Nacido en 1922 en Azinhaga, en el sur de Portugal en el seno de una familia modesta, cursó estudios en un liceo profesional en Lisboa donde obtuvo un diploma de cerrajería. Verdadero autodidacta, se apasionó desde joven por la literatura y ocupó diversos empleos de funcionario, traductor y dibujante, hasta llegar a trabajar en una editorial donde ocupó el cargo de director literario.

En los años setenta ejerció como comentador político y crítico literario en la prensa portuguesa. Sus primeras obras literarias, poemas y crónicas tuvieron poca repercusión.
Su primera novela en 1947 fue “Tierra de pecado”, en donde evocaba el mundo rural de su provincia natal.

En 1975 publicó una antología poética “El año 1993”, y en 1980 escribió “Levantado del suelo”, saga sobre una familia de agricultores portugueses. La fama le llegará en 1982 con la publicación de “Memorial del convento”, su tercera novela.

Su obra “El evangelio según Jesucristo” en 1992 provocó escándalo en Portugal y fue censurada por “blasfematoria”. Desde entonces Saramago vivía en un simbólico exilio en la isla española de Lanzarote. En 1998 el reconocimiento internacional a su obra literaria le llegó con el Premio Nobel de literatura. Su obra ha sido traducida en una veintena de lenguas.

En su haber, una treintena de obras, entre prosa, poesía, ensayos y obras de teatro. Portugal ocupa un lugar central en el universo literario de José Saramago, en cuyos relatos se entrelaza la fábula, el realismo y la fantasía. Miembro del Partido comunista portugués desde 1959, solía afirmar el escritor que “lo más importante en el mundo es saber decir no a la injusticia”.

Una posición ética que le acompañó a lo largo de su obra y de su vida. “Hay que dejarse guiar por el niño que hemos sido”,  decía el escritor portugués que participó activamente en numerosos foros altermundialistas, en los que defendió una idea central: “El comunismo no ha muerto, tan solo hay que reinventarlo”.