Calentamiento global


Viernes 11 de diciembre 2009 11:34 hrs.


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Sr. Juan Pablo Cárdenas,

Me parece pertinente escribirle a propósito de su comentario del jueves 10 de diciembre, en el que citara la aclaración que una auditora le hizo sobre un comentario, valga la redundancia, también suyo, de días anteriores. El tema que usted tocara fue el del "Calentamiento Global", y habló de la responsabilidad que le cabe a la humanidad y en particular a los países más industrializados, para tomar medidas en relación a este grave y amenazante fenómeno. La auditora en cuestión contradijo su punto de vista y le explicó que según "nuevas teorías" el "Calentamiento Global" en realidad se debe a que el Sol está pasando por una etapa de extrema actividad, con explosiones, que causarían un aumento de la temperatura incluso en nuestro planeta.

Me he enterado, por otras personas, que ésta y otras teorías similares están circulando en Páginas WEB, en la Internet.

Personalmente no sé nada de astronomía, ni de la vida y fenómenos en astros, estrellas y planetas. No me he informado sobre la actual actividad en nuestro sol, pero, de todas maneras, soy desconfiado.

Me parece extraño y curioso, cuando menos, que estas "teorías" aparezcan ahora, justo cuando una gran parte de la humanidad ha tomado y está tomando conciencia de los deterioros que han sufrido nuestro planeta y su entorno por causa de la explotación indiscriminada de sus recursos, por la falta de cuidado y de respeto por la vida, tanto animal, vegetal, mineral, e incluso humana, en que se incurre, por la ninguna previsión y atención que se le presta al futuro de la vida en la Tierra, ni siquiera pensando en los hijos, en los nietos, en los propios descendientes.

La única consigna que ha regido el comportamiento de la industria, de las grandes empresas, de los gobiernos de practicamente todos los países, ha sido la de ganar dinero, acrecentar el lucro, llenar sus arcas y sus bolsillos. Mientras más  y más rápido, mejor. Sin preocuparse en lo más mínimo de ética, moral y sobrevivencia.

¿Acaso se pueden negar los desastres que están a la vista? Para no ir más lejos, en nuestro propio país: lo arruinado que está el mar por la explotación indiscriminada de su riqueza, por la contaminación casi irreversible que han producido industrias como la del salmón, o aquellas otras que dejan caer sus desechos en sus aguas. Lo disminuídos que están nuestros bosques, que durante décadas han sido talados para convertirlos en "chips" que irán a  parar a Japón u otros destinos. La pérdida irrecuperable de nuestras especies nativas, como la araucaria y otras, que fueron diezmadas sin remordimientos. Lo contaminadas que están nuestras ciudades y más allá de ellas, por fábricas, vehículos, procesos,  que producen gases tóxicos que afectan la atmósfera y la vida en general. Lo deteriorada que está la capa de ozono que nos debería proteger, especialmente en nuestro territorio Sur, por la contaminación que producimos

Ejemplos claros de esto es han sido la tala salvaje del bosque nativo de la precordillera, que ha afectado a todas la regiones de la zona central de Chile. O la concesión que se le ha dado a la empresa Barrick Gold para que en la zona de Pascua Lama, en territorios cordilleranos de Chile y Argentina, explote minerales de oro, destruyendo glaciares milenarios, inmensas reservas de agua pura que desaparecen en meses, afectando, además la rica agricultura de la zona.

Y estos son sólo algunos ejemplos, nada más que en nuestro país, teniendo en cuenta que en otros las pérdidas irrecuperables son mucho más cuantiosas y graves, pongamos por caso el de la selva del Matto Grosso, en Brasil, pulmón del mundo, que ha sido y está siendo destruída a una velocidad inquietante, por los más diversos intereses que sólo representan destrucción y ganancia fácil, en oposición a la vida y tranquilidad del planeta.

Entonces, es sospechoso que justamente ahora aparezcan estas nuevas "teorías" que justifican la explotación y destrucción de las riquezas y productos naturales, proponiendo como causas del desastre a fenómenos lejos de nuestro alcance. Más sopechoso aún, cuando estaba por darse el encuentro de Copenhague, donde se debía tratar este problema, e intentar darle una solución; cuando las principales potencias contaminantes, Estados Unidos y China, tendrían que acatar proposiciones de parte de numerosos países, para disminuir la contaminación que ellas producen, pero que no quieren hacerlo, pues sus industrias y empresas archimillonarias se oponen, ya que tal cosa podría hacerles perder parte de sus hermosas ganancias. Cuando en nuestro propio país, tanto el gobierno como las industrias y los empresarios deberían tomar medidas y más aún, exigir a otros países una actitud responsable ente esta catástrofe; teniendo en cuenta que nuestro Chile es uno de los territorios más sensibles y de mayor riesgo en el planeta, ante los fenómenos producidos por el calentamiento global.

Nos preguntamos, ¿quién avala estás recientes y convenientes "nuevas teorías"?, ¿qué científicos serios y desinteresados están detrás de estas nuevas explicasiones?, ¿acaso el Internet es la nueva "palabra sagrada", que lo que dice es dogma?, ¿o será ésta una de las tantas desinformaciones que corren por éste y otros medios de comunicación, para confundirnos y permitir que las cosas sigan siendo lo que son, que los que dominan el mundo sigan acaparando riquezas mientras terminan con la vida y con el planeta?

Estimado Sr. Cárdenas, perdone la extensión y la intromisión, pero creo que es necesario que nos preguntemos cosas, que seamos desconfiados, en un mundo que infunde tan poca confianza, y que digamos "en la duda no te abstengas".

Muchas Gracias.
Alberto Maxwell

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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