La muerte del suboficial (r) del Ejército, Héctor Vallejos Birtiola (71), quien falleció en el penal Punta Peuco este martes, donde cumplía una condena de cinco años y un día por el crimen de un matrimonio extranjero en diciembre de 1973, puso nuevamente en cuestión el polémico indulto Bicentenario, que podría dejar en libertad a ex uniformados condenados por violaciones a los Derechos Humanos.
Vallejos, quien se convirtió en el primer uniformado en fallecer recluido por este tipo de delitos, había solicitado en marzo de este año un indulto al ex ministro de Justicia, Carlos Maldonado, aduciendo problemas de salud, pues estaba aquejado de un cáncer terminal vesicular, el que finalmente lo llevó a la muerte.
Refiriéndose a este caso, el titular de Justicia, Felipe Bulnes aclaró que el indulto fue evaluado y rechazado por el gobierno anterior y no por la actual administración; y al mismo tiempo, se adelantó al posible debate que podría generar el tema, indicando que los casos de amnistía, sobre todo por razones humanitarias, “son temas muy complejos”, pues “combina la natural misericordia con el compromiso de cumplir la ley”.
Asimismo, Bulnes aseguró que el Indulto Bicentenario no es parte del programa de gobierno de Sebastián Piñera, si no una iniciativa de la Iglesia que probablemente será presentada para los 200 años de independencia del país, en septiembre.
De todas maneras, el secretario de Estado dijo que la medida será “analizada con ponderación y prudencia” cuando sea presentada oficialmente por la institución.
Frente a la opción que la muerte del ex militar haga resurgir las demandas a favor de la libertad de los ex uniformados condenados por violaciones a los derechos humanos, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, afirmó que se trataría de “un aprovechamiento que no tiene ninguna justificación”.
Vallejos había sido condenado el años pasado por la Corte Suprema por el homicidio del ciudadano argentino Bernardo Lejderman y su esposa mexicana María del Rosario Ávalos, ocurrido en Coquimbo en 1973.
La muerte del suboficial (r) del Ejército, Héctor Vallejos Birtiola (71), quien falleció en el penal Punta Peuco este martes, donde cumplía una condena de cinco años y un día por el crimen de un matrimonio extranjero en diciembre de 1973, puso nuevamente en cuestión el polémico indulto Bicentenario, que podría dejar en libertad a ex uniformados condenados por violaciones a los Derechos Humanos.
Vallejos, quien se convirtió en el primer uniformado en fallecer recluido por este tipo de delitos, había solicitado en marzo de este año un indulto al ex ministro de Justicia, Carlos Maldonado, aduciendo problemas de salud, pues estaba aquejado de un cáncer terminal vesicular, el que finalmente lo llevó a la muerte.
Refiriéndose a este caso, el titular de Justicia, Felipe Bulnes aclaró que el indulto fue evaluado y rechazado por el gobierno anterior y no por la actual administración; y al mismo tiempo, se adelantó al posible debate que podría generar el tema, indicando que los casos de amnistía, sobre todo por razones humanitarias, “son temas muy complejos”, pues “combina la natural misericordia con el compromiso de cumplir la ley”.
Asimismo, Bulnes aseguró que el Indulto Bicentenario no es parte del programa de gobierno de Sebastián Piñera, si no una iniciativa de la Iglesia que probablemente será presentada para los 200 años de independencia del país, en septiembre.
De todas maneras, el secretario de Estado dijo que la medida será “analizada con ponderación y prudencia” cuando sea presentada oficialmente por la institución.
Frente a la opción que la muerte del ex militar haga resurgir las demandas a favor de la libertad de los ex uniformados condenados por violaciones a los derechos humanos, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, afirmó que se trataría de “un aprovechamiento que no tiene ninguna justificación”.
Vallejos había sido condenado el años pasado por la Corte Suprema por el homicidio del ciudadano argentino Bernardo Lejderman y su esposa mexicana María del Rosario Ávalos, ocurrido en Coquimbo en 1973.
La muerte del suboficial (r) del Ejército, Héctor Vallejos Birtiola (71), quien falleció en el penal Punta Peuco este martes, donde cumplía una condena de cinco años y un día por el crimen de un matrimonio extranjero en diciembre de 1973, puso nuevamente en cuestión el polémico indulto Bicentenario, que podría dejar en libertad a ex uniformados condenados por violaciones a los Derechos Humanos.
Vallejos, quien se convirtió en el primer uniformado en fallecer recluido por este tipo de delitos, había solicitado en marzo de este año un indulto al ex ministro de Justicia, Carlos Maldonado, aduciendo problemas de salud, pues estaba aquejado de un cáncer terminal vesicular, el que finalmente lo llevó a la muerte.
Refiriéndose a este caso, el titular de Justicia, Felipe Bulnes aclaró que el indulto fue evaluado y rechazado por el gobierno anterior y no por la actual administración; y al mismo tiempo, se adelantó al posible debate que podría generar el tema, indicando que los casos de amnistía, sobre todo por razones humanitarias, “son temas muy complejos”, pues “combina la natural misericordia con el compromiso de cumplir la ley”.
Asimismo, Bulnes aseguró que el Indulto Bicentenario no es parte del programa de gobierno de Sebastián Piñera, si no una iniciativa de la Iglesia que probablemente será presentada para los 200 años de independencia del país, en septiembre.
De todas maneras, el secretario de Estado dijo que la medida será “analizada con ponderación y prudencia” cuando sea presentada oficialmente por la institución.
Frente a la opción que la muerte del ex militar haga resurgir las demandas a favor de la libertad de los ex uniformados condenados por violaciones a los derechos humanos, la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, afirmó que se trataría de “un aprovechamiento que no tiene ninguna justificación”.
Vallejos había sido condenado el años pasado por la Corte Suprema por el homicidio del ciudadano argentino Bernardo Lejderman y su esposa mexicana María del Rosario Ávalos, ocurrido en Coquimbo en 1973.
