Días agitados han vivido en las últimas dos semanas los usuarios del Transantiago debido a la huelga de los trabajadores de la empresa Transaraucaria y la toma en un terminal de Alsacia. Más de un millón de santiaguinos quedaron sin micros, lo que vino a agitar la crisis que vive el sistema metropolitano de transporte público.

Los conductores del operador del Troncal 1 ocuparon el terminal de la comuna de Peñalolén, afectando el transporte en el eje Departamental, lo que se superó recién con la intervención de Carabineros.

El motivo del paro parcial se debió a las precarias condiciones laborales de los choferes, que no cuentan con las medidas básicas de seguridad para entregar un buen servicio a los pasajeros, pero también fue en señal de apoyo a los huelguistas de Transaraucaria.

Según el secretario general de la Confederación de Trabajadores de Alsacia, Oscar Brito, la situación en este operador sería más grave aún, ya que los buses realizan sus recorridos con certificados de revisión técnica fraudulentos.

“El año pasado en el mes de febrero nosotros denunciamos revisiones técnicas fraudulentas por parte de Alsacia. Se les dio cuenta a las autoridades correspondientes, eso está por escrito, pero ellos no han solucionado nada”, dijo el dirigente.

Sólo la punta del iceberg

El operador del sector H de la capital, Transaraucaria, no saca sus máquinas a la calle hace seis días debido a que sus conductores se encuentran en huelga legal por el no pago de sus imposiciones desde hace dos años y tampoco del sueldo de junio.

De todos modos, esta última firma fue informada este lunes del inicio del trámite para la caducación del contrato de servicio por parte de la Subsecretaría de Transportes.

Sin embargo, para el dirigente Denis Vargas la medida administrativa adoptada por la autoridad no les ayudará a solucionar el conflicto.

“A nosotros nos obligan diariamente a conducir máquinas sin revisión técnica, eso lo hemos expuesto ante el ministerio de Transporte, Carabineros, la ministra del Trabajo… Por eso, es que cumplimos seis días de paro indefinido y le recalcó al gobierno que si no se constituye una mesa tripartita la paralización indefinida va a ser para todos los choferes del Transantiago”, advirtió Vargas.

Un juicio crítico realizó en este caso el presidente de los sindicatos unidos de Transaraucarias, Osvaldo Arancibia, al afirmar que estos problemas reflejan las serias dificultades que viene registrando desde su implementación el plan de transporte. Junto con ello, emplazó  a la autoridad a actuar como garante en este conflicto.

“El Transantiago se está cayendo, nosotros estamos alerta porque necesitamos esta fuente de trabajo y por eso le decimos al gobierno que debe involucrarse. El Estado debe ser garante de los problemas de los trabajadores de Transantiago y hacemos un llamado a la autoridad a escuchar a este grupo de trabajadores. Las protestas tienen un impacto social tremendo y cada día que pase las movilizaciones van a aumentar”,  indicó Arancibia.

En el mismo sentido, el representante del alimentador Araucaria, Gino Bignami, denunció similar situación en el operador que presta servicios en la zona G y llamó a los demás conductores del Transantiago a apoyar la movilización de Transaraucarias.

“Consideramos que es el Estado el que concesiona, el Estado el que caduca y es el Estado el que nos tiene en estas condiciones. Nosotros necesitamos que todos los trabajadores del Transantiago vean la pelea que estamos dando como propia, no puede ser que compañeros nuestros estén cubriendo los sectores donde nosotros trabajamos. Necesitamos el apoyo de todos nuestros compañeros, para eso los invitamos a todos a defender los derechos de los trabajadores. Nuestros compañeros están hace un meses sin recibir su salario, con más de dos años de imposiciones sin pagar, por lo tanto, queremos que la autoridad tome cartas en el asunto”, señaló  Gino Bignami.

El experto en ingeniería en transporte, Louis de Grange, si bien reconoció la gravedad que tiene el no pago de imposiciones, aseguró que las actuales condiciones de seguridad de los trabajadores del Transantiago serían más beneficiosas que las que había en el sistema de los microbuses amarillos. Por otro lado, el experto desmitificó la efectividad que tendría la plataforma de gestión de flota y aseguró que el 99 por ciento de funcionamiento que poseen las redes de GPS es lo que ha permitido fiscalizar el servicio de los buses.

“En términos de seguridad están mucho mejor que lo que había antes y la presencia o no de las cámaras de seguridad, la verdad es que tampoco sirve. Ha habido asaltos con cámara o sin cámaras, incluso muchas veces los jueces no consideran las imágenes para tomar decisiones. Creo que los conductores ya están mucho mejor al no manejar dinero. También se ha mitificado la gestión de flota, eso va a mejorar el sistema en aspectos marginales, sólo a nivel local. En el fondo, un plan basado en buses para una ciudad del tamaño de Santiago que mueve seis millones de pasajeros al día no va a funcionar. Mientras no se avance en la extensión de las líneas de Metro, el sistema sólo se va deteriorar”, aseguró de Grange.

Mientras continúe la paralización de Transaraucaria los tramos serán cubiertos por buses de otras empresas, dijo la coordinadora del Transantiago Ana Luisa Covarrubias. “Una vez culminado el proceso de caducidad se abrirá una licitación para reemplazar al operador de la zona H”, agregó.

Respecto del conflicto laboral de Transaraucaria, la “zarina” del sistema de transporte capitalino afirmó que el ente encargado de fiscalizar esta situación es la Dirección del Trabajo y no el ministerio de Transporte.

“Nosotros en el Transantiago hemos estado trabajando para entregar y asegurar la continuidad de un buen servicio a los trabajadores, me parece que las personas más indicadas y que tienen la experiencia en estos casos es la gente del ministerio del Trabajo. Me parece que eso es lo más adecuado. Ellos podrían ejercer una mejor intermediación en este conflicto”, dijo.

En tanto, la ministra vocera de gobierno, Ena Von Baer, insistió que los problemas que registra el Transantiago son herencia de los gobiernos de la Concertación. Asimismo, enfatizó que se trabaja para mejorar “una política pública que no estaba funcionando bien”.

A más de cuatro años de la caótica implementación del sistema de transportes que prometía ser la panacea para la asfixiada y congestionada capital, nuevas aristas dan cuenta de la crisis en la que está inmerso el Transantiago. Si primero fueron problemas de planificación, incumplimiento de contratos, financiamiento insuficiente, ahora, ni con cuatro alzas consecutivas a costa del bolsillo de los usuarios se  ha logrado calmar el problema y conseguir, al menos, buenas  condiciones laborales para los choferes, quienes incluso denuncian que deben usar pañales mientras manejan. Una “perlita” más a cuenta del vilipendiado Transantiago.