Me llamo Beatriz Aurora y nací en Santiago de Chile. Soy hija de españoles republicanos exiliados de la Guerra Civil. Mi madre es catalana y pianista y mi padre madrileño e historiador.
Siempre me gustó pintar pero me dediqué profesionalmente a ello a partir de l985.
Me considero autodidacta aunque estudié en la Escuela Experimental de Educación Artística donde además de la secundaria enseñaban arte.
En 1970 se abrió en Chile un proceso llamado “vía chilena al socialismo” con el gobierno de Salvador Allende. Participé en el movimiento popular y estudiantil hasta que en 1973, Pinochet encabezó un Golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional de Salvador Allende.
La dictadura militar asesinó, torturó y desapareció a miles de chilen@s, entre ellos a la mayoría de mis compañer@s.
Después del Golpe de Estado participé en la Resistencia hasta que en 1974 fui secuestrada por el servicio de inteligencia de la Fuerza Aerea de Chile. Estuve 10 días desaparecida y salí con vida gracias a la solidaridad internacional y a mi doble nacionalidad chileno-española.
Después de vivir unos años en Madrid y en La Habana; en l979 me vine a vivir a México, país que me conquistó desde que bajé del avión. Participé en el movimiento de solidaridad con Chile y Centroamérica.
En 1995 me nacionalicé mexicana. Me siento ciudadana del mundo pero muy mexicana aunque llevo a Chile en el corazón.
Desde 1985 me dedico profesionalmente a la pintura. He realizado varias exposiciones individuales. La primera fue en Tokio entre l986-1987, Alicante en 1988, Santiago de Chile en l989, Paris en l997, Zaragoza 1998, Cataluña 2007, Madrid 2008, Italia, 2008. Otras han sido en Montevideo y en Valencia.
La irrupción en 1994 de los zapatistas abrió un horizonte para la humanidad y ello me condujo a hacer un nuevo tipo de pintura al que llamo “historias pintadas” que cuentan lo que he vivido acercándome a las comunidades zapatistas pues es una manera de mostrar que otro mundo es posible y que las grandes transformaciones las hacemos los pequeños seres cuando juntamos nuestros sueños, nuestras fuerzas y despertamos.
La mayoría de las pinturas que actualmente realizo están inspiradas por la lucha zapatista, por su gente maravillosa, ejemplo de dignidad, de calidad y calidez humana, la más grande y noble que jamás haya conocido y a quienes les debo el haberme convertido en la pintora que soy.