Señor Director,
Siendo alumnas de un colegio extranjero, escribimos esta carta con el fin de abordar un tema que ha generado mucha controversia en este último tiempo: la inmigración haitiana en Chile, la cual ha crecido notoriamente.
Estas últimas semanas, nuestro país ha sido testigo de múltiples ataques xenófobos y racistas hacia haitianos, mayormente dentro de sus jornadas laborales. Estos, al mismo tiempo, denuncian explotación laboral y dificultades en acceso a servicios lo que se explica por la falta de documentación y la poca regulación.
Todo esto es inaceptable. No se debería ver a un inmigrante como otra cosa que un ser humano que merece respeto, al igual que todos, y mucho menos atacarlo por estar ejerciendo su labor, sea cual sea el trabajo.
No hay que olvidar que la tasa de migración neta en Chile es de 2,9 migrantes por cada mil habitantes, solo 2,8 por ciento de la población total es extranjera, 75 por ciento de los inmigrantes provienen de países de América del sur y 0,3 por ciento de las denuncias en 2015 involucró a un extranjero.
Tampoco veamos en menos a los 200 mil chilenos que partieron al exilio bajo asilo político en 1973, ni a los miles de chilenos que viajaron a la actual Argentina después del desastre de Rancagua a principios de siglo XIX.
¿Por qué entonces culpamos a los haitianos y los discriminamos? Ellos solo vienen en busca de mejores oportunidades para ellos y sus familias.
El contenido vertido en esta Carta al director es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.