Dos artistas chilenos que han desarrollado carreras en el exterior se reúnen en una nueva exposición de la galería D21 en Providencia del 16 de Julio al 14 de Agosto.
Se trata de Nicolás Franco y Francisco Valdés, el primero licenciado de la Universidad Complutense de Madrid, con estudios en el famoso DeAteliers de Ámsterdam y uno de lo artistas mejor evaluados de la pasada I Trienal de Chile (octubre 2009).
Valdés, por su parte, residente en Londres, con una frecuente presencia en espacios europeos y considerado uno de los artistas más singulares de la escena chilena de la última década.
Las obras de Nicolás Franco y Francisco Valdés se estructuran desde diferentes materialidades y formas de expresión visual. Las técnicas aprehendidas son, en ambos casos, puestas a disposición de una atmósfera y un relato, que elude la literalidad para subrayar el detalle, lo que es menos visible, aquello que se intuye pero no se dice.
Con montajes totalmente independientes, Franco y Valdés comparten un espacio, arrojando variadas posibilidades y cruces de significación. En el caso de Francisco Valdés, suele trabajar con obras que son sucesivamente transformadas y que se combinan en la elaboración de una pieza única. A través de objetos, fotografías, acciones y diferentes estilos de pintura simultánea, refiere a problemas como la reproducción, el cambio y la obsolencia, tanto de los objetos como de las prácticas sociales.
Francisco Valdés mostrará en D21, un conjunto de trabajos desarrollados durante la última década, a través de los cuáles quiere resaltar las formas de concebir la imagen, entablando diálogos entre la pintura y la fotografía. Algunas escenas del terremoto de 1960 o una vitrina con antiguos aparatos de televisión son algunos referentes que utiliza para sus ejercicios que hablan a través de su visualidad o, como él dice, “obras para ser vistas”.
Nicolás Franco bucea y pesquisa en documentos de todo tipo, elaborando a partir de ellos procesos artesanales de edición. Su trabajo se relaciona mucho a lo que se ha calificado -en los últimos años- como Postproducción en las artes visuales, sirviéndose, entre otras fuentes, de escenas del cine de suspenso, crónicas periodísticas y literatura Para esta exposición, su estrategia consistió en trabajar con el índice de un libro que trata el concepto de “Unheimliche” creado por Sigmund Freud. Franco utiliza esta lista de contenidos como una matriz escultórica que permite manipular diferentes soportes y archivos. También escribe en grandes dimensiones sobre el muro la palabra MISSING, convirtiéndola en un dispositivo que ofrece distintas interpretaciones en el marco espacial.
Nicolás Franco y Francisco Valdés coinciden en una mirada sospechosa frente a la sobre codificación teórica del arte actual. Ambos van por propuestas que, sin evadir la actitud crítica, apelan más bien al rasgo inquietante, a la reformulación de un cierto enigma intrínseco a la obra artística. El curador español Fernando Castro Flórez define muy bien las coincidencias entre ambos:
“Las piezas de estos artistas tienen algo de espectros, valga este termino tan connotado tras Derrida, de un tiempo desquiciado. Los cuadros de la catástrofe de Francisco Valdés o el hígado de neón de Nicolás Franco imponen un destino que es, valga la redundancia, escatológico. No hace falta consultar al oráculo: sólo sucede, como pensara Heráclito, lo peor. Esa es buena señal para continuar (a pesar de todo)”.
La exposición de Nicolás Franco y Francisco Valdés podrá visitarse en forma gratuita entre el 16 de Julio y el 14 de agosto en Galería D21 (Nueva de Lyon 19, depto.21).
Dos artistas chilenos que han desarrollado carreras en el exterior se reúnen en una nueva exposición de la galería D21 en Providencia del 16 de Julio al 14 de Agosto.
Se trata de Nicolás Franco y Francisco Valdés, el primero licenciado de la Universidad Complutense de Madrid, con estudios en el famoso DeAteliers de Ámsterdam y uno de lo artistas mejor evaluados de la pasada I Trienal de Chile (octubre 2009).
Valdés, por su parte, residente en Londres, con una frecuente presencia en espacios europeos y considerado uno de los artistas más singulares de la escena chilena de la última década.
Las obras de Nicolás Franco y Francisco Valdés se estructuran desde diferentes materialidades y formas de expresión visual. Las técnicas aprehendidas son, en ambos casos, puestas a disposición de una atmósfera y un relato, que elude la literalidad para subrayar el detalle, lo que es menos visible, aquello que se intuye pero no se dice.
Con montajes totalmente independientes, Franco y Valdés comparten un espacio, arrojando variadas posibilidades y cruces de significación. En el caso de Francisco Valdés, suele trabajar con obras que son sucesivamente transformadas y que se combinan en la elaboración de una pieza única. A través de objetos, fotografías, acciones y diferentes estilos de pintura simultánea, refiere a problemas como la reproducción, el cambio y la obsolencia, tanto de los objetos como de las prácticas sociales.
Francisco Valdés mostrará en D21, un conjunto de trabajos desarrollados durante la última década, a través de los cuáles quiere resaltar las formas de concebir la imagen, entablando diálogos entre la pintura y la fotografía. Algunas escenas del terremoto de 1960 o una vitrina con antiguos aparatos de televisión son algunos referentes que utiliza para sus ejercicios que hablan a través de su visualidad o, como él dice, “obras para ser vistas”.
