Estimado director:
Durante todos estos días y con indignación hemos sido testigos de la manipulación inaceptable que se ha hecho de un tema sensible, me refiero a los exonerados. Nos llega hondo además porque enarbolando las bandeas de la justicia, lo que se pretende veladamente es cuestionar un beneficio que la sociedad entrega como compensación, a quienes fuimos expulsados de nuestros trabajos y perseguidos, muchos de los cuales también fueron torturados y echados del país al exilio.
Esta bien que se cuestione a quienes pudieron obtener el beneficio vía clientelismo y sin cumplir con los requisitos exigidos, que se investigue, pero que se haga en serio, no con una comisión hecha a la medida por el gobierno y por quienes sabiendo de esta situación hace dos años, esperaron una situación propicia, las elecciones presidenciales, para lanzarlo a la opinión publica.
Alguien podría creer que los actuales ministros y políticos de la derecha, todos en campaña, están realmente preocupados por nuestra situación?. Si en la práctica han negado, han encubierto y han tenido que reconocer a regañadientes, después de treinta o mas años, las violaciones a los derechos humanos ocasionadas por la dictadura de Pinochet.
En estos términos la opinión de Hermógenes Pérez de Arce, fanático derechista y admirador de Pinochet, es clara y representativa, es la opinión real de quienes creo elevaron este nuevo volador de luces. Este señor manifestó que “las indemnizaciones, pensiones, reajustes, salud y educación gratis para los ex terroristas y su entorno, es un solo y gran abuso. Es ridículo que el país tenga que indemnizarlos y pagarles por el hecho de no haber tenido ellos éxito en imponerle un régimen totalitario”.
Además son los dirigentes y parlamentarios de la derecha quienes han desnaturalizado el concepto de exonerado, de otra manera como se explica que Sergio Onofre Jarpa y el propio Hermógenes Pérez de Arce, dos de los principales gestores del golpe de estado, figuren como exonerados políticos. Así mismo sucede con una buena cantidad de políticos de derecha, incluso militares vinculados a violaciones de derechos humanos, quienes también reciben dinero o recibieron beneficios bajo la calidad de exonerados.
Lo importante a destacar es que para optar al beneficio por exoneración, no es solo la perdida del trabajo, sino que la persecución, el acoso, la inhabilitación social que ello traía consigo. Acciones realizadas por la dictadura de Pinochet en contra de millones de personas.
Ciertamente que a esto contribuye la ambigua calificación de exonerados, la que fue definida en el marco de la política de los consensos y que propició un escenario perverso, pero cómodo, tanto para que la Concertación y la derecha negociaran también en este tema y en función de “los empates”. Por Exoneración se entiende “la acción de quitar a alguien un empleo”, por tanto la Ley 20.134, de reparación, otorga beneficios previsionales por gracia a personas exoneradas por motivos políticos o acto de autoridad, en el periodo comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990”.
Así entonces se eligió un tema que existe, que es sensible, pero que se magnifica en beneficio de objetivos preconcebidos, para construir una guerra sucia. De hecho empezaron manipulando a las victimas del terremoto y con seguridad que pronto vendrán otros eventos, todos destinados a desprestigiar a los opositores y a confundir o atemorizar a la gente.
En este camino es preocupante el lenguaje anticomunista virulento, que particularmente la UDI empezó a subir al escenario, intentando como la derecha lo hizo en el pasado, estigmatizar a todos quienes se acercan a esa postura o buscan mantener algún tipo de acuerdo con quienes representan a esa colectividad, como “rehenes” del comunismo. Tal cual lo dijo recientemente Juan Antonio Coloma, quien afirmo que “hoy, votar por un DC, un PPD o un radical es lo mismo que votar por el PC”.
En todo caso la historia del Partido Comunista como la de la izquierda chilena, esta construida sobre basamentos éticos y morales indiscutibles, escrita con ejemplos de dirigentes y militantes heroicos, que entregaron sus vidas por la libertad y la democracia de este país. Fueron y fuimos las víctimas de una guerra sucia terrorista y cobarde, que eliminó a sus enemigos no en un campo de batalla sino que indefensos en cámaras de tortura.
