El pasado jueves 9, luego de seis días de negociaciones y mutua cooperación, concluyó la úndecima Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres, reunión que se llevó a cabo en la ciudad de Quito, Ecuador.
La delegación chilena estuvo encabezada por Gabriel Ascencio, embajador nacional en dicho país. A pesar de que Chile ha sido un activo participante de este encuentro que se realiza hace más de una década, aún existe muy poca regulación que permita una protección cabal de las especies animales que utilizan nuestro territorio como plataforma de descanso y alimentación, hecho que entra en conflicto con la producción de diversas industrias, incluso las energías renovables.
Jorge Valenzuela director del Centro de Estudio y Conservación del Patrimonio Natural (CECPAN) de Chiloé, establece que la situación de las aves migratorias que llegan a la Isla luego de extensos viajes, recién se está dando a conocer a la comunidad y a los actores relevantes en la toma de decisiones. Incluso, puntualiza, “es una carrera contra el tiempo para lograr hacer un plan de conservación efectivo sobre hábitats que están tremendamente amenazados”.
Las aves explica Valenzuela se ven afectadas por el desarrollo de la industria acuícola y la falta de ordenamiento territorial además de la llegada de los parques eólicos que ocupan las áreas de descanso que están constituidos principalmente por los humedales de la Isla Grande.
“Hay un efecto directo en las aves del sector, porque las torres se ubican en lugares de tránsito y esto obviamente tiene implicancia con los golpes que van a generar las aspas sobre los animales, que generalmente se desplazan en grandes bandadas. Lo otro, es que la misma advertencia el peligro, el riesgo que genera una torre eólica hace que las aves se sientan amenazadas y abandonen el lugar. Esto ya se ha comprobado en otras partes del mundo”, dijo.
El investigador explica que uno de los casos más urgentes ocurre con la instalación del Parque Eólico “Chiloé” en el sector costero de Mar Brava, donde se estaría usando uno de los 5 humedales, a los que llega una población aproximada de 24 mil ejemplares del Zarapito de Pico Recto, para instalar tremendas torres de generación eléctrica, que, es vale la pena mencionar, no tendría un beneficio directo en la región, sino que se inyectaría al Sistema Interconectado Central.
“Si tu destruyes un humedal, estas acabando con una población casi entera. Los sitios de descanso son muy importantes para las especies migratorias y Chiloé es uno de ellos”, advierte Valenzuela.
Esta delicada ave que se reproduce en Alaska, migra con sus crías, que siguen a los adultos en un increíble viaje de alrededor de 16 mil kilómetros de distancia. Entre los meses de septiembre y octubre cruzan de un hemisferio a otro, atravesando distintos países, para finalmente llegar a su destino final, Chiloé, donde permanecerán proporcionalmente más tiempo que en ningún otro lugar en sus vidas, alimentándose, transformándose en adultos. Durante los meses de marzo y abril se inicia el retorno para empezar un nuevo ciclo reproductivo.
“Imagínate la tremenda hazaña de estas aves que en un año recorren 32 mil kilómetros. Viven unos 20 años y necesitan tiempo para llegar a una madurez reproductiva. Algunas incluso se quedan acá porque no son capaces en un primer intento de hacer una vuelta tan larga. Por eso es importante que las esperemos con los espacios libres”, insiste, explicando que la observación se hace anillando algunos ejemplares para su estudio.
Los humedales que usan esta especie son el de Pullao, Curaco de Vélez, Teguel, Caulín y Quilo donde se pretende instalar el Parque Eólico.
Valenzuela denuncia que el tema ha sido tomado de forma ambigua por el ministerio del Medio Ambiente donde existe preocupación de los humedales (de hecho concluyeron un seminario en conjunto la semana pasada), pero al mismo tiempo el Sistema de Evaluación Ambiental aprueba proyectos que los destruyen.
