Los sindicatos franceses no esperaban récords para la nueva jornada de huelga general convocada, la décima en lo que va de año, y, efectivamente, la participación ha sido menor. Según datos del Ministerio de Interior, unas 198.000 personas se han manifestado en todo el país durante la jornada de hoy, una fuerte caída “en comparación a los días anteriores (480.000 y 500.000, respectivamente)”, ha estimado el organismo. El propio sindicato CGT ha cifrado la manifestación de París en 170.000 personas, bastante menos que los 330.000 manifestantes alcanzados en la última marcha.
Sin embargo, los sindicatos no quieren perderle el pulso a la batalla por las jubilaciones que libran con el Gobierno de Nicolas Sarkozy, a pesar de que la Asamblea Nacional francesa ya ha aprobado el texto que retrasa la edad de jubilación de los 60 a los 62 años con 336 votos a favor y 233 en contra.
Sin embargo, el agotamiento de los huelguistas es perceptible: el desánimo ante la aprobación del miércoles y la festividad de Todos los Santos –que ha coincidido con la tramitación- han minado un tanto el movimiento.
“No vamos a superar los tres millones de manifestantes a causa de las vacaciones escolares y porque hay algo de fatiga”, reconocía el líder de FO, Jean-Claude Mailly. ” Se trata de mantener un buen nivel de movilización”, aseguró Bernard Thibault, el líder de CGT, el primer sindicato del país.
En cualquier caso, como la medida no tiene vuelta atrás en su desarrollo legislativo y los sindicatos han centrado su atención en pedir al presidente Sarkozy que no promulgue un texto que consideran injusto. Él único muro jurídico que separa a la ley de su promulgación es el recurso que ha interpuesto el bloque socialista ante el Consejo Constitucional, que hará que se demore su aplicación hasta noviembre, al menos.
Sin embargo, se han convocado más de 250 manifestaciones en todo el país y cinco de las 12 refinerías de Francia siguen en huelga. Y las autoridades aeroportuarias han anulado el 50% de los vuelos en el aeropuerto de Orly y del 30% en Roissy-Charles de Gaulle.
Los trenes se han visto menos afectados por la nueva jornada de protesta. En la red ferroviaria han circulado dos de cada tres trenes, en particular los de alta velocidad, mientras que el tráfico internacional se espera que esté normalizado con Bélgica y el Reino Unido, aunque no con los demás destinos. La empresa que dirige los transportes públicos de París no ha registrado importantes incidencias.
Aún así, habrá que esperar para ver cuál es el impacto real de la jornada. Y ver si pasada la semana festiva los sindicatos recuperan el poder de movilización. Así las cosas, tras meses de huelgas y con ninguna de las partes dispuestas a ceder, la pregunta es: “¿Cómo se sale de esto?”, como dice un titular del semanario Le Nouvel Observatour.
“La página de las movilizaciones por la jubilación no ha pasado”, advirtió Annick Coupé, portavoz del sindicato Solidarios, aún si admitió que la adhesión “a las huelgas se debilitaba”. La respuesta más exacta se conocerá el 6 de noviembre, cuando hay convocada otra jornada de protesta y se podrá medir el impacto de la misma sin festividades por medio ni la resaca de una votación perdida.
Los sindicatos franceses no esperaban récords para la nueva jornada de huelga general convocada, la décima en lo que va de año, y, efectivamente, la participación ha sido menor. Según datos del Ministerio de Interior, unas 198.000 personas se han manifestado en todo el país durante la jornada de hoy, una fuerte caída “en comparación a los días anteriores (480.000 y 500.000, respectivamente)”, ha estimado el organismo. El propio sindicato CGT ha cifrado la manifestación de París en 170.000 personas, bastante menos que los 330.000 manifestantes alcanzados en la última marcha.
Sin embargo, los sindicatos no quieren perderle el pulso a la batalla por las jubilaciones que libran con el Gobierno de Nicolas Sarkozy, a pesar de que la Asamblea Nacional francesa ya ha aprobado el texto que retrasa la edad de jubilación de los 60 a los 62 años con 336 votos a favor y 233 en contra.
Sin embargo, el agotamiento de los huelguistas es perceptible: el desánimo ante la aprobación del miércoles y la festividad de Todos los Santos –que ha coincidido con la tramitación- han minado un tanto el movimiento.
“No vamos a superar los tres millones de manifestantes a causa de las vacaciones escolares y porque hay algo de fatiga”, reconocía el líder de FO, Jean-Claude Mailly. ” Se trata de mantener un buen nivel de movilización”, aseguró Bernard Thibault, el líder de CGT, el primer sindicato del país.
En cualquier caso, como la medida no tiene vuelta atrás en su desarrollo legislativo y los sindicatos han centrado su atención en pedir al presidente Sarkozy que no promulgue un texto que consideran injusto. Él único muro jurídico que separa a la ley de su promulgación es el recurso que ha interpuesto el bloque socialista ante el Consejo Constitucional, que hará que se demore su aplicación hasta noviembre, al menos.
