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Año XVI, 27 de julio de 2024


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Entrevista de Juan Pablo Cárdenas:

Carlos Figueroa: “Fui responsable del sistema para enfrentar un terremoto y no hice nada”

En medio de las recriminaciones por la respuesta que ha tenido el Ejecutivo frente al terremoto, el ex ministro del Interior del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, realiza una fuerte crítica a la forma casi testaruda en que los chilenos hemos afrontado esta tragedia. Además reflexionó sobre el futuro de la política post cataclismo.

Loreto Soto

  Domingo 7 de marzo 2010 19:05 hrs. 
Radio-Uchile

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En medio de las recriminaciones por la respuesta que ha tenido el Ejecutivo frente al terremoto, el ex ministro del Interior del gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, realiza una fuerte crítica a la forma casi testaruda en que los chilenos hemos afrontado esta tragedia. Además reflexionó sobre el futuro de la política post cataclismo. 

 Las críticas sobre la forma en que las autoridades han reaccionado frente al terremoto que asoló nuestro país el sábado pasado van y vienen desde todos los sectores. Sin embargo, el ex ministro del Interior del gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle, Carlos Figueroa, es uno de los pocos personajes que hace un mea culpa sobre la poca efectividad con la que enfrentamos las catástrofes, pese a que ya se han presentado varias veces en el país.

Abogado de la Universidad de Chile, Figueroa tiene una vasta experiencia en el servicio público – fue varias veces subsecretario y ministro – en la política y en el manejo de cataclismos. Demócrata Cristiano de toda una vida, analizó junto a Juan Pablo Cárdenas en Radio Universidad de Chile agudamente la contingencia nacional desde una perspectiva histórica.
 

Desde su experiencia en la administración pública ¿Cuál es su evaluación sobre la forma en que se ha manejado este terremoto?
 
En nuestro país todos los gobiernos se han servido un terremoto. Lo que más me llama la atención es que cada vez que esto ocurre, en los años 39, 60,  85 y este, la administración que se hace cargo siempre dice que hay que mejorar la alerta temprana, las comunicaciones, el abastecimiento y no se hace nada. Ya está computado que cada 25 años viene un sismo grande. Sin embargo, se producen los mismos problemas que en el pasado. Eso es increíble y es parte de la desprolijidad que existe entre las autoridades.
 
¿Por qué si sabemos que vivimos en un país sísmico la población no está instruida sobre cómo proceder en estos casos?
 
Habían algunas iniciativas en los colegios cuando Alberto Maturana dirigía la Onemi, pero eso es mínimo en comparación con la necesidad que se tiene en la materia. Y pareciera ser que ni siquiera los organismos pertinentes cuentan con los conocimientos adecuados. Resulta sorprendente que la gente de Talcahuano, que es la segunda de las bases navales más grandes del país, no tenga comunicación con el SHOA. Realmente es lamentable. Cómo es posible que un intendente diga que no pudo hacer nada porque estuvo 48 horas incomunicado con sus gobernadores, con los alcaldes y con el ministerio del Interior. Fue una vergüenza que Hillary Clinton entregara veinte teléfonos satelitales, que corresponden a 44 mil dólares, porque no teníamos los sistemas de comunicación adecuados.  Yo hago un mea culpa porque yo estuve en el cargo de quien es responsable del sistema para enfrentar un terremoto y no hice nada.
Pero al menos salió a terreno. Hoy nuestro ministro no ha salido de La Moneda…
 
Lo que ha pasado tiene mucho que ver con el estilo de gobierno porque aquí la Presidenta hace todo. El éxito que ha tenido la política comunicacional de la Presidenta Bachelet es que todas las cosas las hace ella. Viaja, llama, coordina. Aquí hay una estrategia de comunicación que es la más exitosa que yo he conocido en mucho tiempo.
 
Pese a ello  hay una sensación que no ha ejercido toda la capacidad ¿Jurídicamente, los Presidentes tienen la capacidad para ejercer todas sus facultades en estos casos?
Por supuesto que sí. Es más, en una emergencia como esta el intendente de la  región del Bío Bío no necesitaba el permiso de nadie para llamar a los militares y pedir ayuda para vigilancia, transporte o lo que sea. Nadie objetaría esa conducta después. Por eso no se entiende la inactividad de las autoridades.
Da la impresión que el Estado ha perdido fuerza para enfrentar estas situaciones ¿Cómo lo ve usted, es partidario de más o menos Estado?
 
