Isapres en los descuentos

  • 03-05-2010

Por tercera vez el Tribunal Constitucional ha fallado contra las Isapres estableciendo que es inconstitucional el aumento de la prima por los criterios de sexo y edad. Hoy día las mujeres en edad fértil  y los mayores de 65 años tienen alzas muy importantes y discrecionales en sus cotizaciones.

A lo señalado por dicho Tribunal habría que agregar lo inmoral que resulta hacer negocio con la población cautiva de las Isapres. Un estudio de la Superintendencia de Salud demuestra que el grupo más rentable para éstas son los adultos mayores ya que sólo un 30% de ellos tiene mayor gasto en salud y el resto genera importantes excedentes.

¿Cómo se explica la tozudez de las Isapres? Mal evaluadas por la ciudadanía y con una menor afiliación creciente, sin embargo, no modifican su manera de hacer negocio. Mucho más que la salud de sus afiliados, les importa ganar dinero y aunque sea a costa de los grupos más vulnerables y necesitados, como son los adultos mayores.

He señalado en otras oportunidades que si Fonasa se lo propusiera, las Isapres dejarían de existir. Bastarían convenios razonables con las principales clínicas y un seguro adicional como el que tienen casi todos los colegios del barrio alto para que la población de ingresos medios se atendiera en ellas. Se podrían desarrollar redes privadas encargadas de cuidar la salud de sus asegurados con programas preventivos de alto impacto. Una asociación virtuosa entre Fonasa y la atención privada preocupados del bienestar de las personas y no de explotar su capacidad de pago.

Las Isapres son simples intermediadoras y muy caras, con costos de administración que superan el 10%. Con un Fonasa más activo ya no tendrían para qué existir.

Convengamos en que lo señalado anteriormente es poco probable en este gobierno. En las discusiones de la reforma de salud los parlamentarios de la Alianza cerraron filas en defensa de las Isapres y estuvieron dispuestos a no aprobar el AUGE si el gobierno de Lagos insistía en el Fondo de Solidaridad entre Fonasa y las Isapres.

Por otra parte, en declaraciones recientes el actual superintendente de Salud señaló que lo único que podría aumentar la afiliación a las Isapres serían los subsidios públicos a esa industria, idea hasta ahora totalmente desechada. Probablemente por allí se encaminará el lobby, insistiendo en soluciones financieras.

El terremoto ha puesto en el tapete la solidaridad y la necesidad de preocuparse por los demás, particularmente los más necesitados. En ese ambiente las Isapres, violando principios constitucionales y explotando a los más vulnerables en su cartera de afiliados, van en la dirección contraria, arriesgando un desprestigio cada vez mayor. Defenderlas o apoyarlas será un riesgo para el gobierno y para los parlamentarios que tanto las cuidaron.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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