Si bien el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), liderado por Sánchez, fue el ganador de los comicios generales, hasta el momento no ha conseguido los apoyos necesarios para formar el nuevo Gobierno.
Para el PSOE el punto de quiebre fue las carteras de Trabajo y Hacienda. “Ustedes querían controlar el 100% de los ingresos y el 50% del gasto; con el 25% de los escaños querían controlar el 80% del gasto social, siendo la cuarta fuerza política”, señaló el líder socialista.
A dos días de las elecciones generales en España, los sondeos auguran una clara victoria para el PSOE pero sin mayoría absoluta. Esto, plantea la incógnita de las alianzas parlamentarias, sea con una victoria de la izquierda o de la derecha.
Los líderes de la derecha española sumaron fuerzas en el primer debate electoral para tratar de neutralizar al socialista Pedro Sánchez, que aparece como favorito en todas las encuestas aunque se quedaría lejos de la mayoría absoluta que le permitiría gobernar en solitario.
Pedro Sánchez giró a la izquierda y ganó el apoyo de las bases del PSOE, pero a costa de la indignación del establishment ¿Lucha de clases en los partidos socialistas? ¿Cuál es su lugar en el mundo, si es que tal sitio sigue siendo necesario?
En los datos netamente electorales, y según indican desde el PSOE, Sánchez resultó victorioso en todas las comunidades autónomas, salvo en Andalucía y Aragón.
El socialismo español llegó en segundo lugar, con lo que pudo declararse “el partido hegemónico de la izquierda española”. Pero ahora es el único, en términos realistas, que puede darle mayoría a la derecha .¿Cruzará definitivamente el río?
El líder de la formación, Pablo Iglesias, se reunió este viernes con el presidente de los socialistas, Pedro Sánchez, quien busca apoyos para formar una administración que suceda al PP de Mariano Rajoy.
Luego del anuncio de Felipe VI, el PSOE deberá alcanzar los acuerdos parlamentarios necesarios para lograr presidir el país.
El partido liderado por el joven dirigente Pedro Sánchez es empujado a una decisión histórica, no solo para España sino también para la Internacional Socialista.
Ninguno de ellos, Partido Popular, PSOE, Ciudadanos y Podemos, constituyen una amenaza para el sistema. Los cuatro partidos están de acuerdo en lo fundamental y gozan del beneplácito de empresarios, la banca y las instituciones europeas, más allá de los discursos estridentes.
La irrupción de la izquierda representada por Podemos, y en menor medida de la de Ciudadanos, terminó con el bipartidismo que gobernó España durante toda la transición. Ganó el Partido Popular, por cierto, pero a partir de ahora deberá intentar formar gobierno en circunstancias muy adversas.