Los ojos de Catalina: Un libro excepcional

  • 29-04-2018

Se lanzó hace pocos meses por la editorial Quimantù. Es un libro excepcional pues recoge un drama histórico, familiar, personal y humano en toda su complejidad y crudeza. Es el dolor, el heroísmo y la voluntad del pueblo de Chile rescatada del olvido.

En su portada esta la imagen de una mujer joven y hermosa. El título: Los ojos de Catalina.

Esa muchacha valiente estaba en la morgue en noviembre de 1975. Junto a  otros cuatro miembros de su familia, había sido detenida por la DINA el día anterior, fueron brutalmente golpeados, quemados con agua y aceite hirviendo en el centro de detención de Villa Grimaldi. Junto a otros chilenos murieron a golpes esa noche.

El cura José Aldunate recuerda: “Me toco reconocer los rostros de los cuerpos identificándolos, lo cual fue horrible ya que, todos los rostros tenían huellas de tortura, quemaduras con cigarrillos, lo que más me impresionó fue que Catalina tenía las cuencas de los ojos vacías es decir le habían sacado los ojos”.

La investigación judicial determinó que esa bestialidad se cometió cuando Catalina estaba viva.

La madre de Luis Ganga, otra de las personas asesinadas junto a la familia de Catalina, recuerda:“Luego que supimos que Luis había muerto, mis hijos Renato y Mauricio, fueron al servicio Médico Legal a reconocer el cadáver. Ellos comentaron que estaba irreconocible por las torturas. También vieron el cadáver de la familia Gallardo, y me comentaron que una de las niñas tenía entre las piernas un feto, y a la otra niña le sacaron los ojos mientras estaba viva”.

Hay quienes hoy exigen que los autores de estas cosas tengan el “derecho” de morir plácidamente en sus casas rodeados del afecto de sus familiares.

La familia de Catalina Gallardo era  común  y corriente. Gente de trabajo y por ende pobre y naturalmente de izquierdas.

Vivieron la caída y asesinato del presidente Allende y como muchos otros jóvenes de la época se dispusieron a resistir una dictadura impuesta por la fuerza y teledirigida por el imperio norteamericano.

El padre de familia era comunista y se aprestaba a jubilar sus hijos eran del MIR. Vivían aquí en Santiago, en calle Herrera, cerca de Matucana.

El libro es excelente pues relata no sólo el sufrimiento, sino también el coraje y la voluntad de los sobrevivientes de sobreponerse a la derrota y la llegada de la justicia, que aunque tardía, cayó sobre los delincuentes; los uniformados y los otros.

Una dictadura no se combate simplemente con rayados y panfletos. Aunque por hacer esto te torturaban y asesinaban sin ningún recato. Estos jóvenes intentaron recuperar armamento desde un recinto militar (un pueblo democrático como el nuestro no tenía armas) en el enfrentamiento resultó muerto el  revolucionario Roberto Gallardo y un militar. La represión terrorista de la dictadura cayó sobre su familia y el resto de sus compañeros.

Uno de ellos sobrevivió y continuó en la resistencia hasta ser asesinado un año más tarde.

La dictadura creo el montaje de un enfrentamiento en Rinconada de Maipú. Esas mentiras se desmoronaron  con el paso de los años. El Colegio de periodistas sancionó a a Roberto Araya Silva, Julio López Blanco, Manfredo Mayol Duràn y Claudio Sánchez.

La madre de los Gallardo, Ofelia,  con su marido, dos hijos y la esposa de uno de ellos asesinados, continuó la lucha que culminaría con el aventamiento de la dictadura.

El libro fue escrito por tres jóvenes historiadores de la Universidad de Chile: Nicky Cerón Blau, Esteban Miranda Chávez y Matías Rodríguez Sapiaín, me habría gustado hacer un comentario extenso, pero corría el riesgo de terminar contando el libro. Hay que leerlo.

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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