Nicolás Franco bucea y pesquisa en documentos de todo tipo, elaborando a partir de ellos procesos artesanales de edición. Su trabajo se relaciona mucho a lo que se ha calificado -en los últimos años- como Postproducción en las artes visuales, sirviéndose, entre otras fuentes, de escenas del cine de suspenso, crónicas periodísticas y literatura Para esta exposición, su estrategia consistió en trabajar con el índice de un libro que trata el concepto de “Unheimliche” creado por Sigmund Freud. Franco utiliza esta lista de contenidos como una matriz escultórica que permite manipular diferentes soportes y archivos. También escribe en grandes dimensiones sobre el muro la palabra MISSING, convirtiéndola en un dispositivo que ofrece distintas interpretaciones en el marco espacial.
Nicolás Franco y Francisco Valdés coinciden en una mirada sospechosa frente a la sobre codificación teórica del arte actual. Ambos van por propuestas que, sin evadir la actitud crítica, apelan más bien al rasgo inquietante, a la reformulación de un cierto enigma intrínseco a la obra artística. El curador español Fernando Castro Flórez define muy bien las coincidencias entre ambos:
“Las piezas de estos artistas tienen algo de espectros, valga este termino tan connotado tras Derrida, de un tiempo desquiciado. Los cuadros de la catástrofe de Francisco Valdés o el hígado de neón de Nicolás Franco imponen un destino que es, valga la redundancia, escatológico. No hace falta consultar al oráculo: sólo sucede, como pensara Heráclito, lo peor. Esa es buena señal para continuar (a pesar de todo)”.
La exposición de Nicolás Franco y Francisco Valdés podrá visitarse en forma gratuita entre el 16 de Julio y el 14 de agosto en Galería D21 (Nueva de Lyon 19, depto.21).
Dos artistas chilenos que han desarrollado carreras en el exterior se reúnen en una nueva exposición de la galería D21 en Providencia del 16 de Julio al 14 de Agosto.
Se trata de Nicolás Franco y Francisco Valdés, el primero licenciado de la Universidad Complutense de Madrid, con estudios en el famoso DeAteliers de Ámsterdam y uno de lo artistas mejor evaluados de la pasada I Trienal de Chile (octubre 2009).
Valdés, por su parte, residente en Londres, con una frecuente presencia en espacios europeos y considerado uno de los artistas más singulares de la escena chilena de la última década.
Las obras de Nicolás Franco y Francisco Valdés se estructuran desde diferentes materialidades y formas de expresión visual. Las técnicas aprehendidas son, en ambos casos, puestas a disposición de una atmósfera y un relato, que elude la literalidad para subrayar el detalle, lo que es menos visible, aquello que se intuye pero no se dice.
Con montajes totalmente independientes, Franco y Valdés comparten un espacio, arrojando variadas posibilidades y cruces de significación. En el caso de Francisco Valdés, suele trabajar con obras que son sucesivamente transformadas y que se combinan en la elaboración de una pieza única. A través de objetos, fotografías, acciones y diferentes estilos de pintura simultánea, refiere a problemas como la reproducción, el cambio y la obsolencia, tanto de los objetos como de las prácticas sociales.
Francisco Valdés mostrará en D21, un conjunto de trabajos desarrollados durante la última década, a través de los cuáles quiere resaltar las formas de concebir la imagen, entablando diálogos entre la pintura y la fotografía. Algunas escenas del terremoto de 1960 o una vitrina con antiguos aparatos de televisión son algunos referentes que utiliza para sus ejercicios que hablan a través de su visualidad o, como él dice, “obras para ser vistas”.
Nicolás Franco bucea y pesquisa en documentos de todo tipo, elaborando a partir de ellos procesos artesanales de edición. Su trabajo se relaciona mucho a lo que se ha calificado -en los últimos años- como Postproducción en las artes visuales, sirviéndose, entre otras fuentes, de escenas del cine de suspenso, crónicas periodísticas y literatura Para esta exposición, su estrategia consistió en trabajar con el índice de un libro que trata el concepto de “Unheimliche” creado por Sigmund Freud. Franco utiliza esta lista de contenidos como una matriz escultórica que permite manipular diferentes soportes y archivos. También escribe en grandes dimensiones sobre el muro la palabra MISSING, convirtiéndola en un dispositivo que ofrece distintas interpretaciones en el marco espacial.
Nicolás Franco y Francisco Valdés coinciden en una mirada sospechosa frente a la sobre codificación teórica del arte actual. Ambos van por propuestas que, sin evadir la actitud crítica, apelan más bien al rasgo inquietante, a la reformulación de un cierto enigma intrínseco a la obra artística. El curador español Fernando Castro Flórez define muy bien las coincidencias entre ambos:
“Las piezas de estos artistas tienen algo de espectros, valga este termino tan connotado tras Derrida, de un tiempo desquiciado. Los cuadros de la catástrofe de Francisco Valdés o el hígado de neón de Nicolás Franco imponen un destino que es, valga la redundancia, escatológico. No hace falta consultar al oráculo: sólo sucede, como pensara Heráclito, lo peor. Esa es buena señal para continuar (a pesar de todo)”.
La exposición de Nicolás Franco y Francisco Valdés podrá visitarse en forma gratuita entre el 16 de Julio y el 14 de agosto en Galería D21 (Nueva de Lyon 19, depto.21).
