A pocos días de la elección presidencial la tensión entre los candidatos se respira en el aire. El fuego cruzado entre los distintos bandos asemeja las escenas de una película que ya hemos visto varias veces y en la recta final del proceso de campaña, la mejor estrategia parece ir dirigida a poner en tela de juicio cada paso en falso que los abanderados hayan dado en el pasado y las distintas polémicas que se han abierto en el camino vuelven a aparecer.

Algo así sucedió cuando se conocieron los resultados del sumario interno, encargado a una comisión asesora,  de la fundación Chile Transparente para revisar el capítulo chileno del Informe Global sobre corrupción 2009, en el que se hacía alusión a la multa que había cursado la Superintendencia de Valores y Seguros  (SVS) por la compra de acciones de la empresa LAN con supuesta información confidencial.

El documento fue utilizado durante el primer debate televisivo por Eduardo Frei para demostrar los problemas sin resolver del presidenciable de la Coalición por el Cambio, provocando el momento más acalorado del encuentro. Sin embargo, la comisión que indagó en el contenido del texto determinó que el documento era “desequilibrado” en contra del empresario.

Y pese a que desde algunos sectores se esperaban disculpas de parte del candidato oficialista, éste llamó a Piñera a hacerse cargo del pasado e indicó que "el candidato de la derecha asistió a una reunión de directorio. Treinta minutos después de salir, compró acciones. Fue multado por la SVS, pagó la multa. Esos son los hechos. Lo demás son comentarios, informes, avisos, eso es lo central. Y esta actitud se ha repetido muchas veces, porque cada vez que hablamos del pasado, del Banco de Talca, del caso Chispas, o de la famosa radio Kioto, dicen que lo estamos insultando".

En esa misma línea, el candidato independiente, Marco Enríquez Ominami, señaló que “el problema de fondo es que Sebastián Piñera aún no resuelve sus conflictos de intereses”. Situación que, ciertamente, lo mantiene bajo la lupa de sus adversarios y de la opinión pública.

Por su parte, el presidenciable del Partido Comunista y la Izquierda Cristiana, Jorge Arrate, tiró sus dardos sobre la legitimidad de los informes del capítulo chileno de transparencia internacional.

“Fue una sorpresa lo que ocurrió con Chile Transparente porque tenía la impresión de que se trataba de un organismo internacional, autónomo e independiente y cuando ocurrió este incidente respecto a Sebastián Piñera, nos enteramos que los informes se hacían aquí y que no todos los consejeros lo leían. A mi juicio esta entidad debería hacer un cambio total de su plana directiva para limpiar su imagen”, sentenció Arrate.

Si bien, hasta el momento Piñera no se ha referido a estos comentarios, a de esperarse que la ofensiva no tarde en llegar. Después de todo, todo se vale en el amor, la guerra y las elecciones ¿no?