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Unasur: Es hora de estar con los amigos

De aprobarse por el Parlamento chileno, Unasur sería la única instancia, junto al Mercosur, donde Chile actuaría como miembro asociado propiciando así una inserción regional más verdadera, desplazando nuestra privilegiada relación con Estados Unidos.

Vivian Lavín

  Viernes 9 de julio 2010 17:30 hrs. 
Radio-Uchile

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Si América es la Patria grande, como la llamaba Bolívar, habría que decir,  que América del Sur es nuestra Patria Chica, que vive especiales momentos de unidad que podrían perfilarla como un bloque económico y político resistente a los duros embates de la era globalizada.

Uno de los intentos más recientes de unificación es la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), cuya génesis se remonta al cambio de milenio, cuando se produjeron las tres primeras reuniones de Presidentes de América del Sur. De éstas,  surgió en Cusco, Perú, el año 2004, la Cumbre Sudamericana de Presidentes que tuvo una actividad importante hasta  el año 2008, cuando se le pone fin para dar nacimiento formalmente a Unasur “como una organización  dotada de personalidad jurídica internacional”.

El año pasado, la organización estableció un Plan de Acción 2009-2010 con cuatro objetivos principales a desarrollar en las áreas de a) políticas de defensa; b) cooperación militar, acciones humanitarias y operaciones de paz; c) industria y tecnología de la defensa y d) formación y capacitación.

Unasur constituyó un cambio respecto de lo que venía dándose desde hace décadas en las relaciones entre las naciones sudamericanas, particularmente, en los años noventa cuando se revitalizaron las energías que habían estado dormidas desde los 60.

La ausencia de Estados Unidos

La creación y vigencia de un órgano que agrupe a las naciones de América del Sur, como lo es Unasur, ha significado una silenciosa lucha de poderes, pero sobre todo, de influencias. Hay quienes la respaldan con fuerza, pero hay otros sectores que desearían su extinción lo antes posible. Es muy claro al analizar las posiciones respecto de Unasur que éstas se dividen según la relación que se quiera tener con Estados Unidos. Y es que Unasur, a diferencia de la OEA, no cuenta a Estados Unidos como estado miembro, lo que al país del norte lo pone tremendamente nervioso, pues pierde una crucial y estratégica área de influencias.

Pero hay quienes piensan que Estados Unidos “es parte de región y hay que entenderlo. No se puede negar su papel como un actor de la región, pero no se puede aceptar que sea rector que tenga una intromisión indebida”, dice el director del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Juan Emilio Cheyre.

Chile, junto a otras once naciones, es de los estados fundadores que con más fuerza han impulsado la iniciativa, y la  presidencia pro tempore que ejerció hasta el año pasado Michelle Bachellet fue muy contundente en su esfuerzo por consolidarla, sin embargo, no fue suficiente, ya que no logró que Chile se convirtiera en miembro pleno. Faltó la ratificación por parte del Congreso Nacional, un paso que hoy se hace más inseguro cuando se sabe que aún cuando Sebastián Piñera era candidato mostraba su reticencia señalando que era un órgano que “debía mostrar y demostrar su utilidad”. Hace pocos días,  estuvo en Chile el secretario ejecutivo de Unasur, Néstor Kirchner, y pudo constatar en persona la fría recepción del actual gobierno a través del Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Hernán Larraín quien le dejó muy en claro que Chile ponía sus condiciones para ratificar el Tratado constitutivo. ¿Qué tipo de condiciones?

La primera exigencia apunta a lo señalado por el Presidente Sebastián Piñera respecto de establecer una “cláusula democrática” que exprese que cualquier país que atente contra el sistema democrático queda automáticamente fuera del conglomerado. En segundo lugar, que la relación de Unasur sea complementaria a la de la OEA y otras iniciativas ya existentes. En tercer lugar, que la creación de instituciones como el Parlamento deben tener una función acotada a la de foro político, pero que por ningún motivo reemplace la facultad legislativa de los parlamentos nacionales, y, por último, que la secretaría general del organismo que representa Néstor Kirchner sea un cargo de dedicación exclusiva, como lo señala el mismo Tratado, de modo que no participe en política activa en su país. Exigencias que no le cayeron muy bien al ex mandatario argentino, a quien además “se le cuestiona su genuino interés por política internacional, ya que cuando fue Presidente no lo tenía, no asistía a las cumbres, por ejemplo”, explica la cientista política, Paz Millet.

¿Por qué es necesario Unasur?

Uno de los analistas que han puesto en duda la vialibilidad de Unasur es el director del Centro de Estudios Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile. “No se puede formar una entidad internacional si no hay consensos básicos en cuanto democracia, tipo de proyectos y me parece muy bien que Chile aclare estos puntos”, explica el general(r) Juan Emilio Cheyre. “Unasur es importante para Chile porque busca unir a la Comunidad Andina de Naciones (CAN), Mercosur, Surinam, Guyana y Chile, porque hay que recordar que para nuestro país ésta es la única instancia en la que participa como miembro pleno, ya que en las otras lo hace como miembro asociado. “Unasur surge como iniciativa de concertación política y que busca abordar problemas fundamentales para la región, como es la integración”, explica la académica de la Universidad de Chile, Paz Millet. Sin embargo, en el diálogo mismo que se ha tenido en su interior muestran ciertas debilidades que dificultan alcanzar ciertos consensos básicos, pero con la elección Néstor Kirchner se ve que ha pasado a un período más activo.

Unasur puede exhibir como grandes logros en su primer año de vida: la solución de la crisis boliviana cuando se pusieron en funcionamiento los mecanismos de diálogo político ante la petición del gobierno de Bolivia que enfrentaba una difícil situación interna que amenazaba su estabilidad política, su régimen democrático y su unidad nacional, como lo señala el abogado Julio Sau. El académico también señala como otro importante logro la creación de los Consejos de Salud y Defensa, destacando en particular éste último “debido a la proyección política que tiene y al rol que está destinado a jugar en el futuro del proceso de integración de América del Sur”, explica Sau.

Uno de los aspectos más interesantes que abre Unasur tiene que ver con el tema de la defensa, ya que “es una instancia que en algún momento se definió que podría convertirse en una nueva OTAN, y lo que busca es aunar políticas en el marco de la defensa, que es uno de los temas más fundamentales de división en la región”, dice Paz Millet.

Otro de los aspectos cuestionados por el gobierno chileno tiene que ver con el Parlamento de Unasur, ya que “el gran resquemor y no sólo chileno, es que se ha demorado tanto en sólo ratificar un acuerdo constitutivo que puede resultar muy apresurado darse un Parlamento. Pero en lo relativo a la pérdida de soberanía que éste pudiera implicar, creo que es una exageración”, finaliza.

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