En este comentario me permito hacer una pregunta que, a priori, puede parecer extraña ¿para qué existen las policías? Muy probablemente, y hasta ayer yo me hubiera incluido, la gran mayoría de los lectores contestará que el rol de las policías es hacer cumplir la ley y preservar el orden público.

El libro número 98 de Ediciones Radio Universidad de Chile, lanzado ayer lunes 6 de julio, viene a invitarnos a cambiar esta supuesta verdad instalada. Se trata de La Policía en Democracia, volumen que, además de los contenidos relevantes para la relación entre las policías y los sistemas democráticos contemporáneos y del prestigio de su autor, Sebastián Roché -a quien agradecemos sentidamente haber venido a Chile para esta presentación- es importante porque sus planteamientos resuenan de manera especial en nuestra sociedad, en sus dilemas actuales y también en su memoria colectiva.

Muchos tienen grabada en sus recuerdos, y en muchos casos también en el cuerpo y en el alma, a esa Policía que en algún momento fue mandatada para reprimir, golpear, perseguir, secuestrar, torturar, degollar y hacer desaparecer a sus propios compatriotas. La imagen del día posterior al Plebiscito de octubre de 1988, donde ese pueblo hasta hace apenas unas horas atrás perseguido entregó flores a los Carabineros apostados en las calles de Santiago de Chile, daba cuenta de un deseo de inaugurar una nueva era, pero la adaptación al orden democrático de la institución policial implicaba más complejidades que las que podían avizorarse en ese momento de los sueños más puros.

Sin negar ni pretender minimizar los muy importantes avances que se han hecho desde entonces, nuestro trabajo periodístico y de análisis nos ha encontrado en estos años con algunos problemas que por repetición tienden a parecer patrones: la falta de control cabal del poder político por sobre las instituciones uniformadas, incluyendo a Carabineros; la falta de conocimiento del mundo civil sobre la formación de los policías y futuros policías, es decir, cuál es el relato que reciben sobre cómo es la sociedad en la cual deben desenvolverse y, por lo tanto, como se forma el criterio individual, ése que está más allá de lo estrictamente formal y procedimental; la recurrencia de conductas represivas y de violación a los derechos humanos en el contexto de movilizaciones sociales o del conflicto en la Araucanía, registrado por distintas instituciones nacionales e internacionales dedicadas al tema; y, por último, una idea que es central en el libro: la sospecha de que las policías tienden a ver a ciertos grupos de las sociedad como sus adversarios. Roché plantea que no debe haber tales distinciones y que estas instituciones deben erigirse mediante la defensa de normas y valores superiores, contribuyendo a la cohesión social a través del trato imparcial a todas las personas y grupos.

El libro del profesor Sebastián Roché plantea que los desafíos que derivan del diagnóstico son ambiciosos e implican modificar no solo a la Policía, sino a la sociedad toda en el papel que le asigna a la institución, que pasaría a ser el de jugar un rol fundamental en la construcción de la democracia. Para ello el requisito central es que cuenten con el apoyo y la confianza de la población, criterio que hoy no forma parte del modo con que las autoridades y la opinión pública evalúan el desempeño policial.

La tarea no es sencilla porque implica ir más allá de la idea de que el rol policial es meramente mantener el orden y hacer cumplir la ley; y porque vivimos en sociedades fragmentadas donde los grupos excluidos desarrollan animadversión hacia el Estado en general y hacia la Policía en particular.

Por si fuera poco, el profesor Roché nos plantea que estas transformaciones deben tener el crudo diagnóstico de la realidad actual como punto de partida y contar con el apoyo de los propios policías en la transición.

Como Radio, diario y Ediciones de la radio de la Universidad de Chile, en la convicción de que somos los medios que hoy por hoy tienen el propósito más decidido de encarnar y reivindicar lo público en la escena de los medios de comunicación en el país, abrigamos el deseo de que con esta publicación se contribuya a un debate nacional sobre nuestras Policías, su rol e identidad, por el bien de las propias instituciones y porque los habitantes de Chile siguen necesitando con urgencia vivir en un país más democrático, más justo y más integrado.