Sin embargo, se han convocado más de 250 manifestaciones en todo el país y cinco de las 12 refinerías de Francia siguen en huelga. Y las autoridades aeroportuarias han anulado el 50% de los vuelos en el aeropuerto de Orly y del 30% en Roissy-Charles de Gaulle.
Los trenes se han visto menos afectados por la nueva jornada de protesta. En la red ferroviaria han circulado dos de cada tres trenes, en particular los de alta velocidad, mientras que el tráfico internacional se espera que esté normalizado con Bélgica y el Reino Unido, aunque no con los demás destinos. La empresa que dirige los transportes públicos de París no ha registrado importantes incidencias.
Aún así, habrá que esperar para ver cuál es el impacto real de la jornada. Y ver si pasada la semana festiva los sindicatos recuperan el poder de movilización. Así las cosas, tras meses de huelgas y con ninguna de las partes dispuestas a ceder, la pregunta es: “¿Cómo se sale de esto?”, como dice un titular del semanario Le Nouvel Observatour.
“La página de las movilizaciones por la jubilación no ha pasado”, advirtió Annick Coupé, portavoz del sindicato Solidarios, aún si admitió que la adhesión “a las huelgas se debilitaba”. La respuesta más exacta se conocerá el 6 de noviembre, cuando hay convocada otra jornada de protesta y se podrá medir el impacto de la misma sin festividades por medio ni la resaca de una votación perdida.
Los sindicatos franceses no esperaban récords para la nueva jornada de huelga general convocada, la décima en lo que va de año, y, efectivamente, la participación ha sido menor. Según datos del Ministerio de Interior, unas 198.000 personas se han manifestado en todo el país durante la jornada de hoy, una fuerte caída “en comparación a los días anteriores (480.000 y 500.000, respectivamente)”, ha estimado el organismo. El propio sindicato CGT ha cifrado la manifestación de París en 170.000 personas, bastante menos que los 330.000 manifestantes alcanzados en la última marcha.
Sin embargo, los sindicatos no quieren perderle el pulso a la batalla por las jubilaciones que libran con el Gobierno de Nicolas Sarkozy, a pesar de que la Asamblea Nacional francesa ya ha aprobado el texto que retrasa la edad de jubilación de los 60 a los 62 años con 336 votos a favor y 233 en contra.
Sin embargo, el agotamiento de los huelguistas es perceptible: el desánimo ante la aprobación del miércoles y la festividad de Todos los Santos –que ha coincidido con la tramitación- han minado un tanto el movimiento.
“No vamos a superar los tres millones de manifestantes a causa de las vacaciones escolares y porque hay algo de fatiga”, reconocía el líder de FO, Jean-Claude Mailly. ” Se trata de mantener un buen nivel de movilización”, aseguró Bernard Thibault, el líder de CGT, el primer sindicato del país.
En cualquier caso, como la medida no tiene vuelta atrás en su desarrollo legislativo y los sindicatos han centrado su atención en pedir al presidente Sarkozy que no promulgue un texto que consideran injusto. Él único muro jurídico que separa a la ley de su promulgación es el recurso que ha interpuesto el bloque socialista ante el Consejo Constitucional, que hará que se demore su aplicación hasta noviembre, al menos.
Sin embargo, se han convocado más de 250 manifestaciones en todo el país y cinco de las 12 refinerías de Francia siguen en huelga. Y las autoridades aeroportuarias han anulado el 50% de los vuelos en el aeropuerto de Orly y del 30% en Roissy-Charles de Gaulle.
Los trenes se han visto menos afectados por la nueva jornada de protesta. En la red ferroviaria han circulado dos de cada tres trenes, en particular los de alta velocidad, mientras que el tráfico internacional se espera que esté normalizado con Bélgica y el Reino Unido, aunque no con los demás destinos. La empresa que dirige los transportes públicos de París no ha registrado importantes incidencias.
Aún así, habrá que esperar para ver cuál es el impacto real de la jornada. Y ver si pasada la semana festiva los sindicatos recuperan el poder de movilización. Así las cosas, tras meses de huelgas y con ninguna de las partes dispuestas a ceder, la pregunta es: “¿Cómo se sale de esto?”, como dice un titular del semanario Le Nouvel Observatour.
“La página de las movilizaciones por la jubilación no ha pasado”, advirtió Annick Coupé, portavoz del sindicato Solidarios, aún si admitió que la adhesión “a las huelgas se debilitaba”. La respuesta más exacta se conocerá el 6 de noviembre, cuando hay convocada otra jornada de protesta y se podrá medir el impacto de la misma sin festividades por medio ni la resaca de una votación perdida.
