Sindicatos franceses preparan movilización contra reforma al sistema de pensiones
Las organizaciones sindicales francesas se han reunido este lunes en París para preparar la jornada de acción del próximo 7 de septiembre contra la reforma del sistema de pensiones anunciada por Nicolás Sarkozy. Se trata del primer encuentro unitario de los sindicatos tras la tregua estival. Los sindicatos intentan pesar con la movilización en la calle en la negociación interrumpida con el poder ejecutivo.
Radio Francia Internacional
Lunes 23 de agosto 2010 15:22 hrs.
Dos millones de personas se habían manifestado el pasado 24 de junio en toda Francia contra el proyecto de ley gubernamental que contempla la reforma de los regimenes de jubilación, con el propósito de alcanzar un equilibrio financiero en 2018. Si antes del verano el sindicato Force Ouvriere hizo banda aparte en la movilización general, en esta ocasión todas las organizaciones sindicales preparan conjuntamente esta jornada de acción.
La actitud del gobierno de Francois Fillon al rechazar las reivindicaciones sindicales, ha contribuido a estrechar los lazos de esa “unidad sindical” siempre frágil entre las diferentes organizaciones. Todo el abanico sindical ha participado en esta reunión preparatoria, las tres principales centrales obreras CGT, CFDT y FO, pero también los cristianos de la CFTC, el sindicato de ejecutivos CGC, y los sindicatos de funcionarios FSU, UNSA y Solidarios.
La reforma de la ley de pensiones prevé que la edad de la jubilación será de 62 años, en lugar de 60 actualmente. De la misma manera aumentará también el número de años que un trabajador debe cotizar, para cobrar la totalidad de su pensión. Sindicatos y oposición denuncian esta reforma por “injusta”, considerando que hará pagar a los asalariados con su esfuerzo para colmar el déficit y alcanzar un equilibrio en el sistema de pensión por redistribución, en vigor en Francia.
A menos de dos años de las próximas elecciones presidenciales de 2012, el jefe del estado Nicolás Sarkozy quiere con esta reforma sentar un precedente y un símbolo de su acción y de su capacidad para reformar el país. La hostilidad declarada de las organizaciones sindicales se ha visto reforzada en las últimas semanas por la campaña de prensa contra el ministro encargado de esa reforma: Eric Woerth, acusado de conflicto de intereses en el caso de la millonaria Liliane Bettencourt, debido a su doble empleo de tesorero del Partido UMP y de ministro del Trabajo.
Aunque Nicolás Sarkozy ha dado su apoyo total al ministro Woerth, no se descarta en octubre un reajuste ministerial, en el momento en que el parlamento deberá aprobar el proyecto de ley de las pensiones. El gobierno ha precisado que no dará marcha atrás retirando el proyecto, pero se declara dispuesto a negociar con los sindicatos cuestiones relativas a la punibilidad en el trabajo y ciertos reajustes en dicha reforma. El duelo gobierno sindicatos queda así pendiente del nivel de movilización del próximo 7 de septiembre.
Dos millones de personas se habían manifestado el pasado 24 de junio en toda Francia contra el proyecto de ley gubernamental que contempla la reforma de los regimenes de jubilación, con el propósito de alcanzar un equilibrio financiero en 2018. Si antes del verano el sindicato Force Ouvriere hizo banda aparte en la movilización general, en esta ocasión todas las organizaciones sindicales preparan conjuntamente esta jornada de acción.
La actitud del gobierno de Francois Fillon al rechazar las reivindicaciones sindicales, ha contribuido a estrechar los lazos de esa “unidad sindical” siempre frágil entre las diferentes organizaciones. Todo el abanico sindical ha participado en esta reunión preparatoria, las tres principales centrales obreras CGT, CFDT y FO, pero también los cristianos de la CFTC, el sindicato de ejecutivos CGC, y los sindicatos de funcionarios FSU, UNSA y Solidarios.
