Señor Director:
Como mujer día a día soy violentada por un arma muy simple pero muy potente; el lenguaje.
Al ser estudiante convivo con diversos grupos etarios y todos tienen un factor de habla común; el lenguaje machista. Caminando por los pasillos escucho a mis pares masculinos decirse entre ellos “no seas así, te va salir vagina”. Al usar el transporte público veo las miradas y leo los labios que dicen “así no se sientan las señoritas” y al hablar con mis padres siempre se repite la misma frase, “con tu hermano es distinto, él es hombre”.
Desde la infancia esto se normaliza, a los niños se les hace creer que esto es normal y que no tiene mayores consecuencias y a las niñas se les enseña que a palabras necias oídos sordos. ¿Por qué a las niñas no se les enseña a defenderse y hacerse valer? Muchos luchan contra el machismo en nuestro país pero todo problema tiene su origen y en este caso es algo tan básico como el habla. Tenemos esta idea de superioridad masculina tan programada en el cerebro que muchos dirán que esta carta es exagerada y pondrán los ojos en blanco, pero a este paso cuando nuestras futuras niñas aprendan a hablar van a aprender al mismo tiempo que en este mundo si hay límites y estos límites los pone el hombre.
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