Once meses han transcurrido desde el paso devastador del huracán María por la isla caribeña de Puerto Rico y recién la semana pasada se informó que el suministro eléctrico fue repuesto en casi la totalidad del país mientras las autoridades se aprontan a dar a conocer la cifra oficial de muertos que superaría ampliamente a los 64 fallecidos que originalmente informaron. Según un documento que aún está en calidad de borrador y que debe ser presentado ante el Senado de los Estados Unidos, las víctimas fatales atribuibles al fenómeno se empinarían sobre las mil 400 personas.
Y es que el huracán María golpeó con una fuerza inusitada a la isla colonizada desde 1898 por los norteamericanos y que se ubica entre República Dominicana y las Islas Vírgenes en el Mar Caribe.
En conversación con Radio y Diario Universidad de Chile, el periodista puertorriqueño Nelson del Castillo comentó acerca de los efectos económicos y particularmente sociales que dejó el ciclón que se suman a su condición de territorio ocupado por la principal potencia mundial.
“Los estragos permanecen”, afirma de entrada Del Castillo, quien grafica con la situación de las viviendas. “Miles de viviendas todavía carecen de techo por lo que están arropadas con lonas”, situación que se suma a “la migración hacia los Estados Unidos que se ha disparado mientras se agudiza la pobreza”.
Para el periodista, “el huracán María, que arrasó con gran parte de la infraestructura de esta isla del Caribe de 3,5 millones de habitantes, puso en evidencia la pobreza prevaleciente, a pesar de encontrarse bajo el dominio colonial de los Estados Unidos desde hace 120 años”.
Para muestra se pueden revisar las cifras de pobreza antes y después del huracán: 44 por ciento versus un 52 después del fenómeno natural. “En lo que respecta a la niñez, ese número se elevó de 48 a 56% bajo el nivel de pobreza”, precisa Del Castillo.
“La situación en el país -donde según denuncias de la alcaldesa de San Juan, Carmen Cruz, mucha gente pasa hambre y sufre necesidad de medicamento- ha provocado que unos 300 mil puertorriqueños se hayan marchado a los Estados Unidos. Los puertorriqueños tienen entrada libre a la nación norteña que en 1917 les impuso su ciudadanía para reclutarlos para la Primera Guerra Mundial”, indica el profesional.
A todo este escenario se agrega la deuda fiscal que se empina a los 73 mil millones de dólares, lo que a juicio del periodista puertorriqueño es impagable frente al tamaño de la economía local.
“El gobernador Ricardo Roselló Nevares, que aspira a que Puerto Rico se convierta en un estado de la unión norteamericana, atribuye los males a la condición colonial del país que es más pobre que Misisipi, el más pobre de todos los miembros de los Estados Unidos”, finaliza Del Castillo.