Diario y Radio Universidad Chile

Año XVI, 26 de abril de 2024


Escritorio

Lucro y antilucro


Miércoles 5 de junio 2013 12:50 hrs.


Compartir en

Estimado director:

El lucro seguirá siendo un tema candente por mucho tiempo, porque tiene amigos y enemigos en muy diferentes frentes y desde hace siglos. Si se parte con la definición de la Rae el lucro es una ganancia, la diferencia entre ingresos y costos (los necesarios para lograr esos ingresos). Por otras fuentes se hace un hace un distingo entre un lucro “aceptable o normal” y otro “abusivo”. El lucro es, en general, una actitud o un comportamiento humano y no de lo que es inanimado. Es decir, son las personas como tales o formando algún tipo de asociación, empresa, organización o actividad compartida las que tienen comportamientos de lucro, normales o abusivos.

Una persona o una organización humana puede decidir no tener fines de lucro, o a un tipo de organizaciones se le puede exigir que no tenga fines de lucro, pero esta decisión o imposición debe tomar en cuenta que cumplir con ese comportamiento no es simple y que significa resolver varios problemas de alta complejidad, que van mucho más allá de las consignas a favor o en contra del lucro. De estos dilemas no se salva ni siquiera las organizaciones voluntarias, religiosas, políticas o caritativas.

Lucro de la Personas. Tomando el caso de una persona que decida que no tendrá fines de lucro debiera tener en cada período un calce perfecto ex-ante entre sus costos y sus ingresos. ¿A cuánto debe ascender el monto de sus costos de funcionamiento para generar el mismo monto de ingresos o viceversa? Esta pregunta no tiene respuesta única: puede ser mil o cien millones de pesos por período y probablemente Ud. ni nosotros casi ni conocemos a alguien que haya decidido no buscar el lucro.

Lucro Organizacional. Considere una organización o actividad que es obligada o se impone no tener lucro. Eso significa que deberá calzar sus costos con sus ingresos en cada período (independiente del origen de sus ingresos totales o parciales), pero más importante que esto son los resultados que va a lograr con esos costos e ingresos ex post. Cabe preguntarse: 1.- ¿Para que la decisión fuera eficiente no sería necesario que al comenzar cada período se determinara con exactitud el monto de gastos y de ingresos y de resultados? 2.- ¿Cómo va a eliminar las incertidumbres de costos e ingresos en el período? Si al final del período -una vez auditada la actividad- si por algún tipo de error o de una situación incontrolable los costos fuesen inferiores a sus ingresos, esa diferencia sería lucro y debiera ser sancionada. Si por otra parte, los costos fueran superiores a sus ingresos, obtendría una pérdida, que también podría ser sancionada, aún con mayor rigor puesto que podría obligar a incurrir en gastos no anticipados.

En las organizaciones son las personas las que toman las decisiones de lucrar ¿Pero cómo las personas al interior de una organización -que está impedida de tener lucro- manejarán su humana inclinación a buscar el lucro personal? y ¿Acaso ese lucro personal no afectará la mayoría de las decisiones que involucran a la organización durante cada período, en un ambiente dentro del cual se ha prohibido tener lucro? Controlar el lucro es un problema ni siquiera ha sido resuelto los sistemas socialistas reales más extremos.

Para entender la complejidad del problema es bueno imaginar por un instante ¿Cómo funcionaría una sociedad, sus organizaciones y las personas si se prohíbe el lucro?. La mayoría de las personas con un discurso anti lucro lo practican de diversas maneras en forma abierta, inconsciente o encubierta. Es bueno advertir que aplicar el slogan: “No al Lucro” en forma total será una verdad incómoda para muchos y muchas, e incluso para quienes lo propugnan o condenan como lo muestran los últimos escándalos de la política y otros ámbitos. Es bueno recordar que los estudiantes y sus padres que hoy luchan contra el lucro -en su gran mayoría- invierten tiempo, grandes esfuerzo y recursos para sacar adelante carreras que les permitan un posterior y buen legítimo lucrar, por lo que algunos candidatos proponen abiertamente subirle los impuestos a estos profesionales. Sabemos que escribir esto es impopular y políticamente incorrecto.

El tema es interesante pero no se discute con todas sus verdades. El comportamiento humano en materia de lucro es mucho más que una palabra y se debe considerar -mas allá de legislaciones- los costos de los métodos y sistemas administrativos altamente complejos que permitan enfrentar la creatividad y la astucia de una sociedad de individuos que se mueve por el lucro -sin reconocerlo- en casi todos sus asuntos. El costo de negar e ilegalizar el lucro muchas veces -por evasión- puede ser superior a reconocerlo. El tema es como darle un sentido positivo a la fuerza y dinámica que esta motivación humana conlleva. El lucro ni siquiera ha podido ser controlado en las dictaduras políticas o religiosas ortodoxas mas extremas; entendido el lucro como la diferencia entre los ingresos (presentes o futuros) y los costos necesarios -para lograrlos- por las personas en sus actividades públicas o privadas o en ambas. Al parecer en el cinismo de la contradictoria conducta humana nadie quiere ver a “Don Lucro” desnudo lo que permitiría un mejor administrarlo que negarlo. Quienes lucran son las personas. El que esté libre de lucro que lance la primera piedra.

Omar Villanueva Olmedo
Director OLIBAR Consultores
Licenciado Facultad Ciencias Economicas y Administrativas
Universidad de Chile

El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

Envíanos tu carta al director a: radio@uchile.cl