La tasa de desocupación llegó a 8,8 por ciento en el trimestre marzo-mayo, reflejando un aumento de 2,6 por ciento respecto del trimestre móvil anterior, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Los mayores ajustes a la baja se dieron en los sectores de Agricultura, Pesca y Hoteles, mientras Enseñanza y Administración lideraron la creación de empleo, también impulsada por Transporte y Hogares Privados con servicio doméstico. En tanto, el sector de la Construcción, que había estado aportando un número relevante de puestos de trabajo, tuvo una variación prácticamente nula, al igual que las Actividades Inmobiliarias.
Por otra parte, los efectos del terremoto sumados a la estacionalidad agrícola continuaron siendo particularmente sensibles en las regiones del Biobío y del Maule, donde el aumento del desempleo fue mayor al promedio del país. En ambas regiones, se registró una baja trimestral en la fuerza de trabajo, caracterizada por la pérdida de empleos que, agregado al alza en el número de cesantes, significó disminuciones en la tasa de ocupación y participación.
Asimismo, los nuevos indicadores analíticos mostraron nuevamente un aumento de los ocupados a tiempo parcial y de los ocupados que buscan empleo.
Además, la muestra arrojó un incremento mayor en la fuerza de trabajo femenina (0, 2 por ciento) que en las inactivas (0,1 por ciento), traduciéndose en una una cifra histórica de participación femenina de un 44, 5 por ciento.
La tasa de desocupación llegó a 8,8 por ciento en el trimestre marzo-mayo, reflejando un aumento de 2,6 por ciento respecto del trimestre móvil anterior, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Los mayores ajustes a la baja se dieron en los sectores de Agricultura, Pesca y Hoteles, mientras Enseñanza y Administración lideraron la creación de empleo, también impulsada por Transporte y Hogares Privados con servicio doméstico. En tanto, el sector de la Construcción, que había estado aportando un número relevante de puestos de trabajo, tuvo una variación prácticamente nula, al igual que las Actividades Inmobiliarias.
Por otra parte, los efectos del terremoto sumados a la estacionalidad agrícola continuaron siendo particularmente sensibles en las regiones del Biobío y del Maule, donde el aumento del desempleo fue mayor al promedio del país. En ambas regiones, se registró una baja trimestral en la fuerza de trabajo, caracterizada por la pérdida de empleos que, agregado al alza en el número de cesantes, significó disminuciones en la tasa de ocupación y participación.
Asimismo, los nuevos indicadores analíticos mostraron nuevamente un aumento de los ocupados a tiempo parcial y de los ocupados que buscan empleo.
Además, la muestra arrojó un incremento mayor en la fuerza de trabajo femenina (0, 2 por ciento) que en las inactivas (0,1 por ciento), traduciéndose en una una cifra histórica de participación femenina de un 44, 5 por ciento.
La tasa de desocupación llegó a 8,8 por ciento en el trimestre marzo-mayo, reflejando un aumento de 2,6 por ciento respecto del trimestre móvil anterior, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).
Los mayores ajustes a la baja se dieron en los sectores de Agricultura, Pesca y Hoteles, mientras Enseñanza y Administración lideraron la creación de empleo, también impulsada por Transporte y Hogares Privados con servicio doméstico. En tanto, el sector de la Construcción, que había estado aportando un número relevante de puestos de trabajo, tuvo una variación prácticamente nula, al igual que las Actividades Inmobiliarias.
Por otra parte, los efectos del terremoto sumados a la estacionalidad agrícola continuaron siendo particularmente sensibles en las regiones del Biobío y del Maule, donde el aumento del desempleo fue mayor al promedio del país. En ambas regiones, se registró una baja trimestral en la fuerza de trabajo, caracterizada por la pérdida de empleos que, agregado al alza en el número de cesantes, significó disminuciones en la tasa de ocupación y participación.
Asimismo, los nuevos indicadores analíticos mostraron nuevamente un aumento de los ocupados a tiempo parcial y de los ocupados que buscan empleo.
Además, la muestra arrojó un incremento mayor en la fuerza de trabajo femenina (0, 2 por ciento) que en las inactivas (0,1 por ciento), traduciéndose en una una cifra histórica de participación femenina de un 44, 5 por ciento.