Por otro lado, dice el investigador, ha sido muy difícil plantear un debate a nivel central o parlamentario. Donde sí han recibido apoyo es en los municipios, y las autoridades ya están entendiendo esta problemática, aunque existen diferencias puntuales con la municipalidad Ancud, que sostendría un mayor compromiso con la aprobación de los mega proyectos eólicos.
Ballenas
El panorama de la migración de animales marinos es un poco más positivo y ya se han tomado medidas para que las ballenas que llegan desde zonas tropicales lo hagan sin perder la vida en la travesía.
Chile es un país estratégico para la alimentación de cetáceos que desde zonas tropicales llegan hasta aguas australes y antárticas, congregando a cerca de 8 de las 12 especies de ballenas que existen en el mundo. Animales que históricamente fueron explotados, pero que afortunadamente durante los últimos diez años Chile ha consolidado una política de conservación y uso no letal, liderando políticas a nivel internacional, tanto en la Comisión Ballenera Internacional como la Convención de Especies Migratorias.
Según Elsa Cabrera, directora del Centro de Conservación Cetácea, el conocimiento sobre los movimientos específicos de las especies que cruzan Chile es relativamente nuevo, pero sí se conocen algunos casos con rutas específicas, como la ballena Jorobada que migra por el Pacífico sudeste hasta llegar a Magallanes. Dos de las grandes amenazas que sufren estos animales es la colisión con embarcaciones y el enmalle con redes de pesca.
En el primer caso, para las ballenas azules que llegan hasta el noroeste de Chiloé para alimentarse durante el verano austral cuentan con medidas implementadas por la Armada de Chile para que las embarcaciones reduzcan la velocidad cuando entran a la zona de ballenas cerca del canal de Chacao. Si las naves reducen su velocidad a 10 nudos se baja en más de un 80% la posibilidad de una colisión fatal. En cuanto a lo segundo aún no ha habido medidas de mayor alcance, cuenta Cabrera.
“En el tema de las redes de pesca si bien no se han adoptado medidas generales para el caso de la ballena Franca Austral si hay medidas de mitigación especial cuando un individuo es avistado en la costa, como ocurrió hace algunos años en Quintay, donde se detuvieron las operaciones de pesca para evitar que aquello fuera una amenaza para su vida”
La investigadora cuenta que esta medida se tomó porque la población de esta especie, tanto en Chile como en Perú, es tan solo de 50 individuos maduros.
“Con esa información, que recopilamos en conjunto con organismos internacionales a lo largo de varios años, la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza calificó esta especie como en peligro crítico. Justamente por eso cuenta con medidas especiales a nivel nacional”, indicó.
Uno de los grandes logros de este año, anuncia Cabrera, fue la adopción, por la Convención de Especies Migratorias, de una resolución (Ver documento relacionado) en la que se reconoce que los cetáceos tienen “cultura no humana”, es decir, son mamíferos que tienen lenguaje y son capaces de transmitirlo a un determinado número de individuos, por lo que la cantidad de ejemplares se vuelve determinante para su progreso como especie. La resolución explica que esto se da también en grandes simios y elefantes donde las interacciones con los seres humanos podrían requerir una diferenciación a escala más detallada de la población para una conservación eficaz.
“Eso para nosotros es súper importante porque permite sacar a los cetáceos de pesquería y moverlos hacia biodiversidad y medidas de protección”, explica Cabrera.
Así todo los riesgos mencionados durante el artículo no serían los únicos riesgos para los animales migratorios, ya que existen una serie de problemas relacionados a este tiempo como la reducción del alimento por sobreexplotación pesquera o cambio climático, perdida de hábitat, contaminación de aguas, tráfico de especies y la reanudación de la caza comercial para el caso de las ballenas. El desarrollo de políticas que permitan dar seguridad y respeto a la vida de otras especies parece ser urgente, ya que en muchos casos las medidas se están tomando al límite de la supervivencia como es el caso de la ballena Franca Austral.
El Diario Electrónico intentó comunicarse con el ministerio de Medio Ambiente para saber dónde se ha logrado avanzar y en qué materias Chile se encuentra al debe pero no hubo respuesta a pesar de la insistencia.