El Presidente Sebastián Piñera celebró este miércoles los 25 años del “Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia”.
Por ello, hasta el Salón Montt-Varas de La Moneda llegaron importantes figuras de la oposición como el ex Presidente Patricio Aylwin, los ex ministros Gabriel Valdés y Sergio Molina, además de los senadores Andrés Allamand (RN) y Andrés Chadwick (UDI) y el ex ministro de la dictadura, Carlos Cáceres, en lo que se entendió como un gesto de la denominada “unidad nacional”.
En este escenario, el Jefe de Estado destacó la importancia del documento suscrito el 25 de agosto de 1985, y aunque dicho acuerdo no fructificó, a raíz de la oposición de la dictadura, Piñera no dudó en señalar que el documento sentó las bases para materializar otros cambios bajo la “transición pactada”.
“Nuestra transición no tuvo crisis política ni caos económico ni violencia social, producto de la inteligencia, de la sabiduría, del patriotismo, porque al fin y al cabo fue una transición acordada”, indicó Piñera.
La llamada “transición pactada” es una fórmula que aún es cuestionada en su real efectividad, sobre todo, porque los sectores que exigían el fin de la dictadura cedieron demasiado, lo que implicó acceder mucho en temas que en ese momento eran relevantes.
En la ocasión, Piñera firmó -además- tres proyectos de ley, contemplados en lo que llamó la “agenda democrática” para modernizar la política.
El primero plantea una reforma constitucional que permita que los ciudadanos presenten iniciativas ante el Parlamento, exceptuando materias que son exclusiva competencia del Presidente.
El segundo postula el perfeccionamiento de la declaración de patrimonio e intereses, y el tercero, la realización de plebiscitos comunales.
El mandatario recordó también que ya están en el Congreso los proyectos de sufragio voluntario, la inscripción automática, el voto de chilenos en el extranjero y el adelanto de las fechas de las elecciones de diciembre a noviembre.
El Presidente Sebastián Piñera celebró este miércoles los 25 años del “Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia”.
Por ello, hasta el Salón Montt-Varas de La Moneda llegaron importantes figuras de la oposición como el ex Presidente Patricio Aylwin, los ex ministros Gabriel Valdés y Sergio Molina, además de los senadores Andrés Allamand (RN) y Andrés Chadwick (UDI) y el ex ministro de la dictadura, Carlos Cáceres, en lo que se entendió como un gesto de la denominada “unidad nacional”.
En este escenario, el Jefe de Estado destacó la importancia del documento suscrito el 25 de agosto de 1985, y aunque dicho acuerdo no fructificó, a raíz de la oposición de la dictadura, Piñera no dudó en señalar que el documento sentó las bases para materializar otros cambios bajo la “transición pactada”.
“Nuestra transición no tuvo crisis política ni caos económico ni violencia social, producto de la inteligencia, de la sabiduría, del patriotismo, porque al fin y al cabo fue una transición acordada”, indicó Piñera.
La llamada “transición pactada” es una fórmula que aún es cuestionada en su real efectividad, sobre todo, porque los sectores que exigían el fin de la dictadura cedieron demasiado, lo que implicó acceder mucho en temas que en ese momento eran relevantes.
En la ocasión, Piñera firmó -además- tres proyectos de ley, contemplados en lo que llamó la “agenda democrática” para modernizar la política.
El primero plantea una reforma constitucional que permita que los ciudadanos presenten iniciativas ante el Parlamento, exceptuando materias que son exclusiva competencia del Presidente.
El segundo postula el perfeccionamiento de la declaración de patrimonio e intereses, y el tercero, la realización de plebiscitos comunales.
El mandatario recordó también que ya están en el Congreso los proyectos de sufragio voluntario, la inscripción automática, el voto de chilenos en el extranjero y el adelanto de las fechas de las elecciones de diciembre a noviembre.
El Presidente Sebastián Piñera celebró este miércoles los 25 años del “Acuerdo Nacional para la Transición a la Plena Democracia”.
Por ello, hasta el Salón Montt-Varas de La Moneda llegaron importantes figuras de la oposición como el ex Presidente Patricio Aylwin, los ex ministros Gabriel Valdés y Sergio Molina, además de los senadores Andrés Allamand (RN) y Andrés Chadwick (UDI) y el ex ministro de la dictadura, Carlos Cáceres, en lo que se entendió como un gesto de la denominada “unidad nacional”.
En este escenario, el Jefe de Estado destacó la importancia del documento suscrito el 25 de agosto de 1985, y aunque dicho acuerdo no fructificó, a raíz de la oposición de la dictadura, Piñera no dudó en señalar que el documento sentó las bases para materializar otros cambios bajo la “transición pactada”.
“Nuestra transición no tuvo crisis política ni caos económico ni violencia social, producto de la inteligencia, de la sabiduría, del patriotismo, porque al fin y al cabo fue una transición acordada”, indicó Piñera.
La llamada “transición pactada” es una fórmula que aún es cuestionada en su real efectividad, sobre todo, porque los sectores que exigían el fin de la dictadura cedieron demasiado, lo que implicó acceder mucho en temas que en ese momento eran relevantes.
En la ocasión, Piñera firmó -además- tres proyectos de ley, contemplados en lo que llamó la “agenda democrática” para modernizar la política.
El primero plantea una reforma constitucional que permita que los ciudadanos presenten iniciativas ante el Parlamento, exceptuando materias que son exclusiva competencia del Presidente.
El segundo postula el perfeccionamiento de la declaración de patrimonio e intereses, y el tercero, la realización de plebiscitos comunales.
El mandatario recordó también que ya están en el Congreso los proyectos de sufragio voluntario, la inscripción automática, el voto de chilenos en el extranjero y el adelanto de las fechas de las elecciones de diciembre a noviembre.
