Me pregunto esto porque la ley del ojo por ojo, diente por diente del gobierno sionista pretende hacer creer que sus acciones militares: sostenidas, crónicas, permanentes, habituales, que se extienden desde décadas contra el pueblo palestino son una respuesta, “represalias” las denomina Benjamin Netanyahu, a las acciones de milicianos palestinos.
Frente a la muerte atroz (injustificable de tres jóvenes israelíes el pasado mes de junio ) Tel Aviv declaró que Hamas pagaría cara esas muertes comenzando así un nuevo intento de aniquilar a la población palestina. Dando aval a la venganza y la cruel muerte de un joven palestino, que inició el conteo de decenas de muertos a la par de la operación militar “Filo protector” llevada a cabo por Israel contra la población de la Franja de Gaza, donde no se distingue a civiles de milicianos, a niños de adultos y suma más de un centenar de muertos y medio millar de heridos.
A tu secuestro, dicen las autoridades israelitas a los palestinos, yo masacro a tu población civil. A mis muertos, sostiene el régimen de Israel le sumaré todos los muertos de tu sector que pueda sumar – hasta el momento 50 palestinos por cada israelí muerto- y así las acciones de venganza, de ataques, de terror, de destrucción se repiten día a día en una política de exterminio, que cuenta con el silencio cómplice de la administración estadounidense e incluso la pasividad de las Naciones Unidas y su Consejo de Seguridad ¿donde están los llamados a establecer un bloqueo aéreo, naval, cercar el espacio aéreo israelí para que no masacre a la población civil? ¿dónde están los llamados a establecer un bloqueo comercial contra Israel para que deje de asesinar a la población palestina? La doble moral de Occidente genera vergüenza, impotencia y un dolor infinito frente a los crímenes monstruosos de un régimen que tiene manga ancha para asesinar.
Frente a los cohetes lanzados desde suelo palestino por los milicianos de Hamas se responde con fuego de artillería, bombardeo aéreo, incursiones militares, controles a todo lo largo de los territorios ocupados. En ese escenario resulta vergonzoso, además de irracional tratar de equiparar el poderío sionista con las armas de las milicias palestinas. Que vergüenza seguir hablando de Israel como la única democracia de la región cuando su comportamiento como potencia ocupante revela una conducta genocida, violatoria de los derechos humanos de la población palestina mostrando la verdadera cara de régimen israelí: Un Estado Criminal
El derecho de resistencia a la opresión interna o externa (a través de una potencia ocupante) es un derecho reconocido y que permite y autoriza la desobediencia civil y el uso de la fuerza. Sea recurriendo a Platón, Tomás de Aquino, a la declaración de independencia de Estados Unidos o la Declaración de Los. Derechos del. Hombre y del ciudadano de la revolución francesa
La Declaración Universal de Derechos Humanos del año 1948, consigna en su preámbulo “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no se vea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión;
Washington, las sociedades occidentales aupadas por los medios de comunicación afines al sionismo llenan sus páginas, editoriales, imágenes de muestras de dolor y velatones frente a la muerte de los tres jóvenes israelíes pero…quien prende velas en occidente, quien se indigna en los medios de comunicación de Washington, Londres, Madrid, Buenos Aires o Santiago frente a la muerte diaria en territorio palestino. Qué papel cumple el Consejo de seguridad. Las Naciones Unidas, los organismos internacionales para detener esta barbarie?
¿Quién es capaz de detener la masacre, por parte de estos gobiernos, capaces de intervenir en Libia, Egipto, Irak, que tratan de destruir a Siria y sin embargo frente a los crímenes del régimen israelí callan en forma cómplice o simplemente sostienen que se trata de represalias frente a las “acciones terroristas” de Hamas?
Israel – su gobierno y parte de su población – en muchas de sus acciones – se comporta con los palestinos como los nazis con los Judíos, gitanos, homosexuales y enfermos mentales durante el régimen nacionalsocialista. El pueblo palestino en Jerusalén, Cisjordania y la Franja de Gaza soporta diariamente el sufrimiento, la represión, el encarcelamiento, la limpieza étnica y la agresión constante por parte de los ocupantes israelíes alienados en su papel de tropas y sociedad autollamados a ocupar un territorio que denominan Sion, como si de un destino manifiesto se tratase.
