“Anunciamos el fin de la operación militar (…) tras el éxito de nuestras fuerzas en alcanzar todos los objetivos fijados”, afirmó este lunes el portavoz del Ministerio de Defensa sirio, Hasan Abdel Ghani, citado por la agencia oficial SANA.
El anuncio se da luego de varias masacres ocurridas en aldeas al este de Lakatia contra la comunidad alauita, de la cual procede el expresidente Bashar al-Asad.
Los hechos son los más graves desde que el expresidente Bashar al Asad fuese derrocado por una coalición dirigida por islamistas, que tomó el poder el pasado 8 de diciembre. Según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, los combates dejaron cerca de 500 muertos en ambos bandos. Además, la ONG informó que cerca de mil personas fueron asesinadas en ejecuciones sumarias y en “operaciones de limpieza étnica“.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el académico del Centro de Estudios Árabes de nuestra casa de estudios, Mauricio Amar, explicó que para entender lo que pasa en el país de Medio Oriente, “hay que tener en consideración que en Siria gobierna un grupo de insurgentes”.
“Este grupo operó durante la guerra civil en Siria contra el gobierno de Assad, toma el poder y desde el inicio ha existido un enorme temor de que avancen en políticas de revancha contra grupos que ellos consideran como cercanos al gobierno de Bashar al Asad. Especialmente la comunidad alauita”, detalló.
Mauricio Amar
El también doctor en Filosofía explicó que hoy Siria está “completamente fragmentada” y donde el gobierno no ocupa todo el territorio, ya que una parte está ocupada por el Estado de Israel. En esa línea, Amar señaló que “el gobierno sirio tiene una fuerte influencia de Turquía y hay un retroceso de las fuerzas que antiguamente habían estado cooperando con el gobierno de Bashar al Asad, en este caso de Irán y de Rusia”.
“Aquí lo que está en juego es fundamentalmente la presencia de una interpretación del islam absolutamente radical, que para la mayoría del mundo musulmán es una interpretación errónea y fuera de toda línea de lo que se debe entender por islam”, sostuvo.
Amar detalló que actualmente grandes potencias apoyan al nuevo gobierno sirio: “Se ha instalado como un gobierno al que Europa le ha dado la más cordial bienvenida”.
El académico de nuestra casa de estudios sostuvo que en Siria “solo se puede esperar lo peor”. Además, sostuvo que “si bien existían legítimas razones para derrocar al gobierno de Bashar al Asad”, lo que se ha instalado en Siria es “gobierno fundamentalista y que no va a tener ningún tipo de respeto por las distintas minorías étnicas”.
“Siria es un país especialmente complejo en términos religiosos y étnicos. Aquí va a haber un conflicto prolongado. Es posible que muchos de los grupos minoritarios comiencen a armarse contra el gobierno como una forma de protección”, agregó.
En tanto, el académico señaló que lo que “está en veremos es si esto se convierte en un gobierno totalitario, fundamentalista y continúa con el apoyo de las grandes potencias, o se desarrolla una nueva guerra civil, que también es una posibilidad”.