Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 26 de abril de 2024


Escritorio

Enough is enough


Lunes 25 de enero 2010 11:36 hrs.


Compartir en

Sr. Director,

Me cuento entre aquellos a quienes molestó el excesivo y sobreactuado protagonismo de Lagos la noche del 17 de enero.

Lo que ocurre con Ricardo Lagos es que nos desilusionó ya durante su mandato, el que creímos ingenuamente que iba a estar centrado en devolvernos la República democrática que él pretendía encarnar (recordemos su caminata hacia Morandé 80 ó su descenso de las escaleras hacia el patio de La Moneda a los sones del "Va pensiero" para firmar la reforma constitucional de 2005). 

Desafortunadamente, durante su administración, Lagos olvidó su compromiso con la democracia y primó su vanidad y egocentrismo, que lo llevó a preferir estampar su firma en una Constitución impuesta por la dictadura y sólo maquillada consensualmente con los herederos de aquélla y de espaldas al pueblo soberano, el gran olvidado de la Concertación desde el triunfo de 1988. De esta forma, culminó su mandato "amado por los empresarios", mientras, simultáneamente, retaba diariamente a los ciudadanos que lo habíamos elegido para que fuera nuestro líder, aquel que nos habría de conducir hacia la democracia plena y no un profesor gruñón, como nos mostró la televisión a diario.

Posteriormente, fue quedando cada vez más claro que en su administración se dieron los mayores casos de corrupción de estos 20 años y, si él no se enriqueció personalmente, sí se ejerció el nepotismo en favor de sus parientes políticos.

También nos desilusionó su falta de lealtad con la Presidenta Bachelet, especialmente en el caso del Transantiago, y en esto también cayó el ex Presidente Aylwin, siendo Eduardo Frei Ruiz-Tagle, sin duda,  el más correcto de los ex mandatarios con Michelle Bachelet.

Finalmente, Ricardo Lagos se negó a participar en primarias para elegir al candidato concertacionista, escabulló las acusaciones que recibía en su país y se candidateó sibilinamente desde tierras lejanas en sus periplos como "Capitán Planeta", con citas en cafés parisinos y diversas ciudades europeas con sus adláteres, lo que tuvo su clímax con su última aparición en escena, cual Hans Pfaall (el personaje de Edgar Allan Poe), con aquella interpelación desde las alturas, materializada en la misiva que nos dirigió desde Rotterdam.

Rafael Enrique Cárdenas Ortega

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Envíanos tu carta al director a: radio@uchile.cl