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Trabajo y empleo por cuenta propia

Como dato histórico, entre 2011 y 2013, la expansión de los empleos por cuenta propia promedió 2,2%, mientras que desde 2014 a la fecha ha crecido a un ritmo anual de 3,9%, razón por la que algunos economistas estiman que, de agregarse a la cifra de desocupados el número de empleos por cuenta propia considerados “excesivos” al superar el alza de un periodo normal de crecimiento económico, el desempleo para el trimestre terminado en enero habría sido de 7,3%.

Roberto Meza

  Miércoles 1 de marzo 2017 16:01 hrs. 
Trabajo de la Corporación Montegabriela con las mujeres de Montegrande

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La fuerza de trabajo medida por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en el trimestre móvil noviembre 2016-enero 2017, alcanzó a un total de 8.230.370 personas en todo el país. La cifra implica que la desocupación nacional en 12 meses -que llegó a 6,2% de dicho total- está afectando a 510.280 personas.

El alza respecto del trimestre móvil inmediatamente anterior, cuando este guarismo se elevó a 5,8%, es coherente con la pérdida de fuerza de la economía en los últimos meses, no obstante que el nivel está muy lejos de las cifras peack que ha observado la economía (más del 10%). Así y todo, el incremento se produce cuando los Ocupados crecen en 65.840 personas (0,8%) -la menor cifra desde abril de 2015- al tiempo que la fuerza de trabajo total sube en 98.764 personas (1,2%).

Como en ocasiones anteriores y desde el trimestre mayo-julio de 2015, el mayor avance en los Ocupados se produjo en la categoría “trabajadores por cuenta propia”, que aumentaron en 5,5% (92 mil puestos más, llegando a 1.768.630 personas); seguido por Empleadores (8,5%, sobre un total de 346.890 personas) y Familiar no Remunerado (16,2%, en un total de 113.240 personas). Más atrás se ubican Personal de Servicio Doméstico y Familiar no remunerado del Hogar.

Las caídas, en tanto, fueron lideradas por la categoría Asalariados (-1,2%-68.000 desocupados más, sobre un total de 5.693.200), especialmente por reducciones en la Construcción, Actividades Financieras y de Seguros (-16,6%) e Industria Manufacturera (-3,5%); así como por Personal de Servicio Doméstico (-0,6%, sobre un volumen de 308.410). Pero la misma categoría Asalariados aumentó en Agricultura y Pesca (3,1%), Otras Actividades de Servicios (14,3%) y Transporte (3,3%). Del total de Asalariados (5.693.200), el 71% tiene contrato indefinido y el 83,5% presenta contrato directo con la firma en que labora.

Como dato histórico, entre 2011 y 2013, la expansión de los empleos por cuenta propia promedió 2,2%, mientras que desde 2014 a la fecha ha crecido a un ritmo anual de 3,9%, razón por la que algunos economistas estiman que, de agregarse a la cifra de desocupados el número de empleos por cuenta propia considerados “excesivos” al superar el alza de un periodo normal de crecimiento económico, el desempleo para el trimestre terminado en enero habría sido de 7,3%.

Las cifras del INE también muestran que el promedio de horas efectivamente trabajadas fue 37,7 en el trimestre analizado, siendo el más bajo en la encuesta para este mismo período. Según las horas habitualmente trabajadas, el tramo de 1-30 horas o tiempo parcial, aumentó 6,9%, registrando una mayor incidencia en la categoría Ocupados, mientras que quienes trabajaron 45 horas bajaron 3%. Los ocupados a tiempo parcial voluntario crecieron 9,5% y quienes lo hicieron en forma involuntaria 4%, guarismos que también denotan cierto debilitamiento de la actividad.

Al analizar los datos de la Encuesta de Empleo del INE, del total de los trabajadores por cuenta propia (1.768.628), 1.030.450 corresponden a hombres y 738.178 a mujeres. Entre los primeros el porcentaje de alza en los últimos 12 meses ha sido mayor que en el sexo opusto, llegando a 6,2% (60.490 más), mientras que entre las mujeres llegó a 4,5% (lo que equivale a 31.770 personas).

Por edades, el porcentaje más alto de trabajadores por cuenta propia se concentra en los mayores de 55 años, con 40,4% del total de la categoría, mientras que los trabajadores más jóvenes, en especial entre 15 y 24 años, presentan el menor porcentaje (5,1%).

Respecto del lugar donde desarrollan su labor, el grupo que lidera estos trabajadores por cuenta propia es el de quienes laboran en la vía pública, con 21,7% del total (383.791 personas). Le siguen los que trabajan en casa de sus clientes (21,1%-373.179 personas) y quienes lo hacen en su propio hogar (17,6%-311.277).

Por nivel educacional, el grupo lo encabezan trabajadores que sólo lograron completar la educación básica, con el 33,4%, es decir, 590.720 personas y del total, tres de cada cuatro tiene, como máximo, educación media completa. Quienes tienen educación universitaria representan el 10,9%, es decir, 192.780 profesionales, lo que contrasta, empero, con el 21,8% de profesionales y técnicos asalariados o con contrato (1.241.117).

De las cifras citadas se puede observar que el empleo por cuenta propia agrupa a un conjunto heterogéneo de personas que incluye desde comerciantes callejeros, cuidadores de autos y similares, hasta profesionales y técnicos, aunque mayoritariamente está compuesto por personas con baja calificación educacional. Asimismo, demuestra que las personas mayores tienen menos oportunidades de empleo asalariado, hecho que parece ser parte de la cultura empresarial, donde se prefiere a trabajadores más jóvenes, aunque también presente un componente voluntario, dado que hay quienes prefieren horarios menos rígidos y sin “jefes” directos. Las dificultades legales para la práctica de horarios flexibles, también estimulan que, quienes buscan trabajos con mayor libertad, opten por estas labores por cuenta propia.

Si bien el trabajo por cuenta propia puede generar cierto círculo virtuoso si aquel se transforma en un emprendimiento exitoso que, a su turno, cree nuevos puestos de trabajo, el hecho que un porcentaje no menor de estos trabajadores no cuenten con previsión ni salud, al tiempo que su ingreso promedio se aproxime a la mitad de los montos de los asalariados, es preocupante, en la medida que aquello tiene impacto en el consumo -afectando la actividad-, aun cuando la tasa de desempleo siga siendo baja, y porque, no obstante que la desocupación descendió en cinco regiones, aumentó en nueve y se mantuvo en una (Antofagasta), con las mayores tasas de cesantía en La Araucanía (8,6%) y Tarapacá (8,3%).

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