Chile cuenta con una superficie de más de un millón cuatrocientos mil hectáreas de Humedal, equivalente a 20 veces la superficie de Santiago. Estos ecosistemas son indispensables por los innumerables beneficios que brindan, desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción; biodiversidad, control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático.
Comprender que los humedales se encuentran en diferentes formas en nuestro país también es un punto fundamental. Lo cierto es que su presencia se da en múltiples formas:ecosistemas “altoandinos” como bofedales y vegas, en la zona costera como estuarios, marismas, albuferas (ingresos de mar), y en zonas patagónicas, se manifiestan en turberas, verdaderos bloques de vegetación y agua que se prolongan por metros hacia el subsuelo.
Sin embargo, un estudio tras otro demuestran que la superficie y la calidad de los humedales siguen disminuyendo en la mayoría de las regiones del mundo. El caso de Chile también es complejo, ya que la legislación medioambiental no protege estas grandes extensiones de agua.
Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram, advierte que uno de los principales problemas para la protección de humedales es que “en Chile tenemos una tensión permanente entre el poder económico que siempre está dominando todo lo que tiene que ver con cautelar derechos de las personas o resguardar bienes comunes o la naturaleza. En ese sentido, no se resguardan los lugares valiosos de Chile, porque no existe un ordenamiento territorial, ya que cada megaproyecto se instala donde quiere, como quiere y con la tecnología que quiere, generando mayor rentabilidad económica en desmedro de la rentabilidad social o ambiental que pueda tener su proyecto”.
Frente a esto, la especialista agrega que “un ordenamiento territorial haría que los grandes proyectos que generan conflictos tuvieran que considerar el territorio donde se instalan y buscar opciones distintas. Yo creo que ha habido una opción política de parte de distintos gobiernos de no ordenar el territorio, porque eso le da mayor rango de operación a las grandes empresas”.
Chile está suscrito a la convención de Ramsar desde 1960, este acuerdo internacional define ampliamente los humedales y su importancia, generando un listado de sitios protegidos de forma internacional. En Chile existen 12 humedales que tiene esta categoría, cuando existen más de 18 mil en nuestro territorio.
Los diputados Daniel Núñez y Cristián Campos, presentaron un proyecto de ley que busca proteger los humedales y dar un marco regulatorio a la intervención de estos ecosistemas, puesto que según plantea Muñoz “hay un vacío legal, ya que los humedales no tienen un rango de protección especial, como los santuarios de la naturaleza. Esto significa que cualquier intervención que exista no necesariamente tiene que pasar por la institucionalidad ambiental. En ese sentido, la protección es muy débil. Lo que hay que hacer es prohibir actividades que dañen irreversiblemente los humedales y un rango de 200 metros a la redonda”.
Una traba para que este proyecto se apruebe es que “la posición del Ministerio de Medio Ambiente frente a los humedales es bastante particular, ya que en un principio ni siquiera querían reconocer la definición de humedal que da la convención de Ramsa, lo que es altamente preocupante”, denuncia Flavia Liberona, Directora Ejecutiva de Fundación Terram.