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Las Pymes, la pobreza y la desigualdad

Columna de opinión por Rafael Ruiz
Lunes 26 de julio 2010 20:04 hrs.


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La discusión generada en torno a la pobreza en sus dos ángulos principales, la comparación Democracia con Dictadura donde la eficacia de la democracia es irrebatible; desde 1987 a la fecha los progresos de Chile son apabullantes, como a la discusión entre los conservadores y progresistas del ultimo gobierno de la Concertación, donde los progresistas reclaman que los tecnócratas reaccionaron con la ortodoxia de Chicago ante una crisis económica que necesitaba mayor iniciativa publica para que, como terminó ocurriendo, la crisis financiera internacional no generara mas pobreza. Este debate a tres bandas es la antesala de una discusión más importante y más compleja sobre la desigualdad, que es la fuente estructural de la pobreza. Este debate ya tiene una carácter internacional es una discusión global. Tanto la pobreza como las Pyme, como el producto bruto, requieren nuevas mediciones que certifiquen una dimensión más actual, así lo han reclamado reconocidos expertos, premios noveles algunos, en conocimientos variables como lo son: la política y la economía.

Las  reiteradas declaraciones oficiales en torno a que las Pymes son una solución para el empleo y áreas productivas relevantes del país, no deben aislarse de las discusiones más globales.  Las Pyme vuelven a estar en la boca de todo el mundo. Los patrones y trabajadores del sector ya están habituados a estos redescubrimientos. Nunca un sector ha sido elogiado tantas veces en vano. Sus protagonistas acostumbrados al olvido solo creen en si mismos que es la forma en que subsisten, pues cada cierto tiempo, ese brillo mediático momentáneo se transforma rápidamente en un destello que vuelve a languidecer opacado por los éxitos y fracasos de las grandes corporaciones, como el de BP la empresa petrolera que derrama millones de galones de petróleo en el Golfo de México, esa empresa muestra importantes utilidades al mismo tiempo que causa grandes perjuicios.

La relevancia de las Pyme aumenta frente a las debilidades mostradas por las grandes corporaciones en la crisis económica internacional. Su importancia obedece a razones  archiconocidas generan más empleo que la gran industria y que el estado. Sus emprendedores son  conocidos por su independencia, su falta de ataduras es proverbial, su diversidad productiva satisface  necesidades específicas que las grandes corporaciones no logran imaginar. Son determinantes en las economías de diversos países, y por cierto de Chile, en este sector coexisten las  acciones solidarias entre patrones y trabajadores  con serias injusticias laborales. Lo cual es producto de la precariedad para enfrentar la falta de capital para nuevos proyectos como para resistir periodos difíciles. Viven al día. Esta debilidad es más grave que las de su formación profesional que tanto desvive a tecnócratas y consultores de todos los colores. No es la falta de conocimiento lo que afecta a los pequeños empresarios y propietarios, es la aucensia de relaciones, es la falta de atención, es un sector que aunque llore no mama, mientras que a las grandes compañías basta con que se les mojen los lagrimales para obtener ayuda publica.

Comparada con las grandes corporaciones la Pyme, genera más soluciones que dificultades. Las grandes corporaciones crean productos innecesarios, costosos y de poca sustentabilidad que los llevan a la quiebra como el caso de General Motors en USA con automóviles que parecían mastodontes, contaminantes e innecesariamente voluminosos, los consumidores deseaban otros autos, GM tuvo que reorientar su producción, y administración, despedir trabajadores y ejecutivos, y terminar subvencionada por el estado. Las grandes corporaciones crean mercados cautivos  de competencia limitada donde se lucha el centímetro, para  lo cual especializan ejecutivos a los que deben recompensar por éxitos parciales, menores, con sistemas de bonos que alimentan la ambición sin limite, a través de la cual se estimulan acciones anti éticas en el terreno contable, mienten, y auditable que también mienten y para que hablar de las calificadoras de riesgo, de esta forma de funcionamiento el sistema se ha deteriorado  tanto, que ni los grandes sindicatos a nivel internacional saben como negociar, vienen años haciendo perdidas en derechos e ingresos, retrocediendo en todas las peleas que han dado, en una estrategia de sobrevivencia más que de derechos.

Esta tendencia es parte de una de globalización comandada por las finanzas, la cual, a lo mejor sin darse cuenta comienza a enfrentar su primer fracaso político, la cohesión social se ha debilitado, sus protagonistas están entrampados, no se ven nuevos espacios de desarrollo, el núcleo financiero no sabe hacer otra cosa. Y paradojas de la vida, aunque esta es su crisis, pues ellos la provocaron, es el sector que mas crece, en Wall Street se contrata proporcionalmente mas gente que la industria manufacturera y la construcción, hasta que llegue el día que tendremos que comernos las tarjetas de crédito y hacer sopas de fondo mutuos, ese día dirán nuevamente hay que fortalecer a la Pyme. Es de perogrullo pero no se hace. Las burocracias públicas y privadas lo impiden, pero las Pyme son fuertes es imposible la vida económica contemporánea sin su existencia en ningún país del planeta.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.