Señor Director:
Dos universitarios asesinados por un rayado mural; un tercero entre la vida y la muerte por un guanaco transformado en vehículo de guerra; múltiples heridos, como es el caso periódicamente, en los enfrentamientos entre mapuches y carabineros, en que los heridos son sobre todo los primeros. Todo esto en algunos días.
Mientras tanto, los estudiantes siguen desfilando y van a cumplir muy pronto una década de manifestaciones sin obtener otra respuesta que las reformillas del ministerio. Y los profesores siguen reclamando su deuda histórica (¿o ya pre-histórica ?), antigua de más de dos décadas, y unos salarios que les permitan trabajar como corresponde. Todo esto dura y dura desde hace cinco lustros.
Mientras tanto , extensos sectores de las clases medias viven de prestado, esto con ingresos que se componen de créditos para pagar los estudios de los hijos, la casa o el departamento, el auto para los desplazamientos, la atención médica para evitar la pública, los plasmas, los celulares, etc. Todo esto dura hace un cuarto de siglo.
La lista está lejos de ser exhaustiva pero ella nos lleva a interrogarnos sobre la seriedad de nuestras dirigencias que nos presentan un país en el que no nos reconocemos, es decir un país normal que estaría, según ellas, a punto de emerger del subdesarrollo.
Lo que nos presentan es el país que figura en las cuentas del Banco Central, en las operaciones de la Bolsa de Comercio, en los balances alegres y jugosos de los grandes grupos económicos y de los bancos, en las estadísticas amañadas del INE, en resumen, en los discursos oficiales que respiran la satisfacción de los privilegiados que viven mirándose el propio ombligo.
Tenemos pues unos dirigentes que padecen de algo parecido a lo que los psiquiatras llaman la paranoia crítica, es decir unos pacientes que viven en un mundo en el que los únicos que existen son ellos y donde los mortales ordinarios no tenemos derecho a presencia.
¡Qué se nos consulte pues con referendo y Asamblea Constituyente para traerlos a la realidad y construir verdaderamente un país normal ¡
Arturo Chacón
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.