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Año XVI, 26 de abril de 2024


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Aída García:

“Las oportunidades económicas suben la autoestima de la mujer y le permiten enfrentar la violencia”

La ministra de la Mujer y de Desarrollo Social de Perú se refirió a la importancia de aplicar políticas que garanticen la inclusión de las mujeres en la sociedad tanto en participación democrática como económica. A juicio de la autoridad, esta es la única herramienta que pueden tener las mujeres para reducir las altas tasas de violencia en su contra.

Cristián Pacheco

  Viernes 2 de diciembre 2011 19:50 hrs. 
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Aída García Naranjo, conocida por sus amigos como “mochita” estuvo de paso por el país, y entre su apretada agenda se dio unos minutos para conversar con Radio Universidad de Chile.

Cientista política, educadora, activista, defensora de los derechos humanos, artista, intelectual y – desde el 28 de julio de este año – ministra de la Mujer y Desarrollo Social de Perú, una de las figuras políticas más queridas y populares del país vecino. Secretaria general del Partido Socialista y desde siempre, activista por los derechos humanos. En la memoria está su solidaridad con el pueblo chileno en tiempos de dictadura.

Luego de la ceremonia en que el Instituto Latinoamericano de Altos Estudios Sociales, ILAES, la nombró doctora honoris causa por su destacada trayectoria, “Mocha” conversó sobre la necesidad de que la mujer se posicione en todos los espacios de la vida pública, en igualdad de oportunidades y con capacidad de decisión.

¿Podría hacer una evaluación del estado de las mujeres y su organización en este momento en que se han desatado gran cantidad de movimientos sociales?

He estado con las mujeres chilenas estos días en un encuentro justamente discutiendo las políticas de adelanto de la mujer y las propuestas de lo que para nosotros es una lucha de democracia paritaria que implica la igualdad entre hombres y mujeres. Venimos del Perú en un proceso muy importante desde el ministerio de la Mujer y desde las iniciativas del presidente Ollanta Humala en tipificar nuevos delitos. En el Perú estamos afectados por el fenómeno del feminicidio que es el asesinato de las mujeres por parte de sus parejas, convivientes, esposos, cónyuges, ex esposos, enamorados, novios. Esto es grave, en Perú han fallecido, en los últimos tres años, 405 mujeres.

El Consejo de Ministros del cual yo formo parte – el gabinete Lerner – ha aprobado el proyecto de ley que modifica el artículo 107 del código penal para tipificar el delito del feminicidio.

Estamos en un proceso importante para cerrar brechas de equidad en todos los campos. En el campo político si bien hoy hay un 30 por ciento de cuota de género, esta cuota ha perdido efectivamente la fuerza que tuvo en los años 95-96-97, que fueron los años en que Perú se aprobó (la ley de cuotas), así como se inició en el año 91 en Argentina.

Hoy día eso es insuficiente, queremos democracia paritaria, 50/50 en los cargos de representación y alternancia en las listas bloqueadas y cerradas, es decir un varón una mujer, un varón una mujer, y si esta lista es encabezada por una mujer, lo que no suele suceder, sea una mujer un varón, una mujer un varón. Con esto queremos cerrar las brechas de inequidad.

¿Cómo se inserta la mujer en el sistema democrático?

Ahí entramos en la modificación de la democracia participativa. Si bien es cierto se ha generalizado en el Perú, la democracia participativa pierde su naturaleza cuando no nos toca estar a nosotras en el espacio de la decisión. Entonces queremos cambiar un verbo, ese verbo participar que hoy día se expresa en yo participo, tú participas, ella participa, nosotras participamos, y ellos deciden. Ese cambio lo queremos y queremos estar desde la toma de decisiones, y estamos presentando iniciativas para una representación de género, en las cuotas, en los cargos de poder decisorio y en los cargos de todo el ejecutivo.

Asimismo, el gobierno de Ollanta Humala se ha caracterizado por la política de inclusión social, y eso implica efectivamente una inclusión que sea oportunidad de empleos para las mujeres, se está creando un millón de empleos, un programa nacional de empleo femenino, en el marco de programas fundamentales que ya se lanzaron, “Jóvenes a la Obra” y “Perú trabaja”.

Desde nuestro punto de vista estas oportunidades económicas van a permitir autonomía económica, esa autonomía va a levantar el autoestima de la mujer, esta autoestima mejorada, indudablemente, va a enfrentar la violencia de mejor manera y por lo tanto, reducir esos índices.

¿De qué forma se ha avanzado en el Gobierno en esa línea?

