En estos comentarios “Ciudad y Sociedad”, hemos tratado de demostrar que el tipo de ciudad que construimos es el reflejo espacial del desarrollo económico, social y cultural de nuestro país. Es así que la ciudad, como objeto de análisis, tiene dos dimensiones. La primera, son las dotaciones físicas que posee, y la segunda, es el uso social que a esas dotaciones físicas se les da. Es decir, como la gente se apropia de esos lugares. Haciendo esta distinción es que podemos hablar de un patrimonio intangible, que va mucho más allá de la dotación física.
Estas reflexiones vienen al caso, ya que el mes pasado se cumplió un nuevo aniversario del Cine Arte Normandie, que constituye uno de los patrimonios que tiene la ciudad de Santiago.
Esta institución, durante la negra noche del apagón cultural que significó la dictadura, constituyó uno de los espacios donde mucha gente, especialmente jóvenes, a través del arte y la cultura, cargaba las baterías para la enfrentar mejor la lucha política y social contra el régimen. En ese tiempo, su sala siempre estaba llena. Constituía un punto de encuentro y de esperanza.
Muchos de esos fieles espectadores tuvieron importantes cargos en el área cultural de los gobiernos de la Concertación. No tengo claro que hayan hecho todo lo posible para preservar espacios como este. Por otro lado, no cabe duda que de las nuevas autoridades es dable esperar una menor preocupación por este tipo de asuntos.
Entonces, ¿correrá el Cine Arte Normandie la misma suerte que corrieron los medios de difusión escritos que se opusieron a la dictadura, los cuales, una vez recuperada la democracia, desaparecieron?
Es cierto que el mercado es un buen asignador de recursos. Pero en algunos ámbitos, como en el de la cultura, es necesario, además del mercado, que la sociedad en su conjunto y sus instituciones representativas, intervengan para preservar ciertos espacios de cultura y de belleza.
Creo que una ciudad y una sociedad como la santiaguina es mucho mejor, más inclusiva, más bella y acogedora con el funcionamiento de un establecimiento como el Cine Arte Normandie,
No nos olvidemos que el arte y la cultura le deben mucho a la democracia, pero, mucho mas le debe la democracia al arte y la cultura.