La historia económica de los últimos años de crecimientos bajos o muy bajos que no conducen al desarrollo está respaldada por una cantidad de frases repetidas como:
1.- “La economía interna no crece porque no hay inversión ni consumo adecuados”, “Los precios de las materias primas están a la baja y el precio del dólar sube”. Comentario: al parecer nada depende de nosotros.
2.- “China crece, pero a tasas decrecientes con los años y no es capaz de demandar productos de países en desarrollo y emergentes, luego, eso no ayuda al crecimiento externo o este es muy magro”. Comentario: un viejo cuento chino.
3.- “En casi todas partes las decisiones de los Gobernante(a)s, de los Bancos Centrales y monetarias no logran revertir la situación de bajo crecimiento”. Comentario: mal de muchos…
4.- “Los llamados países desarrollados no crecen o crecen poco y no saben qué medidas tomar para volver al crecimiento”. Comentario: hay por lo menos un país que no crece desde hace como 20 años y otros desde hace como 10 años usando modelos recetas a sabiendas ya obsoletas.
O sea, los países en desarrollo no crecen o crecen poco, y lo mismo los llamados países emergentes y los países desarrollados y una China que crece a altas tasas, pero decrecientes. Por lo tanto, cualquiera decisión que tomen las autoridades dará lo mismo, porque no habrá tal crecimiento.
Y así el empate técnico es perfecto, el país: 1.- No crece por razones internas y 2.- No crece por razones externas, entonces cual dilema de “Alicia en el País de La Maravillas” no hay un camino a tomar pues hágase lo que se haga no habrá crecimiento económico, y que por lo tanto no es culpa de las autoridades, ni del clima, ni del bajo precio del petróleo, ni de las nuevas innovaciones y tecnologías emergentes y, por eso así las cosas, es casi lo mismo quien nos gobierne porque de todos modos: ¡No vamos a crecer! y así entonces bien podríamos dejar el anhelado relato de “llegar a ser un país desarrollado” mejor para el Siglo XXII.
Esperamos que el futuro desarrollo de las teorías económicas y de la gobernanza se pueda renovar e innovar en sus: conocimientos, modelos y procesos decisionales para volver a crecer en forma categórica con tasas contundentes desde un ( X %) por ciento. Y sabemos que eso si es posible o ¿Tendremos que importar talentos capaces de hacerlo?
(*) Síndrome de Peter Pan: son aquellos que se han quedado anclados en su infancia y tienen miedo a crecer y aceptar los roles que le corresponde a su edad, lo que es un lastre a su desarrollo y sus relaciones con los demás.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.