Mientras legisladores de la Democracia Cristiana y Renovación Nacional y funcionarios de la Cancillería hacían gestiones para traer al país a presos desde Cuba, llegaba a Santiago una visita cubana que lograba reunirse con altas autoridades parlamentarias, políticas, evangélicas, académicas y de derechos humanos, en relación a prisioneros cubanos…pero en Estados Unidos.
Se trataba de María Eugenia Guerrero, hermana de uno de cinco ciudadanos isleños que llevan 12 años presos en cárceles estadounidenses, condenados a cadenas perpetuas y periodos de más de 15 años de cárcel, por haber realizado actividades de detección e información sobre grupos terroristas radicados principalmente en el estado de Florida, que planificaban -y a veces lograban- actos violentos en territorio cubano.
Y es que mientras sectores contrarios a la Revolución Cubana y al gobierno caribeño desarrollan activos trámites y difusión en torno del caso de presos por actividades en contra del régimen isleño, La Habana lleva años preocupada más bien de la suerte de esos cinco cubanos (Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González) que, según sus defensas estadounidenses, fueron mal procesados y condenados por sus labores definidas como antiterroristas.
Es así que se sabe que en medio de las gestiones, encuentros y análisis sucedidos en las últimas semanas entre la jerarquía eclesiástica católica de Cuba, el Departamento de Estado de Estados Unidos, los gobiernos de Cuba y España, ha tenido una presencia tácita el caso de los cinco cubanos detenidos en prisiones estadounidenses y no se ha descartado que funcionarios gubernamentales y legisladores de esos países hayan pensado negociar o instalar sobre la mesa la opción de indulto u otro medida político-jurídica que pudiera dar la Casa Blanca a este caso. Al punto que algunos personeros en privado y en público, han sugerido que si La Habana está sacando a los disidentes, Washington debería proceder igual con los antiterroristas.
María Eugenia Guerrero, en el encuentro que sostuvo con parlamentarios chilenos en Valparaíso –entre ellos Guillermo Tellier, Gustavo Hasbún, Gabriel Ascencio, Pedro Velásquez, Clemira Pacheco y Fernando Meza-, manifestó que en el caso de su hermano y los otro cuatro detenidos “hasta ahora, al parecer, la única solución al problema que se arrastra hace más de una década, sería un indulto presidencial por parte de Barack Obama” y en declaraciones a CNNChile enfatizó que “esperamos que (Barack) Obama otorgue el indulto a mi hermano” Antonio Guerrero.
Este es un tema que está en la agenda cubano-estadounidense, entre otras cosas, porque funcionarios de los departamentos de Estado y Justicia de Estados Unidos, del FBI y otras entidades de esa nación, saben que los cinco cubanos, en efecto, entregaron valiosa información que permitió detectar y frustrar acciones terroristas planificadas en contra de Cuba desde territorio estadounidense, lo que iría en la línea de lo promovido por la Casa Blanca de “combatir el terrorismo”.
Por lo demás, altos jefes de Inteligencia y de las Fuerzas Armadas estadounidenses –activos y retirados- han declarado que no existe evidencia de que ellos hayan efectuado acciones que amenazaran la seguridad de Estados Unidos.
Además, hay documentos del Ministerio del Interior de Cuba (clasificados de Confidencial) que señalan que funcionarios y oficiales del Departamento de Justicia, del FBI, del Departamento de Transporte y de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, viajaron y recibieron en La Habana, evidencias de organización de actos terroristas contra territorio isleño planificados desde localidades estadounidenses. Se considera que muchos de esos antecedentes pudieron ser conocidos gracias a la información de los cubanos arrestados.
La presencia de María Eugenia Guerrero puso el tema de estos presos cubanos en Estados Unidos, aunque la agenda de la DC y el gobierno tiene como prioridad el caso de los presos isleños que quieren venirse a Chile.
