Metalengua y la reinvención del folclore chileno

  • 10-03-2025

“¿Será el reggaetón parte del folclore latinoamericano en 100 años?” La pregunta, tan descabellada como reflexiva, la plantearon los músicos de Metalengua, quienes encendieron el debate tras ganar la Competencia Folclórica del Festival de Viña del Mar, con una propuesta experimental que se aleja de lo que comúnmente se asocia al folclor tradicional chileno.

“La baba del sol” se titula la canción que les valió la Gaviota de Plata y se define como un vals porteño con raíces neo-folclóricas. En ella, los ritmos que nos transportan a la bohemia de Valparaíso también juegan con elementos que evocan el sonido de la música urbana. Esta combinación de estilos es la marca personal de la banda compuesta por los hermanos Pascal y Martín Torres, que ha destacado dentro de la escena musical chilena por fusionar ritmos latinoamericanos, pop, música urbana y todo lo que se les dé la gana, en un innovador género al que bautizaron “Chispop”.

A pesar de devolverle a Chile el triunfo en la Competencia Folclórica tras siete años, la victoria de Metalengua no estuvo exenta de críticas. Principalmente, sus detractores apuntan a que esta expresión artística no puede ser considerada folclore; que no tiene ninguna relación con las tradiciones chilenas y que otros músicos nacionales se alzaban como referentes más apropiados. Pero más allá de los juicios, que también han cuestionado el vestuario que debería tener un folclorista —críticas que la banda respondió con una irónica sesión de fotos donde se les ve elegantemente vestidos de huaso—, toda esta situación abrió preguntas que es interesante debatir en términos culturales.

Claro está que el folclore chileno no solo lo componen las cuecas, los charangos, los ponchos y las espuelas, pero como todo término relativo al arte, el folclore es un concepto en constante tensión. La UNESCO, que incorpora dentro de sus programas la protección de las culturas tradicionales y el folclore, emitió en 1982 la siguiente definición: “El folclore (en el sentido lato de cultura tradicional y popular) es una creación que emana de un grupo y está fundada en la tradición, expresada por un grupo o por individuos que reconocidamente responden a las expectativas de la comunidad en cuanto expresión de su identidad cultural y social”.

También, desde las primeras investigaciones en esta materia, se han destacado ciertos aspectos fundamentales del folclore. Entre ellos, su naturaleza flexible, es decir, que no se limita exclusivamente a lo cronológicamente antiguo, y su carácter dinámico, en el que la transmisión de generación en generación desempeña un rol vital. Por tanto, lejos de ser una forma estática, el folclore es una manifestación viva y cambiante, que evoluciona junto con las comunidades que lo producen y lo sostienen.

Así, músicos que hoy consideramos parte del repertorio folclórico del país como Víctor JaraVioleta ParraLos Jaivas o Inti Illimani, también fueron cuestionados en su época por su experimentación y por obras que, en aquel momento, eran rupturistas.

La pasada edición del Festival de Viña del Mar, dejó algunos datos dignos de analizar en torno a la Competencia Folclórica. Por ejemplo, este año se recibieron cerca de 800 canciones, lo que representó un aumento respecto del año anterior y además un incremento sustancial de las obras provenientes de Europa. También, vale la pena destacar que en términos de rating, ambas competencias tuvieron un alza de audiencia nunca antes vista.

Hoy, que parece abrirse un refrescante panorama para los cultores y cultoras de Chile, vale la pena recordar las sabias palabras que Violeta Parra dedicó en vida para los músicos jóvenes:

“Les diría que escriban como quieran. Que usen los ritmos que les salgan, que prueben sus instrumentos diversos, que se sienten en el piano y destruyan la métrica. Que griten en vez de cantar, que soplen la guitarra, que odien la matemática y que amen los remolinos. La creación es un pájaro sin plan de vuelo que jamás volará en línea recta“.

Esta columna fue parte del Boletín DiCREA. Inscríbete para recibirla cada viernes.

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