Por años, la investigación de la historia de Chile se ha focalizado en los grandes hechos políticos, sociales y tecnológicos, dejándose de lado la economía y, en específico, la historia de la minería en nuestro país, aun cuando el sector representa más del 50 por ciento de las exportaciones del país.
Sin embargo, ésta no ha sido la visión de la historiadora y académica de la Universidad de Chile, Luz María Méndez. La escasa historiografía económica y su vinculación personal con el pueblo minero de Sewell, debido al trabajo como dentista de su padre, incentivaron a la académica a investigar la historia minera de nuestro país.
La profesora ha realizado varias publicaciones sobre la explotación histórica de este recurso natural en las que aborda las transacciones internacionales del cobre, el comercio terrestre entre Chile y Argentina, las instituciones y problemas del sector minero entre 1800 y 1840, así como también los negocios entre nuestro país y Filadelfia durante el siglo XIX.
La académica explicó que la falta de investigaciones en torno a la economía y la minería se debe a que los historiadores se han especializado en exceso, algo que los ha restringido de tener una visión general en la que se considere a las personas, los pensamientos y el análisis acabado de cada época.
Respecto de la historia de las políticas públicas mineras que ha tenido nuestro país, la académica comentó que, durante la época de 1800, Chile se comportaba de una forma similar a la actual en lo que refiere al libre comercio.
“Sucedió algo y Chile fue distinto al resto de América. Resulta que los demás países adoptaron una política proteccionista frente a la llegada del comercio internacional, pero Chile, desde 1820, optó por una política instaurada por O´Higgins que se abrió y nunca más se ha cerrado al comercio internacional”, explicó Méndez.
En la misma línea, comentó que, si bien el libre comercio y las alianzas internacionales son un tema controversial en la actualidad, la verdad histórica es que nuestro país se vincula con ese tipo de política pública desde el siglo XIX.
Además, indicó que otro hecho que tiene continuidad desde esa época hasta ahora es que las medidas implementadas por el Estado han sido pragmáticas y solo se han considerado las implicancias económicas, por ejemplo, el valor de venta o el tipo de transacción. De esta forma, se ha desplazado a segundo plano la reflexión a fondo sobre lo que implica el mercado minero del país.
Para Luz María Méndez, quien este año es candidata al Premio Nacional de Historia, este tipo de actuar parece ser “un defecto”, pues muy poca gente se ha detenido a pensar el tema minero, lo que se debe a que quienes “forjan la minería en general son ingenieros y lo hacen de forma pragmática”.
En esa misma línea, comentó que uno de los principales objetivos de las políticas mineras debe ser conseguir su venta a buenos precios, pues el cobre es lo más importante para la economía del país.
La académica explicó que, al representar en torno al 50 por ciento de las exportaciones del Estado, su posible privatización significaría un gran perjuicio para los chilenos. “Si se privatizara, los chilenos tendríamos que elevar el pago de impuestos en un 200 por ciento, porque con eso se paga el aparato público”.
En ese sentido, señaló que hace falta más pensamiento a la hora de crear políticas públicas para tener visión de futuro sobre ellas.
“Cuando usted desvincula la conducción del país de los intelectuales, el techo que tienen los políticos es menor, o sea la capacidad de reflexión es menor, y empiezan a estar comprometidos entre sí, pero la verdad es que si quieren prosperar tienen que hacer grupos de gente que esté pensando esos grandes temas”, afirmó.
Por otra parte, la historiadora comentó que, así como se han mantenido en el tiempo las políticas de libre comercio, también ha ocurrido lo mismo con las familias a cargo de los grandes negocios mineros, ya que muchos de quienes hoy dirigen la política chilena o se mantienen vinculados a la economía minera, también lo hicieron en esa época. Sin embargo, no les gusta reconocer su participación en esa área y prefieren vincular su pasado con actividades como la agricultura.
Además, agregó que en la época de 1800, las mujeres tuvieron gran importancia en la formación de fortuna de muchos estadounidenses que llegaron a hacer negocios al país, ya que quienes venían a incorporarse al mercado minero a Chile veían a las hijas de las familias poderosas como su oportunidad de vinculación con el negocio.
De esta forma -aseguró- se formaron muchas familias que hoy integran la élite económica de nuestro país. Sin embargo, aunque ella ha tenido muchas veces la intención de investigar estos lazos familiares–económicos, nunca ha podido conseguir financiamiento para concretar sus proyectos.
Respecto al futuro de la economía minera en nuestro país, Luz María Méndez explicó que se debe conservar una estabilidad a largo plazo por la importancia del mineral para Chile, y a la vez se debe tener estricto cuidado con la labor de las empresas, pues no se puede permitir que solo “vengan a hacer hoyos y después se vayan”.
Además, recomendó evaluar las re-inversiones que se hacen con las ganancias mineras, con el fin de destinar los fondos a áreas que puedan ser determinantes en el desarrollo del país. En esa línea, puso atención sobre el daño medioambiental que la minería está provocando en nuestro país.
Lo anterior debido a que los complejos de fundición minera expulsan constantemente sulfuro al aire, y debido a la lejanía de las mineras de centros rurales en el norte, nadie ha reparado en la contaminación ambiental. Sin embargo, la historiadora señaló que, en medio las constantes discusiones por mitigar el calentamiento global, es necesario tomar medidas para revertir lo que hoy esos complejos están realizando.