Nunca me he metido en esa cosa. Es cierto que el Estado ha derivado hacia la sociedad civil cosas que tradicionalmente estuvieron en las manos de la autoridad política. Antes, la gente recurría a la autoridad central para que determinara todas las medidas necesarias. Hoy, por ejemplo,  la ayuda se canaliza a través de una Teletón organizada por Don Francisco, la Fundación para la Superación de la Pobreza, el Hogar de Cristo, Un Techo para Chile y el quinto elemento es el gobierno. Hasta esto se privatizó. ¿Has oído algo sobre los superintendentes de servicios sanitarios? Hay una especie de abandono de parte de las autoridades.
 
¿Políticamente habría recomendado una mayor integración entre las autoridades que están y las que vienen?
No, fue suficiente. El gobierno tenía que asumir la tarea inmediata que era tremenda y eso es lo que correspondía. Esta administración ha tenido un comportamiento correcto en lo que respecta a abrir la información y los contactos. También han sido prudentes porque no han claudicado a sus cargos. En ese sentido, ha habido un buen manejo.  
 
El futuro político después del terremoto
Históricamente, el país se ha enfrentado a cambios políticos drásticos. Sin embargo, hoy existe la percepción de un cambio muy brutal, en circunstancias que, en lo medular, ninguno de los candidatos planteaba cosas muy distintas. ¿Cómo lo ve usted?
Eso se vio reflejado en las campañas. Hubo gente que no tuvo miedo de cruzar la vereda. Frei se trató de diferenciarse en el tema de más Estado y nadie entendió lo que era eso. Hay que explicarlo, sobre todo en una sociedad que tiene una infinidad de servicios que le da el sector privado y que se comparan con los públicos y son mucho menos eficientes. Por eso el planteamiento no prendió a nadie.
 
¿Cree que Sebastián Piñera desde el poder pueda hacer diferencias notables?
 
En sus propuestas lo único que lo puede diferenciar es la del millón de empleos. Y uno se la puede tragar porque depende de las condiciones económicas. Pero con esta coyuntura el programa de gobierno debe haber cambiado radicalmente. El ministerio de Economía debe volver a ser el de reconstrucción. Grandes cosas en otros planos serán muy difíciles de realizar. El centro de acción de la próxima administración va a ser la reconstrucción.
¿Cómo ve el llamado que hace el Presidente electo a la unidad nacional y a involucrar concertacionistas en su gobierno, en especial, de la Democracia Cristiana?
 
Es un gran error. La unidad nacional que plantea Piñera no se hace necesariamente siendo ministro, sino que haciendo un acuerdo con la oposición para priorizar cuáles son las cosas importantes para el país. Es curioso que un tipo que estuvo en el Senado no entienda que tiene que mantener una relación institucional con los partidos. Así se hace. Y eso es lo que echo de menos en el gabinete. El nombró un equipo gerencial porque se siente cómodo en una mesa de directorio porque hablan el mismo lenguaje, pero es un error.
¿Cómo visualiza el futuro?  ¿Se acabó la Concertación?
Si uno tiene en cuenta las circunstancias de lo que pasó y de lo que uno podría apreciar en este par de meses, la cosa no se atisba bien. Toda la negociación para las mesas en el Congreso no me parece que contribuya a asumir la derrota y decir que somos una alianza que ha demostrado la capacidad de gobernar el país todos están más preocupados de quién se va a quedar con el partido y esa es una mala señal que se ha dado.
 
En ese escenario ¿Cuál será el rol de la Democracia Cristiana?
 
Creo que la Democracia Cristiana le haría un daño enorme al país si no tomara en sus manos el renovar y fortalecer la Concertación. Nos fuimos anquilosando en el poder y no nos dimos cuenta que había un país que estaba cambiando y que nosotros mismos lo estábamos haciendo. Con este terremoto se presenta una gran oportunidad para que la política se acerque a la gente. Los parlamentarios estaban hablando en el Senado y no en su zona. Ahora es una gran oportunidad con la reconstrucción.
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