Mientras legisladores de la Democracia Cristiana y Renovación Nacional y funcionarios de la Cancillería hacían gestiones para traer al país a presos desde Cuba, llegaba a Santiago una visita cubana que lograba reunirse con altas autoridades parlamentarias, políticas, evangélicas, académicas y de derechos humanos, en relación a prisioneros cubanos…pero en Estados Unidos.
Se trataba de María Eugenia Guerrero, hermana de uno de cinco ciudadanos isleños que llevan 12 años presos en cárceles estadounidenses, condenados a cadenas perpetuas y periodos de más de 15 años de cárcel, por haber realizado actividades de detección e información sobre grupos terroristas radicados principalmente en el estado de Florida, que planificaban -y a veces lograban- actos violentos en territorio cubano.
Y es que mientras sectores contrarios a la Revolución Cubana y al gobierno caribeño desarrollan activos trámites y difusión en torno del caso de presos por actividades en contra del régimen isleño, La Habana lleva años preocupada más bien de la suerte de esos cinco cubanos (Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González) que, según sus defensas estadounidenses, fueron mal procesados y condenados por sus labores definidas como antiterroristas.
Es así que se sabe que en medio de las gestiones, encuentros y análisis sucedidos en las últimas semanas entre la jerarquía eclesiástica católica de Cuba, el Departamento de Estado de Estados Unidos, los gobiernos de Cuba y España, ha tenido una presencia tácita el caso de los cinco cubanos detenidos en prisiones estadounidenses y no se ha descartado que funcionarios gubernamentales y legisladores de esos países hayan pensado negociar o instalar sobre la mesa la opción de indulto u otro medida político-jurídica que pudiera dar la Casa Blanca a este caso. Al punto que algunos personeros en privado y en público, han sugerido que si La Habana está sacando a los disidentes, Washington debería proceder igual con los antiterroristas.
María Eugenia Guerrero, en el encuentro que sostuvo con parlamentarios chilenos en Valparaíso –entre ellos Guillermo Tellier, Gustavo Hasbún, Gabriel Ascencio, Pedro Velásquez, Clemira Pacheco y Fernando Meza-, manifestó que en el caso de su hermano y los otro cuatro detenidos “hasta ahora, al parecer, la única solución al problema que se arrastra hace más de una década, sería un indulto presidencial por parte de Barack Obama” y en declaraciones a CNNChile enfatizó que “esperamos que (Barack) Obama otorgue el indulto a mi hermano” Antonio Guerrero.
Este es un tema que está en la agenda cubano-estadounidense, entre otras cosas, porque funcionarios de los departamentos de Estado y Justicia de Estados Unidos, del FBI y otras entidades de esa nación, saben que los cinco cubanos, en efecto, entregaron valiosa información que permitió detectar y frustrar acciones terroristas planificadas en contra de Cuba desde territorio estadounidense, lo que iría en la línea de lo promovido por la Casa Blanca de “combatir el terrorismo”.
Por lo demás, altos jefes de Inteligencia y de las Fuerzas Armadas estadounidenses –activos y retirados- han declarado que no existe evidencia de que ellos hayan efectuado acciones que amenazaran la seguridad de Estados Unidos.
Además, hay documentos del Ministerio del Interior de Cuba (clasificados de Confidencial) que señalan que funcionarios y oficiales del Departamento de Justicia, del FBI, del Departamento de Transporte y de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, viajaron y recibieron en La Habana, evidencias de organización de actos terroristas contra territorio isleño planificados desde localidades estadounidenses. Se considera que muchos de esos antecedentes pudieron ser conocidos gracias a la información de los cubanos arrestados.
La presencia de María Eugenia Guerrero puso el tema de estos presos cubanos en Estados Unidos, aunque la agenda de la DC y el gobierno tiene como prioridad el caso de los presos isleños que quieren venirse a Chile.