La derecha ultra no tiene autoridad moral para hablar ni cuestionar políticas de derechos humanos, su historia es de golpes, zarpazos y de permanentes violaciones al derecho a la vida. Me refiero a esa derecha mezcla de la combinación política pinochetista con ribetes de neoliberalismo “Chicago Boys”, mezclado con una ideología fascista española, que sostiene la vieja y dogmática doctrina de la iglesia, son los auténticos herederos de la dictadura de Augusto Pinochet.
Para los desmemoriados y para los que no vivieron la historia reciente en nuestro país, recuerden o lean, como los antecesores de los hoy herederos de Pinochet, le crearon el caos económico y político a Salvador Allende, como luego montaron el sinestro plan Z para justificar los asesinatos y desapariciones de personas. Como durante todos los años de dictadura justificaron con el mismo lenguaje de hoy, el exterminio de valiosos chilenos y chilenas, haciéndolos aparecer como muertos en supuestos enfrentamientos.
Luego en democracia no perdieron la costumbre de armar maquinas políticas para justificar la corrupción, de Pinochet y de su mas cercano cuerpo de Oficiales superiores y subalternos, o bien, para deshacerse de enemigos incomodos, o para crear ambientes políticos turbios. Como ejemplos de esto ultimo están, el “Piñeragate” uno de los mayores escándalos políticos post dictadura, que en ese entonces involucro a Sebastián Piñera y Evelyn Matthei.
Lo mas reciente, el burdo montaje que le armaron al candidato Golborne, elevándolo hasta lo mas alto, haciéndole creer que el era la figura remozada de la enchulada derecha liberal. Para luego dejarlo caer en menos de una semana, producto de las maquinaciones de los dos flamantes candidatos presidenciales de la santa alianza, ambos herederos predilectos del “tata”.
Le sigue el caso Guzmán, durante estos tres últimos años, a través de un montaje burdo generaron un hecho político, inventaron nuevos antecedentes para justificar la reapertura de la investigación de su asesinato, e intentaron involucrar a la propia Concertación en el mismo. Se ha probado el montaje y la inocencia del involucrado, pero el caso sigue abierto, con tremendos impactos a la vida personal y laboral, por una acusación irresponsable y cobarde, que como en otras situaciones no se persigue hacer justicia, sino que atacar y desprestigiar a toda costa a alguien previamente identificado.
Finalmente un alcance necesario, este año se cumplen 40 años del golpe de estado de 1973 y en este contexto nos preocupa la falta de reflexión, en las propuestas programáticas de los futuros candidatos a la presidencia, respecto de las Fuerzas Armadas. Pareciera que nos olvidamos que las instituciones militares fueron utilizadas por políticos y mandos militares golpistas y antipatriotas.
Es cierto que han ocurrido ciertos cambios en cuanto a la tecnología y en cuanto a las estrategias de vinculación de las FFAA con la sociedad en general, pero poco se ha hecho respecto a la visión estratégica de la doctrina de la defensa nacional, integrando en ella el valor ciudadano.
Desde nuestro punto de vista el pasado reciente que vivimos en Chile, requiere de una cultura militar y de una estrategia distinta, lo que demanda un esfuerzo de transparencia, para permitir un mejor y más profundo conocimiento de las opciones que, como chilenos, se abren en cuanto a la defensa y la seguridad, mas aun en un mundo globalizado.
Por el contrario, la derecha continua actuando sobre un argumento para ellos inmutable a lo largo del tiempo y la historia, que las FFAA son un instrumento a través del cual el estado ejerce la violencia y reprime a los que este define como sus enemigos, que son todos quienes planteamos un cambio por un sistema económico y social distinto.
Es tiempo entonces de levantar la voz, sin revanchismos ni hipocresías. “Quien oculta o deforma lo que piensa, por los llamados intereses, definitivamente no es un hombre honrado”. José Martí.
Dr. Enrique Villanueva Molina
Vicepresidente de CEEFA
Centro de Estudios Exonerados de la Fuerzas Aérea -73
Ex dirigente Rodriguista
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