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Año XVI, 28 de marzo de 2024


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El arte de enseñar ciencia

Rodrigo Tapia, encargado del área educación del Instituto de Neurociencia Biomédica, se encuentra participando en el segundo Leadership Program on "Teaching Through Research", oportunidad única de vinculación a nivel internacional para el desarrollo y fomento de la enseñanza científica que ofrece el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias (CRI, por su sigla en francés) de París, entre el 13 y el 16 de abril de 2015.

Cecilia Valenzuela L.

  Lunes 20 de abril 2015 17:19 hrs. 
rodrigo tapia cientifico

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Pero, de hecho, no tendría por qué estar ahí. Así lo explica este joven bioquímico y director creativo de Dendros -el videojuego que, como brazo armado del BNI, lleva a la neurociencia a lenguaje e interés adolescente-, señalando que este workshop del CRI está orientado a académicos con línea de desarrollo vigente, y él, aunque tiene formación en ciencias, no se pone delantal ni pipetea: “me carga, a mí me gusta hacer cine”, añade. Y así se lo dijeron los directores del instituto y gestores de esta oportunidad en Francia, doctores Andrés Couve y Claudio Hetz, para luego animarlo a proponer una idea que pudiera cumplir con los requerimientos de este programa, creado con el fin de ayudar a investigadores jóvenes a implementar proyectos educacionales innovadores.

“Mi propuesta apunta a generar una cultura experimental científico-artística en los colegios públicos, construida a partir de proyectos de investigación generados entre científicos y profesores, con participación de los alumnos. La desarrollé especialmente para este workshop, creo que les pareció interesante y me aceptaron. De todos los participantes, yo soy el único que no es un científico investigando sino que, al revés, mi interés parte en la educación, pidiéndole ayuda al mundo científico para mejorarla”, agrega Tapia.

Arte y ciencia, apasionantes y primordiales

rodrigo y juego

Dendros es el videojuego que enseña neurociencias creado por Tapia.

De esta forma, el sentido de participar del workshop tiene como objetivo empezar a definir una metodología de trabajo para este proyecto, de cómo se puede llevar a cabo en distintas etapas, a corto, mediano y largo plazo, “porque es ambicioso y complejo”, dice su autor. Lo que sería la fase de creación de un piloto ya está en marcha, “gracias a una colaboración ya establecida con el Howard Hughes Medical Institute de Estados Unidos, quienes nos facilitarán el material para potenciar y mejorar la educación en los colegios en las áreas biológica y de ciencias, que disponen en su plataforma de difusión científica que se llama BioInteractive. Lo traducirán al español y nosotros seremos sus representantes para la comunidad hispanoparlante del continente”.

Con ese novedoso contenido en forma de cortos, animaciones y actividades del tipo “click and learn”, Rodrigo Tapia espera analizar qué temas prioritarios del currículo escolar en la asignatura de biología podría verse beneficiado, para luego establecer colaboraciones con colegios municipales según las cuales, junto a los respectivos profesores, trabajar en la manera en que este material podría facilitarle la docencia, el aprendizaje de sus alumnos y, en consecuencia, la aproximación de ellos a la ciencia. “No creo en llegar a un colegio con una solución perfecta, porque no la sabemos y no es la forma de hacerlo; me interesa conversar respecto de los problemas de enseñanza en el aula, ver cómo podemos ayudar, cómo la hacemos más atractiva, generando un proyecto común, de manera que el profesor se sienta parte, pueda medir sus resultados y se entusiasme con esto”.

Esta meta, añade, apunta finalmente a establecer una cultura científica, “que tiene que ver con ser capaces de transmitir que uno tiene que poder resolver los problemas analizándolos, y eso es algo que va mucho más allá que una clase de biología. Ver cuál es el problema, buscar todas las posibles soluciones, evaluarlas y compararlas, para de ahí establecer una metodología y una forma constante de estar probando lo que se hace, que es lo que hace un científico. Así, ojalá lograr que un profesor un día imparta su clase de la forma habitual, pero al siguiente la haga de otra forma y al tercer día de otra más, y a partir de los tres resultados saque sus conclusiones. Esa forma de trabajo, que para un científico es algo tan natural, no se aplica en los colegios. Por eso es que me refiero a un concepto de cultura científica y artística; si bien somos un instituto de ciencia, una parte importante de lo que hacemos tiene que ver con la creatividad, con desarrollar proyectos atractivos en esos términos”.

De su intervención en el segundo Leadership Program on “Teaching Through Research” espera hacer trabajo en equipo, conocer investigadores de diferentes áreas y establecer redes que lo ayuden a cimentar esta iniciativa, sin descartar por cierto la posterior participación en fondos concursables para su financiamiento. “Creo que para sus organizadores del CRI puede haber sido interesante el hecho que Chile es un país pequeño, y la experiencia que podemos adquirir de ver cómo ellos, que tienen un buen sistema educativo, también lo estén tratando de cambiar y mejorar, nos da la oportunidad de aprender de los errores que han cometido y de innovar, siendo que en nuestro país además estamos atravesando un proceso de reforma educacional”.

Arte y ciencia, dice, “apasionantes y primordiales para mí, están unidas. La ciencia es como la curiosidad, el impulso más primitivo hasta de los animales; el arte es la creatividad, que también es otro de los impulsos humanos. Entre ambas se suplen dos de las necesidades más importantes del cerebro, y son lo que ha permitido que hayamos construido todo esto”.

Si desea conocer más del programa “Teaching Through Research” y sus participantes de esta segunda versión, siga este vínculo: http://cri-paris.org/leadership-program-on-teaching-through-research/

Fuente: Facultad de Medicina Universidad de Chile

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