Mientras legisladores de la Democracia Cristiana y Renovación Nacional y funcionarios de la Cancillería hacían gestiones para traer al país a presos desde Cuba, llegaba a Santiago una visita cubana que lograba reunirse con altas autoridades parlamentarias, políticas, evangélicas, académicas y de derechos humanos, en relación a prisioneros cubanos…pero en Estados Unidos.
Se trataba de María Eugenia Guerrero, hermana de uno de cinco ciudadanos isleños que llevan 12 años presos en cárceles estadounidenses, condenados a cadenas perpetuas y periodos de más de 15 años de cárcel, por haber realizado actividades de detección e información sobre grupos terroristas radicados principalmente en el estado de Florida, que planificaban -y a veces lograban- actos violentos en territorio cubano.
Y es que mientras sectores contrarios a la Revolución Cubana y al gobierno caribeño desarrollan activos trámites y difusión en torno del caso de presos por actividades en contra del régimen isleño, La Habana lleva años preocupada más bien de la suerte de esos cinco cubanos (Antonio Guerrero, Fernando González, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y René González) que, según sus defensas estadounidenses, fueron mal procesados y condenados por sus labores definidas como antiterroristas.
Es así que se sabe que en medio de las gestiones, encuentros y análisis sucedidos en las últimas semanas entre la jerarquía eclesiástica católica de Cuba, el Departamento de Estado de Estados Unidos, los gobiernos de Cuba y España, ha tenido una presencia tácita el caso de los cinco cubanos detenidos en prisiones estadounidenses y no se ha descartado que funcionarios gubernamentales y legisladores de esos países hayan pensado negociar o instalar sobre la mesa la opción de indulto u otro medida político-jurídica que pudiera dar la Casa Blanca a este caso. Al punto que algunos personeros en privado y en público, han sugerido que si La Habana está sacando a los disidentes, Washington debería proceder igual con los antiterroristas.
María Eugenia Guerrero, en el encuentro que sostuvo con parlamentarios chilenos en Valparaíso –entre ellos Guillermo Tellier, Gustavo Hasbún, Gabriel Ascencio, Pedro Velásquez, Clemira Pacheco y Fernando Meza-, manifestó que en el caso de su hermano y los otro cuatro detenidos “hasta ahora, al parecer, la única solución al problema que se arrastra hace más de una década, sería un indulto presidencial por parte de Barack Obama” y en declaraciones a CNNChile enfatizó que “esperamos que (Barack) Obama otorgue el indulto a mi hermano” Antonio Guerrero.
Este es un tema que está en la agenda cubano-estadounidense, entre otras cosas, porque funcionarios de los departamentos de Estado y Justicia de Estados Unidos, del FBI y otras entidades de esa nación, saben que los cinco cubanos, en efecto, entregaron valiosa información que permitió detectar y frustrar acciones terroristas planificadas en contra de Cuba desde territorio estadounidense, lo que iría en la línea de lo promovido por la Casa Blanca de “combatir el terrorismo”.
Por lo demás, altos jefes de Inteligencia y de las Fuerzas Armadas estadounidenses –activos y retirados- han declarado que no existe evidencia de que ellos hayan efectuado acciones que amenazaran la seguridad de Estados Unidos.
Además, hay documentos del Ministerio del Interior de Cuba (clasificados de Confidencial) que señalan que funcionarios y oficiales del Departamento de Justicia, del FBI, del Departamento de Transporte y de la Oficina de Intereses de Estados Unidos, viajaron y recibieron en La Habana, evidencias de organización de actos terroristas contra territorio isleño planificados desde localidades estadounidenses. Se considera que muchos de esos antecedentes pudieron ser conocidos gracias a la información de los cubanos arrestados.
La presencia de María Eugenia Guerrero puso el tema de estos presos cubanos en Estados Unidos, aunque la agenda de la DC y el gobierno tiene como prioridad el caso de los presos isleños que quieren venirse a Chile.
