Adiós y muchas gracias

  • 08-07-2018

Me voy. Como ya lo había adelantado, me hago beneficiario a fin de mes de la nueva Ley de Incentivo al Retiro que rige para todas las universidades públicas y a la cual se están acogiendo numerosos profesores e integrantes del personal administrativo de nuestro plantel, como también de varios otros. Hace cuatro años ya había renunciado a este beneficio, pero creo que ya llegué a una edad propicia para cambiar de rumbo y cederle paso y protagonismo a las nuevas generaciones de periodistas.

Es la hora de decir gracias y adiós a todos los muchos auditores y lectores que confiaron en el trabajo de nuestros medios. Efectivamente, trabajar para ustedes fue muy placentero en estos 19 años de actividad. Esperamos haber contribuido a una información libre, comprometida con nuestros valores y los de la Universidad de Chile, pero ejerciendo siempre nuestra independencia.

Gracias a los múltiples periodistas, ingenieros de sonido, profesionales, técnicos y a todo el personal administrativo que hizo posible nuestra tarea en la Radio, el Diario Electrónico, DiarioTV, Ediciones Radio Universidad de Chile y nuestra querida Sala Máster. También a los centenares de realizadores de programas, columnistas, corresponsales, autores de libros (más de un centenar) y otros distintos colaboradores. A los numerosos estudiantes en práctica que completaron su formación en nuestros medios.

Nuestra gratitud, por supuesto, con los rectores que nos dieron su confianza en esta actividad y valoraron nuestra autonomía. También a ese abnegado personal administrativo que desde la Universidad nos apoyó constantemente y nos dio reconocimiento y estímulo a lo que hacíamos y logramos.

Todo nuestro reconocimiento, además, a las radios y medios electrónicos que se sumaron a nuestro quehacer en una sólida red de cobertura nacional y mutua colaboración.

Son largos años de madrugadas, desvelos y un quehacer intensivo que ha dejado huellas, también, en mi salud. Gracias, por supuesto, a las instituciones nacionales y extranjeras que nos han premiado y otorgado múltiples distinciones por nuestro compromiso con los Derechos Humanos, la profundización de la democracia, la igualdad social y la NO discriminación. Nuestra parrilla radial y nuestros artículos son el mejor testimonio a la diversidad que siempre patrocinamos, al espacio entregado a la causa e nuestros pueblos ancestrales, a la lucha por el reconocimiento a los derechos de las mujeres y de las minorías sexuales. Como a la defensa del medio ambiente.

Además de nuestros compromisos políticos y sociales, mucho nos satisface haber colaborado con la cultura y sus más diversas manifestaciones. Gracias, por ello, a los que hicieron posible nuestros excelentes espacios literarios, de teatro, cine, y de todos los géneros musicales. Nuestra gratitud, también, hacia los realizadores de los espacios deportivos en sus más diversas expresiones. Especial mención a los que colaboraron con los programas de salud y a esa creciente cantidad de profesores e investigadores universitarios que oficiaron de conductores de programas, panelistas y entrevistados. Porque así es como nosotros concebimos la extensión universitaria: para contribuir a los temas del país y no al autobombo de nuestras instituciones.

Me llevo el enorme orgullo de haber contribuido a recuperar nuestra bien dotada Sala Máster y haberles dado un recinto cultural a centenares de bandas musicales, conferencias y otras múltiples actividades, algunas de las cuales quedarán siempre registradas audiovisualmente en internet, en nuestro DiarioTV. Gracias a quienes cotidianamente asisten a nuestros conciertos, presentaciones de libros y otras representaciones artísticas.

Gracias, también, a los que quedaron resentidos por nuestro éxito, a los que nos ladraron, injuriaron y calumniaron. Lo asumimos: es la forma en que pueden expresarse y el estilo propio que adoptan la envidia, la mediocridad, la cobardía y el consabido sectarismo político. Reconocemos que sus infundios nos laceraron, pero nunca llegaron a inhibirnos, a paralizarnos. Gracias a ellos, por lo demás, pudimos recibir y seguimos recibiendo el masivo respaldo, la solidaridad, la confianza de miles y miles de personas, desde todo Chile y el extranjero. Sin duda que desde las mismas redes sociales los denostadores recibieron los más abundantes tapabocas. Desde el fondo de mis convicciones, sinceramente los perdono. Y hasta agradezco en la medida que nos permitió consolidar un excelente equipo de trabajo, así como probar las lealtades y deslealtades. Conocer más la vida en sus actos sublimes y envilecimientos.

En mi caso, ciertamente no me jubilaré del periodismo. Lo prometo. Ya estoy preparando un nuevo libro de crónicas que espero en un par de meses poder ofrendar a mis amigos y a quienes se interesen por leerme. Tendré, también, mi propio espacio en internet donde se acopiará todo lo que he escrito en los últimos años y lo que me queda por pensar y decir. Sitio en que quiero someter al escrutinio público lo que he escrito en más de 40 años de periodismo. Lo que he defendido y promovido durante toda mi vida. Desde el derrumbe institucional de 1973, los horrores de la dictadura y esta larga y asfixiante democracia traicionada.

Especiales gracias a mi hermosa familia y perdón por todo el tiempo que les he escatimado. Falta que quiero resarcir, ahora, con los nietos que nos llegan abundantes o más que los hijos. Así como quiero recuperar el tiempo distraído a mis otras dos grandes pasiones: la agricultura y la música. Con muchos libros por leer y releer, todavía, que puedan darme más vida. Y, ojalá, algo de sabiduría.

Mi nuevo correo electrónico:

juanpablo.cardenas.s@gmail.com

 

PD: Agradezco las múltiples muestras de afecto recibidas con motivo de mi renuncia.

 

 

El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor y no refleja necesariamente la posición de Diario y Radio Universidad de Chile.

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