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Año XVI, 21 de septiembre de 2024


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La guerra del bosque en La Florida

El Panul es el último bosque nativo de Santiago, pero un mega proyecto inmobiliario pretende talar cerca de 60 hectáreas y trasladar a vivir a más de cinco mil personas al lugar. Esto desató una verdadera batalla entre sus detractores y la inmobiliaria Gesterra, pugna a la que entraron recientemente el municipio y el Senado. Y aunque habrá una consulta ciudadana el 28 y 29 de enero, el futuro del bosque aún es incierto.

Sohad Houssein T

  Sábado 14 de enero 2012 9:25 hrs. 
panul

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Es miércoles y en la sede vecinal de Diagonal Santa Irene y Walker Martínez, en La Florida, un grupo de vecinos escuchan música, bailan cueca y pintan un mural. Es la “previa” organizada por la Red de Defensa de la Precordillera, donde se preparan para una más de la batallas que lidiarán en la guerra por El Panul.

A las 19:00 horas exponen los representantes de Gesterra, la empresa que pretende desarrollar el Proyecto Inmobiliario El Panul y construir 1302 viviendas – de ellas, 1157 serían casas, dieciocho edificios de cinco pisos y cuatro edificios de cuatro pisos- en cerca de 93 hectáreas al interior de este fundo, trasladando a más de cinco mil personas a vivir al sector. Y aunque la inversión sería de unos ochenta millones de dólares, se justifica con las UF 3500 en promedio que costará cada casa. Los vecinos se preparan para contraatacar con argumentos, preguntas, informes de expertos y observaciones, en una pelea que ya lleva varios años y una larga trama que aún no llega a su fin.

El Fundo El Panul, ubicado en la Quebrada de Lo Cañas, era propiedad de la Universidad de Chile y el Instituto Ba

cteriológico realizaba ahí sus estudios. Pero en el proceso de desmantelamiento de la casa de estudios durante la dictadura, fue “rematada” por un “valor vil equivalente a lo que en ese momento costaba una citroneta”, precisa el director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), Lucio Cuenca, quien precisa que “520 hectáreas que fueron regaladas” a Vicente Navarrete, ex presidente de la Sofofa.

Y aunque por esos años La Florida hacía honor a su nombre, el boom inmobiliario del sector, y de la ciudad completa, terminó por dejar a El Panul como el último bosque nativo de Santiago.

Es precisamente ahí donde se pretende construir el proyecto inmobiliario de la empresa de los hijos de Vicente Navarrete, Gesterra, y lo que ha despertado la ira de los vecinos y de los visitantes de este lugar.

El bosque donde se construirían los condominios es del tipo esclerófilo y está compuesto, entre otras especies, por quillayes de más de 200 años, espinos, litres, maitenes y guayacán, una especie declarada en “estado vulnerable” por la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y que la ley de bosque nativo protege prohibiendo su tala o la intervención de su entorno.

Pero además de su biodiversidad, los expertos aseguran que presta una serie de servicios a la comuna y la