La reforma de la ley de pensiones prevé que la edad de la jubilación será de 62 años, en lugar de 60 actualmente. De la misma manera aumentará también el número de años que un trabajador debe cotizar, para cobrar la totalidad de su pensión. Sindicatos y oposición denuncian esta reforma por “injusta”, considerando que hará pagar a los asalariados con su esfuerzo para colmar el déficit y alcanzar un equilibrio en el sistema de pensión por redistribución, en vigor en Francia.
A menos de dos años de las próximas elecciones presidenciales de 2012, el jefe del estado Nicolás Sarkozy quiere con esta reforma sentar un precedente y un símbolo de su acción y de su capacidad para reformar el país. La hostilidad declarada de las organizaciones sindicales se ha visto reforzada en las últimas semanas por la campaña de prensa contra el ministro encargado de esa reforma: Eric Woerth, acusado de conflicto de intereses en el caso de la millonaria Liliane Bettencourt, debido a su doble empleo de tesorero del Partido UMP y de ministro del Trabajo.
Aunque Nicolás Sarkozy ha dado su apoyo total al ministro Woerth, no se descarta en octubre un reajuste ministerial, en el momento en que el parlamento deberá aprobar el proyecto de ley de las pensiones. El gobierno ha precisado que no dará marcha atrás retirando el proyecto, pero se declara dispuesto a negociar con los sindicatos cuestiones relativas a la punibilidad en el trabajo y ciertos reajustes en dicha reforma. El duelo gobierno sindicatos queda así pendiente del nivel de movilización del próximo 7 de septiembre.
Dos millones de personas se habían manifestado el pasado 24 de junio en toda Francia contra el proyecto de ley gubernamental que contempla la reforma de los regimenes de jubilación, con el propósito de alcanzar un equilibrio financiero en 2018. Si antes del verano el sindicato Force Ouvriere hizo banda aparte en la movilización general, en esta ocasión todas las organizaciones sindicales preparan conjuntamente esta jornada de acción.
La actitud del gobierno de Francois Fillon al rechazar las reivindicaciones sindicales, ha contribuido a estrechar los lazos de esa “unidad sindical” siempre frágil entre las diferentes organizaciones. Todo el abanico sindical ha participado en esta reunión preparatoria, las tres principales centrales obreras CGT, CFDT y FO, pero también los cristianos de la CFTC, el sindicato de ejecutivos CGC, y los sindicatos de funcionarios FSU, UNSA y Solidarios.
La reforma de la ley de pensiones prevé que la edad de la jubilación será de 62 años, en lugar de 60 actualmente. De la misma manera aumentará también el número de años que un trabajador debe cotizar, para cobrar la totalidad de su pensión. Sindicatos y oposición denuncian esta reforma por “injusta”, considerando que hará pagar a los asalariados con su esfuerzo para colmar el déficit y alcanzar un equilibrio en el sistema de pensión por redistribución, en vigor en Francia.
A menos de dos años de las próximas elecciones presidenciales de 2012, el jefe del estado Nicolás Sarkozy quiere con esta reforma sentar un precedente y un símbolo de su acción y de su capacidad para reformar el país. La hostilidad declarada de las organizaciones sindicales se ha visto reforzada en las últimas semanas por la campaña de prensa contra el ministro encargado de esa reforma: Eric Woerth, acusado de conflicto de intereses en el caso de la millonaria Liliane Bettencourt, debido a su doble empleo de tesorero del Partido UMP y de ministro del Trabajo.
Aunque Nicolás Sarkozy ha dado su apoyo total al ministro Woerth, no se descarta en octubre un reajuste ministerial, en el momento en que el parlamento deberá aprobar el proyecto de ley de las pensiones. El gobierno ha precisado que no dará marcha atrás retirando el proyecto, pero se declara dispuesto a negociar con los sindicatos cuestiones relativas a la punibilidad en el trabajo y ciertos reajustes en dicha reforma. El duelo gobierno sindicatos queda así pendiente del nivel de movilización del próximo 7 de septiembre.
