Azoten a la bestia

  • 24-03-2016

En la arremetida conservadora a propósito de la legislación del aborto por solo tres causales hemos escuchado los argumentos más inverosímiles. De pronto, en un sector de la sociedad se ha despertado un extraordinario interés por la vida humana. Eso sí que solo respecto de un tipo muy particular y específico de ella: la que se encuentra en el vientre materno, porque las variantes vivas no despiertan ese mismo fervor.

Enormes camionetas familiares que recorren la zona alta de la capital llenas de niños camino al colegio e iglesias del mismo sector empapeladas con el slogan, Vida Sí, Aborto No, son solo una parte de una campaña propagandística mayor e integral que busca tensionar el ambiente para volver a las lógicas que acomodan a ese sector, las del blanco y negro, de los buenos y los malos, de los chilenos patriotas y los extraterrestres, para los que recuerden algún malhadado Martes de Merino… Hombres y mujeres que se quedaron en un pasado donde no era posible dialogar sino que solo imponer una razón, la de ellos.

Una frívola columnista que se autodefine como ultraconservadora de la cota mil, motejó a los mapuches de “malcriados” por aspirar a la restitución de lo que les fue usurpado. Cuando la malcriada es ella y todos aquellos que no han logrado comprender que los tiempos de seguir imponiendo a través de ilegítimos representantes en el Congreso el ideario de una derecha reaccionaria tiene sus días contados. Y lo saben, porque no se explica de otro modo el ridículo espectáculo que concertadamente han hecho a través de los medios de comunicación, cada cual con la frase más disparatada y provocadora, despertando las iras de las redes sociales.

Una estrategia de mucho circo y harto pan para una amplia audiencia a la que le sobajean sus emociones con argumentos delirantes que despiertan millares de comentarios en Facebook, mucho trajín en el Twitter y más posteos en Instagram… todo una puesta en escena que busca levantar una cortina de humo lo suficientemente espesa como para que no se note que Pablo Longueira es llamado a declarar a la Fiscalía Centro Norte o que el senador del mismo partido Iván Moreira enfrenta un inminente desafuero y que, en definitiva, la derecha vive hoy su peor momento.

Una comedia burda para que la galería completa se ría a mandíbula batiente con un tipo de humor tan básico como el que alimenta al llamado Monstruo de la Quinta Vergara, grotesco y simple hasta el hartazgo, para que no quede nadie sin reaccionar. La orden de partido es azoten a la bestia, porque bien saben que toda esa ira luego puede ser manipulada a su favor, lo importante es mantenerla activa, rabiosa y agitada. Que los actores de turno aparezcan una y otra vez, sean memes o caricaturas, no importa, con tal de que el elenco principal, los longueira, novoas, von Baer y moreiras puedan desplazarse tras bambalinas con toda cautela y a resguardo de las fauces de ese animal.

Una fiera a la que no temen y de la que son expertos en manipular, especialmente, su débil memoria. Un armatoste que conocen al dedillo y que saben cómo engañar con todo tipo de argucias, como las que han utilizado para mantenerlo quieto durante toda la larga post dictadura…muchas de ellas ensayadas y probadas bajo el régimen cívico militar.

Una campaña orquestada en la que se erigen como legiones de cruzados en defensa de la vida del no nato, con una épica que eriza los pelos de los incautos, mientras dejan en el desamparo a los que ya nacieron, para que se hundan en la droga y en la rabia. Un grupo de chilenos ridículamente personificado como los adalides de la vida cuando nada dijeron en los tiempos en los que los profesores eran degollados y jóvenes quemados vivos para ser luego abandonados en plena vía pública.

Una grey que vocifera el mandato cristiano solo para evitar el aborto y lo ignora en los derechos esenciales, como es a la educación y a una vida digna, a la vez que es escoltada y protegida en su avanzada por los mismos sacerdotes cómplices que han callado los delitos de abuso de menores de sus pares.

Estamos solo en el intermedio y luego las cortinas se levantarán para el segundo acto de esta gran farsa, cuando el proyecto de ley sea discutido en el Senado. Y entonces, veremos de nuevo al bufón de turno y a su grupo de pícaros y saltimbanquis, haciendo piruetas para la galería, justificando la excepción como regla, confundiéndolo todo, religión, ideología e intereses económicos, todo, con tal de provocar a la fiera y darle más tiempo a los protagonistas para reponerse de este mal momento del que están seguros saldrán airosos… ¿lo lograrán nuevamente?

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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