Los horrores de las recientes bombas en Bruselas, París y ciudades vecinas tienen su correlato en los errores de los ciudadanos europeos con los inmigrantes de origen árabe. Los ataques en una estación de metro y en el aeropuerto de Bruselas fueron considerados heridas en el corazón, infraestructura e instituciones de la Unión Europea: Comisión ejecutiva, Parlamento comunitario, Consejo de Ministros y comités de trabajo.
Los ciudadanos originarios segregan a los islamistas que viven en inmensas urbes. Es decir, la sociedad en su conjunto menoscaba a jóvenes inmigrantes de segunda y tercera generación que detentan ciudadanías europeas.
Las bandas terroristas de Isis logran con facilidad reclutar a esos grupos, porque son objeto de discriminación laboral, escolar y judicial con remuneraciones más bajas y oportunidades más escasas.
Así se nutre humanamente un extremismo que hiere o sega la vida de usuarios o cambia para siempre la de pasantes y familiares.
Esto es muy diferente a lo que ocurre en países norte y sudamericanos, donde se incuban exitosos profesionales y hombres de negocios. Ellos llegaron a integrarse portando pasaportes del imperio otomano por lo que se les denomina ” turcos”.
Muchos hablan de un holocausto palestino, tal como hoy se fustiga la represión a los palestinos de Gaza. Este pueblo y otros como el libanés sufren también la represión de israelitas y de su propia raza. Así, los sunitas hacen la guerra a los shiítas e Irak ataca a territorios dominados por los primeros.
Las respuestas de los países violentados por Isis traen incalculables víctimas -incluyendo niños, ancianos y mujeres no combatientes- entre los mahometanos, los cuales no todos son extremistas partidarios de un califato ni practican el secuestro de aviones y personas, entre ellas extranjeros y turistas.
Estos reniegan de toda forma democrática en el mundo, en el cual quieren dominar partiendo por el Estado Iraquí.
La compleja situación pone también en cuestión la integración europea, ya que el libre desplazamiento de personas y bienes, establecido en Schengen, se ve limitado por la necesidad de reprimir la acción de los terroristas árabes.