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Bélgica asume presidencia temporal de la Unión Europea

Bélgica asume este jueves la presidencia rotatoria de la Unión Europea. Los belgas reciben el relevo de manos del gobierno español.

Radio Nederland

  Jueves 1 de julio 2010 16:28 hrs. 
Radio-Uchile

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Bélgica recibe este 1 de julio las riendas para presidir temporalmente el Consejo de la Unión Europea. La crisis económica que sufre la UE será tema central de la presidencia rotatoria, como lo ha sido en el caso de España, uno de los países más afectados por dicha crisis.

Bélgica tiene la ambición de ampliar a más actores el debate sobre la reforma de las reglas de la unión económica y monetaria, un objetivo controvertido que puede crear tensión entre las instituciones y con los socios.

Además, el país asume la presidencia en un momento de gran incertidumbre política interna y en pleno proceso de formación de un nuevo gobierno central en el que, por primera vez, el núcleo lo constituirán los separatistas flamencos.

Sin embargo, el primer ministro en funciones belga, Yves Leterme, ha asegurado que la falta de un gobierno estable no va a ser obstáculo para que Bélgica ejerza con eficacia su labor como presidente rotatorio. Cabe recordar que Bélgica se encuentra en el corazón de la UE y es un país muy veterano en cuestiones europeas. Esta será su duodécima presidencia temporal.

Conclusión de la presidencia española

Termina así la presidencia española de la Unión Europea, que ha recibido tanto críticas como elogios por el trabajo desarrollado durante estos seis meses. Ha sido la cuarta presidencia española de la UE y concluye con un balance agridulce.

El gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero hace una lectura positiva y considera cumplidas sus prioridades. Así lo destacó Leire Pajín, secretaria de Organización del gobernante Partido Socialista, quien calificó la presidencia española como discreta pero eficaz. Por su parte, el líder de la oposición, Mariano Rajoy, criticó el papel jugado por España, definiendo la presidencia de turno como una “presidencia deslucida y de bajo nivel”.

En opinión de Cristina Barrios, experta en temas europeos para la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior, la valoración que cabe hacer es positiva, por cuanto considera que España se ha encontrado con una situación de profunda crisis económica para la que era difícil prepararse con anterioridad. Barrios explica que las presidencias rotatorias de la UE se preparan con mucha antelación, y no se podía predecir la gravedad de los problemas económicos que iban a sacudir al bloque europeo, que obligaron a adoptar medidas extraordinarias para salvar el euro.

Algunos expertos alaban el hecho de que se haya sembrado el germen de un “gobierno económico europeo”, con la aprobación del impuesto sobre la banca y de un sistema de vigilancia previa de los presupuestos nacionales de los estados miembros. Respecto a la banca, el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero declaró que “es de justicia que quienes contribuyeron a generar la crisis participen equitativamente a su recuperación”.

El secretario de Estado español para la Unión Europea, Diego López Garrido, asegura que se ha dado un salto esencial para forjar una unión económica, ya que cuando se decidió la creación del euro se optó por establecer una unión monetaria pero sin una unión económica.

Lazos con América Latina

Antes de que España asumiera la presidencia de turno el 1 de enero de este año, se especulaba con que las relaciones del bloque europeo con Cuba iban a ser una de las prioridades en la agenda. Se decía que España iba a impulsar la eliminación, o al menos la revisión, de la llamada Posición Común Europea hacia Cuba.

Sin embargo, la presidencia española concluye y la Posición Común se mantiene. Cristina Barrios considera que es un tema muy complejo, en el que no sólo cuenta lo que diga España. Cabe recordar que cualquier modificación de esta política hacia la isla o incluso su eliminación se debe adoptar por consenso en el seno de la UE y todavía son muchas las diferencias de opinión entre los socios europeos respecto a Cuba.

Uno de los momentos culminantes de la presidencia rotatoria española fue la cumbre Unión Europea-América Latina y el Caribe, que se celebró en Madrid los días 18 y 19 de mayo. Amenazada en vísperas de su comienzo por un posible boicot de algunos países latinoamericanos ante la anunciada presencia del presidente de Honduras, Porfirio Lobo, quien finalmente no participó en el encuentro, el resultado final de la Cumbre se valoró muy positivamente. Se firmaron acuerdos de asociación con los países de Centroamérica, Perú y Colombia, y se retomó la negociación de la UE con MERCOSUR, congelada desde el 2004.

La analista Cristina Barrios recuerda que, aunque hay distintas visiones de cómo se deben establecer las relaciones entre europeos y latinoamericanos, España es el país clave para fomentar el interés de la UE por América Latina y para que esta región siga presente en la agenda europea.

Relevo belga

La presidencia de turno belga que hoy comienza se inscribe plenamente dentro del marco del Tratado de Lisboa que reduce de forma considerable el papel y la visibilidad de la presidencia rotatoria.

El Tratado dio origen a nuevas figuras permanentes, que representan a la Unión Europea en el escenario internacional, como son el presidente del Consejo de la UE, el belga Herman van Rompuy, y la Alta Representante para la política exterior, la británica Catherine Ashton. Van Rompuy preside y prepara todas las cumbres de líderes comunitarios y Ashton preside los consejos de ministros europeos de Relaciones Exteriores y representa a la Unión en los encuentros con los socios internacionales.

Con esta distribución de funciones, a la presidencia rotatoria le queda organizar y presidir el resto de las formaciones del Consejo de ministros, entre ellas el Ecofin (Economía y Finanzas), que ha cobrado especial relevancia desde el estallido de la crisis financiera y de la deuda soberana.

En este contexto, Cristina Barrios, de FRIDE, dice que la tan criticada burocracia europea es positiva en este sentido, porque permite que las presidencias rotatorias se vayan intercambiando sin que se rompa el ritmo ni afecte al funcionamiento general de la Unión Europea.

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