, compensación alguna. Esa es una deuda muy grande que la expropiación tampoco va a resolver”, declaró.





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