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La no creíble petición de perdón del ministro de Vivienda

Columna de opinión por Julio Hurtado
Martes 6 de noviembre 2012 11:46 hrs.


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Hace un par de semanas en la prensa apareció la noticia que el Estado había perdido el juicio que le entablaron pobladores “beneficiados” por las casas COPEVA. En consecuencia, el Fisco deberá pagar a cada poblador una cifra que, en vista del perjuicio causado, no pasa de ser simbólica.

Las casas entregadas, en el contexto de la política de vivienda social, eran de mala calidad, estrechas, feas, carentes de equipamiento social comunitario y, sobre todo, mal ubicadas. Estas viviendas, al primer contratiempo climático colapsaron, quedando inutilizadas, y dejando a la vista una impropia relación político familiar de la empresa involucrada, además de una  política social técnica y éticamente insostenible.

Frente a este fallo de la justicia, apareció el ministro de vivienda (Pérez Mackenna, como tradicionalmente se le conocía, especialmente en el mundo empresarial, ahora devenido en simplemente el “ministro Pérez”, producto de una magistral campaña comunicacional de ese ministerio) pidiendo sentidas disculpas a los pobladores ofendidos por dicha política pública.

Pero, ¿cuál es el tema de fondo? Creo que el hecho que las viviendas sociales sean de mala calidad y pequeñas no es el problema central, ya que incluso, y la historia así lo demuestra, esas deficiencias pueden ser superadas por la acción de los mismos pobladores. Cabe señalar que los materiales de construcción constituyen un ítem importante dentro de la estructura de gastos de los sectores populares en Chile.

El problema está en la falta de equipamiento y en la ubicación de las viviendas sociales, lo cual ha significado un brutal aumento de segregación urbana.

Además, esto se traduce en que los sectores populares, al recibir la casa,  no dejan de ser pobres. La vivienda recibida en los hechos, no constituye un bien de cambio, no la pueden vender, no la pueden dar en prenda, ya que por su ubicación, tiene un valor tendiente a cero.

Es en este contexto que la publicitada petición de perdón de parte del ministro de la Vivienda no es creíble, ya que paralelamente se siguen construyendo viviendas para pobres (quizás de mejor calidad), en lugares alejados de la ciudad. Es decir, se sigue construyendo una ciudad aparte, verdaderos depósitos de pobres, sin equipamiento y lejos de todos los servicios. Ese es el verdadero problema de la vivienda social en Chile, el cual el ministro no menciona en su publicitada petición de perdón.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.