Pese a que esta fue una de las últimas instancias que ambos abanderados tenían para conquistar los votos indecisos, la estrategia estuvo centrada en reforzar los aspectos de la campaña realizada de cara al balotaje y los planteamientos establecidos en sus respectivos programas de gobierno.
 

En un primer momento, se llevó a los candidatos a los escenarios más actuales en torno a sus figuras para que se refirieran a las controversias en las que han estado envueltos en los últimos días.
 

En este sentido, el presidenciable de la Coalición por el Cambio, Sebastián Piñera, fue inquirido respecto de la futura participación de colaboradores del régimen militar en su gabinete. Ante esto, el empresario respondió que su gobierno trabajará con nuevas generaciones, pero no descartó totalmente contar con algunos de los nombres que figuraron en el gobierno de Augusto Pinochet, siempre y cuando no hayan estado involucrados en violaciones a los derechos humanos, subrayó.
 

Posteriormente, el candidato oficialista, Eduardo Frei, tuvo que referirse a la independencia de los partidos políticos por la que abogó en las últimas semanas y que terminó con la renuncia de dos presidentes de colectividades de la Concertación, José Antonio Gómez del PRSD y Pepe Auth del PPD. 
 

"Una cosa es trabajar con los partidos políticos y la otra es la independencia, eso es lo que llamamos un gobierno suprapartidario. Voy a tener el respeto y autonomía para armar los equipos, porque este es un régimen presidencial”, sostuvo Frei.
 

Sin embargo, uno de los aspectos que atravesó este debate fue el intento constante de Eduardo Frei de ligar a su contendor con la dictadura militar mientras que, del otro lado del ring, Sebastián Piñera insistía en los nulos avances que han tenido los gobiernos de la Concertación, en especial, la administración de Frei.
 

Esto se vio graficado al abordarse los derechos humanos, instancia en la que el ex jefe de Estado recordó lo vivido durante la investigación del asesinato de su padre y destacó que muchas de las personas que apoyan la candidatura opositora estuvieron involucrados en las atrocidades cometidas durante la dictadura militar.
 

Y tratando de sacudirse ese episodio, Piñera recalcó que nunca apoyó el régimen militar y que había que mirar hacia el futuro, pues esos hechos habían ocurrido hace más de 30 años.
 

Además, ambos aspirantes a La Moneda tuvieron la oportunidad de enrostrarse las iniciativas que emprendieron  como parlamentarios y lo que hicieron, en concreto,  en temas como derechos humanos y reformas laborales. 
 

El punto más controversial se presentó en materia económica donde el empresario representante de la Coalición por el Cambio calificó la gestión de su contrincante como “la peor en materia de empleos”. Ante esto, el aludido se defendió diciendo que se enfrentó la crisis asiática y aún así logró  un seis por ciento de crecimiento.
 

También, esta fue la oportunidad para persuadir a los esquivos adherentes de Marco Enríquez Ominami – que se han dividido para brindar su respaldo entre los dos candidatos – rescatando uno de sus principales planteamientos, la Reforma Tributaria.
 

“Le vamos a dar un alivios a los chilenos y estamos estudiando aplicar un royalty y alzas a la contaminación y al tabaco”, dijo Piñera, mientras que el ex mandatario señaló que duplicará el impuesto a las mineras y además "controlaremos la evasión porque es muy grande y terminaremos con las empresas que compran empresas quebradas, costumbre que hay que acabar".
 

Otros de los puntos abordados en la instancia fue la educación pública, la reforma al sistema de Isapres, la privatización de Codelco, la matriz energética, la puerta giratoria y la política habitacional.
 

Finalmente, en su alocución final Frei reconoció que hay temas pendientes y señaló que durante su eventual gobierno se hará todo lo posible para corregirlos. "Sé lo que es gobernar (…) No hago cálculos y estoy reconcursando porque creo en Chile". En tanto, Piñera concluyó diciendo que sus compromisos son muchos, pero que lo hará "con un cariño especial con los que más lo necesitan" y sentenció que “ el gobierno de Frei no fue bueno y Chile merece uno  mucho mejor".