Estamos en un gobierno que está en un buen camino, tenemos 120 días de gestión, se han avanzado en muchísimos aspectos de la hoja de ruta comprometida, gran iniciativa para los pueblos amazónicos con lo que es la ley de consulta. Asimismo la aplicación de un gravamen minero que permitirá que entren ingresos al Estado peruano, que permitirán poner por delante el pago de la deuda social.

Es importante decir que en el Perú hay magníficos indicadores económicos, pero muy malos indicadores sociales, que son los que nos toca enfrentar como reto central.

¿Cuál ha sido el trabajo con los pueblos indígenas en el Perú donde se respetan mucho más, y cómo debería trabajar Chile para que las mujeres también tengan su espacio desde esos lugares?

En el caso de Perú, cuando hablamos de pueblos indígenas no estamos hablando de minorías ubicadas en algún gueto, estamos hablando de mayorías nacionales que son más de 62 etnias nacionales que ocupan la mayor parte del territorio. Por lo tanto la política es de inclusión a esos pueblos indígenas y por eso he puesto por delante que el primer punto de acierto respecto a los pueblos es la ley de consulta, justamente para que aquellos en términos de desarrollo sean los que tengan las opciones preferentes en lo que es el desarrollo de sus comunidades, de sus localidades, de sus identidades y de su afirmación.

Ellos no están planteando caminos de autonomía sino de integración, en un Estado que es pluri étnico, pluri cultural, multi lingüe, multi racial, como dinámica de incorporación a un plan de desarrollo nacional concertado que ponga por delante la consulta como el mecanismo de la voluntad política de los indígenas de ser parte de un proyecto desde su diseño, desde su consulta, desde su participación.

Hablemos de “integración”. ¿Tuvo la oportunidad de juntarse con las agrupaciones de sus compatriotas acá en el país? ¿Cómo ve la integración de las mujeres específicamente, y el resto de los peruanos acá en Chile?

Claro que sí, todas mis actividades iniciales han sido con los colectivos de inmigrantes. Hay un fenómeno de feminización de las migraciones acá en Chile, el 60% de mis compatriotas son peruanas y, si bien es cierto, Chile es un país de acogida que ellos respetan y consideran que existen oportunidades laborales y oportunidades económicas, tienen memoriales y plataformas de lucha que yo he podido recoger y que son muy importantes, y que están vinculadas al exceso de horas de trabajo, a los bajos salarios, a la precariedad de las condiciones de vida, de salud, a la falta de oportunidades, tener mejores condiciones para el acceso a la vivienda, que implica un tiempo excesivo para poder acceder a esa forma de oportunidad que brinda el Estado chileno.

Llevamos las preocupaciones para buscar atender y efectivamente consensuar con el gobierno chileno mecanismos de integración a lo que es esta política de protección de las trabajadoras del hogar llamadas acá en Chile las “peruanitas” o las “nanas”.

Queremos que se respalde el convenio internacional 189 de la OIT, que se ratifique este nuevo convenio mundial que implica las trabajadoras del hogar en todo el mundo, digamos que es una bandera que puede unir a nuestros pobres, a nuestro pueblo considerando que el movimiento de mujeres trabajadoras del hogar es un movimiento transnacional que unifica las demandas de las mujeres en el mundo, que hoy trabajan en condiciones desfavorables. Yo saludo la denuncia de la ministra Matthei sobre las condiciones de trabajo de un grupo de peruanos procedentes de Puno, e indudablemente ponemos en agenda pública lo que es la necesidad de protección a esas trabajadoras muchas veces invisibilizadas, muchas veces subvaloradas que hacen que requieran ellas programas de autoestima, de asistencia de salud, social, de mejores mecanismos de integración.

A la dinámica de pueblos, hemos puesto por delante no sólo la necesidad de vernos no sólo como naciones sino como un gran continente unificado por el proyecto Unasur, que es nuestra utopía hacia delante, queremos que esa utopía sea grande para que no la perdamos de vista y que eso permita consensuar normas laborales, política social, política económica y efectivamente políticas culturales y políticas de integración en general, que no se limiten exclusivamente al comercio.

En su opinión, ¿cuáles son las grandes mujeres de Chile?

Bueno, yo tengo mucha expectativa por muchas mujeres chilenas de diferentes épocas. Soy música por lo tanto siempre me ha inspirado Violeta Parra así que hoy me quedo con ella, en esa ventaja tenaz de dar gracias a la vida y en esa ventaja tenaz siempre de la vida sobre la muerte que nos ha permitido indudablemente enfrentar opresión, subordinación, desventaja.
Esta ventaja tenaz de la vida sobre la muerte que nos enseñara esta Violeta de los Andes, la Violeta de América, esa Violeta que desde Chile le cantó y le conversó a toda la América Latina es para mí un paradigma fundamental.

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