Para el Dr. Norman Finkelstein, un cuentista político y estudioso del conflicto judío- palestino (judío él e hijo de víctimas del nazismo) en una interesante conferencia donde fue interpelada por una llorosa joven judía que criticaba la comparación que hacia Finkelstein de la política israelí y los nazis (que puede ser visto por youtube,) sostuvo y me hago eco total de su palabras “no existe nada más despreciable que usar el sufrimiento y el martirio de las víctimas del nazismo para intentar justificar la tortura , la brutalidad, la demolición de hogares que Israel comete diariamente contra los palestinos y por eso me niego a ser intimidado o presionado por las lágrimas de cocodrilo” si tuvieras un corazón dentro tuyo, le dijo Finkelstein a la sollozaste joven judía “estarías llorando por los palestinos no por lo que tu le has hecho” duro pero veraz, firme pero honesto.
Una de las falacias más extendidas de la ideología y de la propaganda del sionismo y que de tanto repetirse ha llegado a considerarse que tiene algo de seriedad y razón para justificar la ocupación israelí de los territorios palestinos es la que afirma el derecho del pueblo judío a la la Alía, o “retorno” a Palestina (Israel para el Sionismo) del cual, según el sionismo fueron arrojados hace más de 20 siglos.
Para el analista Said Alami “Nada en la Historia documentada y académica rubrica el derecho de los judíos a regresar a ninguna parte y mucho menos a Palestina, tierra donde este pueblo, según sus propias mitologías y sus propios textos sagrados, había pisado la tierra de Palestina como invasor, ocupante extranjero y usurpador, y donde estuvo siempre en guerra con la población autóctona palestina que existía allí”
¿Qué pretende Israel? ¿Que el pueblo palestino siga sojuzgado, que no reaccione frente a décadas de ocupación y desprecio a los derechos humanos de millones de palestinos? Israel, ya sea con Laboristas o los ultraderechistas del Likud no han dejado ni un solo día de humillar, despreciar y reprimir al pueblo palestino, empujando sus acciones hacia la desesperación de una manera calculada y brutal para justificar así sus acciones de represalia bárbaras y brutales. Dadas a conocer al mundo, a través de los medios de comunicación occidentales como lógicas y razonables frente al terrorismo palestino. Para ello se cuenta con la bendición de los gobiernos de Washington y sus socios occidentales. Para ello cuenta con una Palestina dividida en bantustanes al estilo del apartheid sudafricano, cuenta con la creación de enormes campos de concentración llamados Franja de Gaza y Cisjordania.
El plan israelí de opresión al pueblo palestino está cargado de odio y desprecio no sólo al pueblo palestino, sino que a todo el mundo árabe, como también al desprecio a las leyes internacionales con el objetivo de expulsar a la población palestina en aras de conseguir concretar el Gran Israel y darle cabida así a los millones de judíos que los gobiernos de Israel han ido instalando en suelo palestino.
“Tu tierra Israel es desde el Éufrates hasta el Nilo”; reza el conocido lema sionista, repetido hasta la saciedad por políticos, intelectuales, y partidos políticos y medios de comunicación israelíes.
Israel es un Estado fundamentalista en su ADN y no está interesada en lograr nada que huela a paz ni en Palestina ni en Oriente Medio pues ello implica acabar con el plan de creación del Gran Israel. Una ocupación que tiene su símil y que se repite, paradójicamente, con un alumno aventajado de las políticas sionistas, la de la Monarquía de Marruecos contra el pueblo saharaui. Con muros que los hermanan y que dan cuenta que en materia de atrocidades tanto la monarquía marroquí – musulmana – como el sionismo israelí tienen objetivos similares: eliminar a las poblaciones que ocupan aquellos territorios que dicen pertenecerles. ¿Cómo razonar ante el enajenamiento?