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América Latina: Van 13 periodistas asesinados

Hugo Guzmán R

  Miércoles 12 de mayo 2010 19:24 hrs. 
Radio-Uchile

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Balas trazadoras salen de cuarteles militares y policiales, de reductos de narcotraficantes, de oficinas de gobiernos o del crimen organizado, y fijan el blanco en profesionales de la prensa. Es para hostigar, estigmatizar, apresar o matar. Malas y mortales costumbres que no cesan. Que algunos omiten o subestiman. Mientras otros relevan y difunden simplemente porque no puede ser y debe dejar de ser.

Hace pocos días circuló un informe de la Comisión Investigadora de Atentados a Periodistas (Ciap) –entidad de la Federación Latinoamericana de Periodistas, dirigida por el chileno Hernán Uribe- en que se señala que en los cuatro primeros meses de este año, fueron asesinados 13 periodistas en territorio de América Latina. Un promedio de tres periodistas fallecidos violentamente cada mes.

Llama la atención que de ellos, seis cayeron en Honduras, bajo el régimen de Porfirio Lobo, quien pudo llegar a la cabeza de esa nación porque antes hubo una asonada inconstitucional contra el Presidente Manuel Zelaya. De tal manera que la muerte de periodistas hondureños se suma, irremediablemente, a la lista de asuntos tan sensibles como condenables en el país centroamericano que tiene cuentas pendientes con la democracia, la comunidad internacional, las leyes y, esencialmente, con su propio pueblo.

Como ocurre con otros episodios de Honduras, la prensa de “los de arriba”, la privada, la oligopólica, la que fruncía el ceño con Zelaya, no ha dicho nada de los siete colegas asesinados en esa nación.

México sigue, por desgracia y para tristeza, ocupando –como casi siempre- un primer lugar en periodistas abatidos. En estos cuatro meses llena con seis cadáveres de reporteros la lista del informe de la CIAP. Allá la mayoría cae por la acción violenta, intimidante, sucia, del narcotráfico y el crimen organizado.

Cuando se conocían esas cifras, en La Habana, Cuba, se realizaba el Coloquio Internacional por el Día Mundial de la Libertad de Expresión y se analizaba la cifra de 13 periodistas asesinados en el continente y se recordaba los 77 profesionales de la prensa caídos en 2009, en todo el mundo. Se abordaron allí dos situaciones específicas: Honduras y Cuba. El contraste. Se condenaban “los crímenes perpetrados contra profesionales de los medios informativos en Honduras” y el silencio de tantos ante esa fechoría criminal. Y se puntualizaba que “sin embargo, contra Cuba, donde en más de medio Siglo no ha ocurrido ningún asesinato, desaparición o tortura de un periodista, se concentra una feroz campaña mediática”.

Se podría decir que la respuesta frente a los crímenes de periodistas también está ideologizada. En Chile, por ejemplo, durante casi dos décadas la prensa no informó, ni habló, de muchísimos profesionales de la comunicación ejecutados y desaparecidos.

Mogens Schmidt, de la Unesco, dijo a al agencia IPS, que se calcula que el 70% de los culpables de asesinar gente de la prensa, no han sido procesados. En 2008, indicó, se pidió antecedentes sobre esta situación a 28 países afectados, y sólo 13 enviaron alguna documentación.

Hablando y sabiendo que en estos últimos años se supera la cifra del centenar de periodistas asesinados en todo el mundo, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, señalaba que “demasiados periodistas ejercen su profesión en un ambiente en el que las restricciones a la información son la norma, donde afrontar presiones, hostigamientos, intimidación o incluso agresiones físicas, es algo que forma parte ya del trabajo diario”.

Parece destino insuperable –al menos en este mundo a quien Mafalda ofrecía medicinas- que las balas trazadoras seguirán saliendo para fijar puntería en periodistas que molestan y enojan a militares, policías, narcos, criminales organizados, gobernantes, políticos y empresarios, para hostigarlos, amedrentarlos, estigmatizarlos y, tragedia contemporánea, asesinarlos.-

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