Indagaciones de la PDI relacionadas con el incendio ocurrido el 18 de enero de 2016 en el relleno sanitario Santa Marta, ubicado en la comuna de Talagante, demostraron que pozos de agua cercanos al vertedero presentan diferentes índices de contaminación.
La situación reviste especial riesgo para la salud para la población rural de Talagante, que se abastece de aquellas fuentes de agua para el consumo doméstico.
El fiscal Heriberto Reyes, de la fiscalía Occidente, explicó que fue una cadena de sucesos la que ha desencadenado los problemas del relleno, desde el mismo incendio hasta la contaminación. Todo partiría por la excesiva humedad de los desechos que se acumulan en el vertedero.
Las consecuencias de aquello se apreciaron en el siniestro del último verano, recordado por los santiaguinos por la nube tóxica que cubrió la capital. Días previos al incendio, un deslizamiento de un gran volumen desechos alteró las condiciones de tratamiento de los gases que emanan del relleno, propiciando las condiciones para la proliferación de las llamas.
Sin embargo, en la investigación realizada por la policía civil, también se indicó que tal deslizamiento provocó “el fluido de líqudos percolados de forma descontrolada”, alcanzando napas subterráneas de las cuales se surte parte de la población de Talagante.
El fiscal Reyes declaró: “Finalmente, el siniestro terminó siendo la punta del iceberg de una situación que era mucho más compleja. Desde un punto de vista de la infracción al medioambiente, el siniestro es el menor de los males”.
En tanto, desde la empresa se desmarcaron de toda responsabilidad. El Consorcio Santa Marta expresó a un medio de comunicación a través de su gerente general, Rodolfo Bernstein, que “no existe ninguna posibilidad de que producto del deslizamiento se haya producido alguna contaminación de napas.”
Agregaron que si hubiese existido algún tipo de daño, el recinto no podría seguir operando.
La fiscalía pretende esclarecer si la empresa concesionaria del relleno Santa Marta estaba en conocimiento de las condiciones de riesgo en las que estaba operando el relleno y que desembocó en el incendio y la contaminación del suelo y las aguas.
Indagaciones de la PDI relacionadas con el incendio ocurrido el 18 de enero de 2016 en el relleno sanitario Santa Marta, ubicado en la comuna de Talagante, demostraron que pozos de agua cercanos al vertedero presentan diferentes índices de contaminación.
La situación reviste especial riesgo para la salud para la población rural de Talagante, que se abastece de aquellas fuentes de agua para el consumo doméstico.
El fiscal Heriberto Reyes, de la fiscalía Occidente, explicó que fue una cadena de sucesos la que ha desencadenado los problemas del relleno, desde el mismo incendio hasta la contaminación. Todo partiría por la excesiva humedad de los desechos que se acumulan en el vertedero.
Las consecuencias de aquello se apreciaron en el siniestro del último verano, recordado por los santiaguinos por la nube tóxica que cubrió la capital. Días previos al incendio, un deslizamiento de un gran volumen desechos alteró las condiciones de tratamiento de los gases que emanan del relleno, propiciando las condiciones para la proliferación de las llamas.
Sin embargo, en la investigación realizada por la policía civil, también se indicó que tal deslizamiento provocó “el fluido de líqudos percolados de forma descontrolada”, alcanzando napas subterráneas de las cuales se surte parte de la población de Talagante.
El fiscal Reyes declaró: “Finalmente, el siniestro terminó siendo la punta del iceberg de una situación que era mucho más compleja. Desde un punto de vista de la infracción al medioambiente, el siniestro es el menor de los males”.
En tanto, desde la empresa se desmarcaron de toda responsabilidad. El Consorcio Santa Marta expresó a un medio de comunicación a través de su gerente general, Rodolfo Bernstein, que “no existe ninguna posibilidad de que producto del deslizamiento se haya producido alguna contaminación de napas.”
Agregaron que si hubiese existido algún tipo de daño, el recinto no podría seguir operando.
La fiscalía pretende esclarecer si la empresa concesionaria del relleno Santa Marta estaba en conocimiento de las condiciones de riesgo en las que estaba operando el relleno y que desembocó en el incendio y la contaminación del suelo y las aguas.
Indagaciones de la PDI relacionadas con el incendio ocurrido el 18 de enero de 2016 en el relleno sanitario Santa Marta, ubicado en la comuna de Talagante, demostraron que pozos de agua cercanos al vertedero presentan diferentes índices de contaminación.
La situación reviste especial riesgo para la salud para la población rural de Talagante, que se abastece de aquellas fuentes de agua para el consumo doméstico.
El fiscal Heriberto Reyes, de la fiscalía Occidente, explicó que fue una cadena de sucesos la que ha desencadenado los problemas del relleno, desde el mismo incendio hasta la contaminación. Todo partiría por la excesiva humedad de los desechos que se acumulan en el vertedero.
Las consecuencias de aquello se apreciaron en el siniestro del último verano, recordado por los santiaguinos por la nube tóxica que cubrió la capital. Días previos al incendio, un deslizamiento de un gran volumen desechos alteró las condiciones de tratamiento de los gases que emanan del relleno, propiciando las condiciones para la proliferación de las llamas.
Sin embargo, en la investigación realizada por la policía civil, también se indicó que tal deslizamiento provocó “el fluido de líqudos percolados de forma descontrolada”, alcanzando napas subterráneas de las cuales se surte parte de la población de Talagante.
El fiscal Reyes declaró: “Finalmente, el siniestro terminó siendo la punta del iceberg de una situación que era mucho más compleja. Desde un punto de vista de la infracción al medioambiente, el siniestro es el menor de los males”.
En tanto, desde la empresa se desmarcaron de toda responsabilidad. El Consorcio Santa Marta expresó a un medio de comunicación a través de su gerente general, Rodolfo Bernstein, que “no existe ninguna posibilidad de que producto del deslizamiento se haya producido alguna contaminación de napas.”
Agregaron que si hubiese existido algún tipo de daño, el recinto no podría seguir operando.
La fiscalía pretende esclarecer si la empresa concesionaria del relleno Santa Marta estaba en conocimiento de las condiciones de riesgo en las que estaba operando el relleno y que desembocó en el incendio y la contaminación del suelo y las aguas.
